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"Ten cuidado, ¿vale? Llámame siempre que me necesites."

Estábamos a punto de despedir a Hendery. Se había presentado voluntario para infiltrarse en el Clan Fei.

Nuestro plan era relativamente sencillo. Definitivamente no teníamos prisa, así que simplemente dejaríamos que el principito se ganase la confianza de los líderes y después atacaríamos desde dentro. 

Jae no quería destruir el clan. Nos lo había dejado claro desde el principio. Su venganza tenía un par de blancos bien localizados. 

Al ir estructurando toda la misión y atando cabos, Johnny sugirió que desarrollara un vínculo mental con Hendery también, de esa manera Jaehyun y yo podíamos enseñarle todos los trucos que habíamos descubierto hasta entonces. Habíamos intentado que se acostumbrara a que mi voz sonara repentinamente en su cabeza para que no se sobresaltase si estaba rodeado de gente. Le habíamos enseñado técnicas para controlarse al cazar y para poder defenderse en caso de que le mandaran en una misión o tuviera problemas con alguien.

A todos nos daba pena mandar a nuestro miembro más joven a casa del "enemigo", pero no teníamos otra opción. Se darían cuenta de que se hacía pasar por quien no era si tenía una historia. 

La mayor parte de nosotros, sobre todo los de más edad, teníamos amistades y enemistades por todo el mundo. Teníamos una historia que podía llegar a conocerse, así que era preferible que alguien que no llegara al siglo de antigüedad fuera el infiltrado.

"Estará bien, Kharis. No te preocupes tanto por él, pareces su madre" me dijo Jaehyun.

"Nunca he podido tener hijos, Jae. A él le quiero como a uno. Prácticamente le he criado yo".

De la mano, Jung me llevó hasta la azotea. Desde allí, apoyados contra la barandilla, vimos el coche marcharse a toda velocidad.

–Chicos, vamos a hacer una carrera. Tenéis la casa para vosotros.

Le sonreí a John, parecía haberse dado cuenta de mi estado de ánimo. Siempre quería correr, ya fuera con coches, motos o a pie; me encantaba poder ganar. Pero ahora no estaba de humor para ello. 

–Encontré a Hendery en medio del bosque cuando tenía siete años, en China. Su ropa estaba hecha jirones y su pelo todo alborotado. Estaba descalzo, lleno de tierra, como si se hubiese caído un par de veces. Tenía amnesia, no se acordaba de nada. No sabía su nombre, no sabía dónde estaba ni quiénes eran sus padres o qué le había pasado.

Volvió a coger mi mano, acercándose otro poco a mi.

–Se me partió el corazón. No podía dejarle allí solo, como si no hubiera visto nada. Le podía atacar cualquier animal, o cualquier vampiro u hombre-lobo que pasara por allí como yo lo había hecho. A saber cuándo le encontrarían las autoridades en las propiedades de un pobre agricultor de un pueblo perdido del norte de China. Así que me lo llevé conmigo. Incluso estando así de asustado, me sonrió con sus preciosos ojitos negros y dejó que me acercara para coger su mano, como estás haciendo tu ahora. Con un toque ligero y suave. 

–¿Nadie preguntó por él?

-Si, una semana después de haberle encontrado. Su cara estaba por todo el país porque su tía le estaba buscando. Claramente, él no sabía quién diablos era aquella señora. Me acuerdo como si hubiera pasado ayer. Primero me cogió de la mano para llamar mi atención. Tenía lágrimas en los ojos y me pedía por favor que no dejara que aquella señora le encontrase. Así fue como volví a Nueva York con un pequeño humano que no se quería separar de mi por alguna razón.

–Casi que me puedo imaginar la cara de Mark, tuvo que ser un show.

–Lo fue. Antes de entrar en la casa, les dijo a los demás que había traído la cena. Fue un gilipollas. Como siempre. 

Ambos reímos suavemente. Le guié hasta el pequeño diván circular en el que podríamos habernos sentado al llegar, en vez de habernos quedado de pie.

Me acurruqué entre sus brazos, lista para continuar con la historia. Últimamente habíamos ganado más confianza y eso me gustaba.

–Todos le cogimos cariño en seguida. Era un niño alegre y divertido al que le encantaba aprender. Habló inglés en casi dos semanas, como si ya supiera hablarlo antes de perder la memoria. Ya has visto el poco tiempo que ha tardado con el coreano, sólo llevamos aquí cinco meses. Le llevamos a la escuela, era el niño más inteligente de su clase. Cuando cumplió los 18 años, tras graduarse, me pidió que le convirtiera como regalo. Si hubiera estado viva, habría llorado por días. 

–¿No querías que estuviera contigo para siempre?

–No creía que fuera lo mejor para él. Quería que viviera una vida normal, fuera a la universidad y pudiera tener hijos y una buena pareja. ¿Por qué estás escuchando todo esto? Sólo te estoy aburriendo con mis historias.

–Te escucho por que estás triste y me importas. Quiero que al menos puedas pensar en los buenos momentos que has pasado y reconfortarte, porque todo va a salir bien. Siempre vamos a estar ahí para proteger a Hendery. 


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Aunque vaya mayormente sobre Hendery, creo que introduce bien en la historia. 

¡Espero que os haya gustado!

Os recuerdo que los pedidos están siempre abiertos, así que podéis dejarlos en los comentarios o mandarme un mensaje directo.

NCT One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora