042300 (5)

2.3K 98 8
                                    

Después de la muerte de mi padre en el último tiroteo que había tenido lugar en nuestro territorio, todo se había organizado rápidamente y con eficacia. 

El segundo al mando había reemplazado a mi padre inmediatamente y, en cuestión de horas, todo estaba funcionando con normalidad de nuevo. 

El equipo de superiores había cambiado también. Los amigos más cercanos de mi padre habían sido reemplazados por los mejores jóvenes en su campo. 

– Señorita Hwa, debería de darse un descanso. 

– Lo siento pero voy a quedarme aquí un buen rato más– le dije al encargado de seguridad–. Me aseguraré de cerrar bien cuando acabe.

Él era el único que no había cambiado. Nuestra galería de tiro llevaba siendo supervisada por el mismo hombre durante los anteriores veinticinco años. 

– En media hora vendrá mi hijo, le toca guardia por la noche, no se asuste cuando llegue.

– Buenas noches. 

Había oído hablar de aquel muchacho. Era el mejor tirador de la organización y uno de los más jóvenes junto conmigo. 

Sin embargo, nunca le había visto en ningún entrenamiento y no podía recordar su cara con claridad.

Dejé el rifle sin munición en la mesa antes de girarme hacia la pantalla que contenía mis resultados. 

– No está tan mal– dije en un susurro.

– Podría estar mucho mejor, sinceramente. 

Miré hacia la puerta para encontrarme con el hijo del Señor Lee con cara de pocos amigos. 

– He mejorado considerablemente desde la última vez que estuve aquí, Superior Lee. 

– He visto tus marcas, Hwa. La semana pasada diste un bajón considerable.

– Lo siento, Señor. No volverá a pasar.

Aquella puntuación de la que estaba hablando se había guardado en el sistema el lunes anterior. Había disparado las últimas cinco balas con la vista completamente borrosa por las lágrimas que se me habían acumulado en los ojos y, obviamente, había resultado un desastre.

Se acercó hasta la pantalla, y observó los números más de cerca. 

– Espero que repitas la prueba hasta que tu puntuación sea al menos de un 99%. No te está permitido dejar la galería hasta entonces. 

Asentí ante su orden y alcancé un cartucho nuevo del maletín que descansaba a mi izquierda.

– Y Hwa... Siento lo de tu padre– me dijo suavemente, dándome un apretón en el hombro.

Me coloqué las protecciones y cargué el rifle de nuevo.

Al colocarlo correctamente, susurré una maldición. Aquel rifle era el de mi padre, y aún no me había acostumbrado a la fuerza que tenía. 

Su mano se posó sobre el arma, haciendo fuerza para que la dejara de nuevo sobre la mesa.

– ¿Qué pasa? 

Me giré hacia él, quitándome los cascos y las gafas con actitud molesta.

– ¿Qué te pasa a ti? ¿Desde cuándo nos quejamos cuando colocamos un arma?

Desabrochó los primeros botones de mi camisa y la movió a un lado para ver cuál era el problema.

Dicho problema era probablemente más que obvio. Cuando había llegado a la galería, mi hombro ya estaba ligeramente amoratado así que, en aquel momento, su aspecto sería bastante peor.

– Sólo tengo la piel sensible, no hay nada por lo que preocuparse. Estoy perfectamente. 

– Ese hombro está negro, Hwa. 

– Le he dicho que estoy bien.

– Entonces haz diez dominadas ahora mismo– me ordenó señalando a la barra de metal que había unos metro más allá, sabiendo perfectamente que no podría hacerlo. 







___________________________

All-to-zero me pidió algo relacionado con la mafia, así que aquí está la primera parte.

Espero que los haya gustado aunque sea algo corto y que tengáis paciencia con la velocidad de mis actualizaciones.

<3<3.

NCT One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora