- Yo habría muerto por ti- exclamé con los ojos llenos de lágrimas-. Y tú lo sabes.
- Hola mamá- le dije cuando cruzó la puerta del la pequeña sala en la que me estaba preparando.
- Buenos días. ¿Estás nerviosa?
- Sólo un poco. No me gustaría que nada saliese mal.
Mi madre había hecho gran parte de todo aquello posible. Se había dejado la piel organizando mi boda y no le podía estar más agradecida.
Allí estaba aquella gran mujer, vestida de rojo, con los rizos sueltos y pareciendo diez años más joven debido a aquella sonrisa que brillaba en su rostro.
- No me puedo creer que te vayas a casar.
- Ni yo. No me imaginaba este momento.
- Voy a avisar a tu padre de que ya casi estás lista. Espero que no llore.
Lloraría, seguramente. Siempre se había hecho el duro, pero todas sabíamos que era un blandito por dentro.
Ni quince minutos más tarde, ya estaba enfundada en el vestido y esperando para bajar a la pequeña capilla del palacete.
Vi cómo los ojos de mi padre me observaban delicadamente, casi con asombro, cuando se acercó a mi para llevarme al altar.
- Estás preciosa- me dijo antes de que abrieran las puertas-. ¿Estás lista?
- Si- le dije mientras me agarraba de su brazo-. ¿Tú?
- Yo no.
Aquello iba a ser emotivo. Sólo tuve que ver las caras de los invitados para darme cuenta.
Nuestras familias y amigos estaban mezclados en los asientos de aquella pequeña capillita tan acogedora. Y allí estaba él.
Sería mi marido en menos de una hora.
Mi marido.
Cuando me quise dar cuenta, mi padre me daba un beso en la frente y entregaba mi mano a mi prometido con una media sonrisa.
Sonreí a mi madre, sentada en primera fila al lado de mi abuela y luego desvié la mirada hacia los preciosos ojos que me miraban con admiración, esperando a poder decir esas dos palabras que prometían tanto.
- Sí, quiero- dijo mientras deslizaba el anillo en mi dedo anular.
- ¿ Y tú,...?
- ¡No! No te puedes casar.
Las puertas se habían abierto con fuerza. Era él.
No, no, por favor.
El hombre que me había dejado hecha añicos tantos años atrás. Allí estaba parado delante de mi, impidiendo que me casara.
- Por favor. No lo hagas- me dijo, acariciando mi mano y llevándosela a su pecho.
- ¿¡Qué haces aquí!? No puedes desaparecer de mi vida así como así y presentarte en mi boda como si no pasara nada.
- Piénsalo, por favor. Lo siento tanto... te amo, tú lo sabes. Lo sabes tan bien como que deberías estar casándote conmigo. Por favor, no te cases.
- Lo siento, Doyoung.
- Mírame, cariño. Sabes que esto no es lo correcto y...
-¡Lo único que sé es que tuviste tu oportunidad y la tiraste a la basura! Yo habría muerto por ti- sentí las lágrimas deslizarse por mis mejillas-. Lo sabes.
-También lo sabías entonces y decidiste abandonarme- me di la vuelta hacia el sacerdote y, mientras repetía el proceso, alcé la voz- ¡Sí, quiero!
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Este shot fue una petición de JaeDo02, que sólo quería algo de Doyoung.
Me he tomado la libertad de escribir algo de mi cosecha.
Espero que le haya gustado a todo el mundo.
<3<3<3<3.
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NCT One Shots
FanfictionDonde me imagino cosas que pasarían con los chicos de NCT y las escribo para todos los NCTzens (y otr@s).