El sonido de la campana me sacó de mis pensamientos. Genial, tocaba biología y yo con la camisa hecha un desastre, la idiota de Hannah mi mejor amiga me había derramado una malteada de fresa sobre mi camisa blanca del colegio.
—Hanna no te vayas sin antes limpiarme este desastre — dije cuando la vi irse por la puerta del baño —HANNAH— hasta que terminó de irse por completo.
Maldita pelirroja
En ese momento me llegó una notificación al cel y se trataba de un mensaje, al saber de quien se trataba me alegré y lo agendé.
Daddy🍭
Bebeeeeeeeeeeeeeee😩❤️Daddy ☹️
¿Qué pasa?
Estoy en el cole y mi camisa se arruinó,no me dejarán entrar así a clases Dios, dame cinco minutos que allí estoy.
Sonreí con el último mensaje pero...¿Cómo sabe donde estudio?. Ya luego le preguntaría.
Salí al estacionamiento a esperar a Rian, no tenía idea cómo era su carro así que él tendría que encontrarme a mi.
Sentí que unos brazos rodearon mi cintura abrazándome por la espalda.
—Lo siento por hacerte esperar, entré al colegio a comprarte otra camisa.
—No me abraces, arruinaré otro de tus trajes, ya arruiné uno— traté de quitar sus manos pero no pude.
—No lo intentes. Pequeña llama a papi cuando estes en aprietos, papi no puede adivinarlo— dijo extendiéndome una nueva camisa.
—Gracias papi— me giré y lo besé.
—Entra al carro muñeca— me dijo y eso hice, no faltaba mucho para que terminara biología y era la última hora de clases.
Entramos ambos a su carro color negro y él colocó su cinturón, antes de ponerse en marcha me dijo:
—Quita esa sucia camisa, ponte la que te he dado— me ordena y se queda observándome, cuando quité todos los botones se me agarra mis pechos con ambas manos sobre el sostén.
—Basta— reí con picardía y él también para poner en marcha su auto.
—Vamos a mi casa— conduce hasta ella la cual está bastante cerca de mi colegio, su casa es bastante grande aunque no más que la mía pero no se llevan mucho, abrió el portón dejando ver aún mejor su casa de tres niveles con un amplío jardín, parece que a Rian le gusta mucho la naturaleza. Para nuestra mala suerte empezó a llover cuando nos desmontamos y tuvimos que correr hasta la puerta y entrar empapados a la casa.
—Te vas a mojar dos veces— dijo riendo de su propio chiste en cuanto entramos.
—Vamos a pescar un resfriado Rian— me abracé a mi misma por el frío.
—¿Cómo me haz llamado Annie?— cortó toda distancia que había entre nosotros y metió las manos por debajo de mi falda, lo acarició y luego lo palmeó yo gruñí ante dicha acción.
—Dilo—
—Daddy— dije cómo pude, sus manos en mi trasero me hacían distraerme de todas sus palabras.
—Muy bien cariño— me susurró al oído —pero me gusta más oírlo en español— apretó de nuevo mi trasero.
—Papi.
—Bien pequeña, ve a bañarte o te enfermarás— mi mirada hacía él podría matarlo, destilaba todo mi odio y rencor por calentarme y luego no hacer nada.
—¿A caso eres horno que solo calientas?— pregunté molesta. Él reía a carcajadas y yo lo miraba seria.
—¿A caso eres cerillo que solo me prendes? No olvides la otra noche bebé, debí haberte castigado.
Tomé de su corbata y empecé a juguetear con ella.
—Papi ¿Qué tal si completamos lo de esa noche?— me acerqué a su oído —Así nos bañamos juntitos.
—Annie me vuelves loco— me cargó y fuimos hasta la bañera, la cual estaba llena de espuma y lista para ser usada.
Nos sacamos toda la ropa y nos metimos, él puso una música bastante relajante mientras bebía su copa de vino blanco y yo solo un té.
Empieza con suaves caricias sobre mi pierna por debajo de la espuma y va subiendo hasta que llegue a mi entrada, ahí me empezó a frotar con su dedo pulgar y me estremecí ante su tacto.
—Papi no hagas esto
—¿Qué cosa cariño?— y antes de responder ya había introducido un dedo en mi moviéndolo lento, tan lento que me desesperaba y hacía que quisiera más.
—Ve más rápido papi por favor— suplique y paró.
—Hora de ir a casa princesa— yo lo mire extraña por su repentino cambio, este hombre si que resultó ser bipolar.
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My daddy
Romance❝Los ángeles no conocen el infierno, el infierno implora por los ángeles ❞