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—No, no puedes pasar— Rian se interpone en la puerta impidiendo que pase

Había horneado galletitas y quise llevarle a mi novio pero me impedía pasar a su casa sin motivo aparente

—Rian déjame entrar, ¿Qué me estás escondiendo?— lo empujo pero es demasiado fuerte y mis intentos son inútiles

—Annie vuelve después, no puedes pasar— no quería desconfiar de él pero su insistencia en que me vaya me parecía bastante extraño

—¡Tío, tío!— escuchó la voz de una niña acercarse hasta que finalmente lo hizo y se aferró a una de las piernas de Rian, era rubia y parecía de unos cinco años, algo parecida a Rian

—Emma te dije que te quedarás dentro— Rian la regaña y yo rio al ver lo que me escondía, también me sentía aliviada al respecto

—¿Esto era lo que tanto me escondías?— lo hago a un lado y termino de pasar, la casa estaba desordenada y en la tele se reproducían unos animados

—Ella es Emma, mi sobrina. Las estoy cuidando los domingos mientras mi hermana está de viaje— Rian parecía estar agotado de cuidar a la pequeña, se notaba muy tierna pero a la vez muy traviesa

—¿Eres la novia de mi tío?— pregunta la pequeña Emma con los brazos cruzados

Me pongo de rodillas para dirigirme a ella mejor

—Así es— agarré unos de sus mejillas con ternura

—¿Entonces eres mi tía?— sonríe

—No diría que tú tía pues...—

—¡Tía! ¿Qué es eso? Huelen a galletas, ¿Me das, me das, me das?— sujeto la bolsa con las galletas pero Rian se las arrebató

—No más dulces por hoy jovencita— da toquecitos en su frente.

Yo me ofrezco a llevar las galletas a la cocina pero en el lugar me encuentro nuevamente a Emma, no puedo evitar gritar asustada, ¿Cómo se había movido de lugar tan rápido?

—¿Olvidé decirte que son gemelas?— grita Rian riendo

—Si, lo olvidaste— respondo

—¿Eres la novia de mi tío?— pregunta lo mismo que su hermana anteriormente y vuelvo a responder que si —¿Entonces eres mi tía?—

—¡Es nuestra tía!— esta vez es Emma que había llegado en un santiamén y ambas se pusieron a dar vueltas a mi alrededor, ya no sabía cual era cual

—Yo soy Lia— para de dar vueltas y se posiciona en una esquina

—Y yo soy Emma— se posiciona en la otra esquina

—No es cierto, no sean malas con Annie. Annie la del lunar cerca de la ceja es Emma, la del lunar cerca de la boca es Lia— Rian aclara mi confusión sobre las pequeñas

Ya creo poder identificarlas aunque me va a costar, son realmente idénticas

—¿Trajiste galletitas para mi?— Rian me envuelve en un abrazo y me mira a los ojos. Sus ojos me gritaban ¡Estoy agotado de cuidar gemelas!

—¿También son para mi?— Emma hace ojitos

—¿Y para mi?— Lia que era un poco más tímida entrelaza sus manitas con algo de vergüenza

—Son solo mías— Rian saca su lengua en burla hacia las pequeñas con total inmadurez

—No es así— tomo la bolsa y saco dos galletitas para cada una

—¡Gracias tía!— las toman y se van corriendo con una sonrisa en la boca

—No me dijiste que tenías sobrinas— doy un pico en sus labios, aprovechando que podía hacerlo

—Nunca me preguntaste— me agarra fuerte en un abrazo casi impidiéndome respirar —Por favor sácame de aquí— suplica casi a lágrimas

—Te ayudaré a cuidarlas, ¿Por qué no duermes un rato si?— lo miro con tristeza, se notaba cansado y no era para menos, las gemelas se notaban muy traviesas

—¡Te quiero, te quiero, te quiero!— da besos por toda mi cara y sube casi corriendo a su habitación

—Emma, Lía— camino hasta la sala buscándolas pero no aparecen, las busque por toda la casa y las encontré en el patio jugando x con la tierra

—Vean como se ensuciaron, quítense la ropa antes de entrar a la casa— tenían tierra hasta en el cabello y olían horrible, yo ayudaba a Lia a sacarse la ropa pero Emma hace rato lo había hecho. Tomé la ropa y las eché en el cesto de ropa sucia una vez ya dentro en el baño

—Sin hacer mucho ruido, Rian está durmiendo— les advierto

Abrí la ducha para bañarlas, Lía era mucho más vergonzosa que Emma, decidió ducharse sola mientras yo lidiaba con la otra gemela quitando toda la tierra de su cabello y cuerpo.

Termino y las lío a ambas en una toalla para llevarlas hasta la habitación de huéspedes por nuevas ropas.

—¿Donde guardan sus ropas?— pregunto mientras ellas esperaban en la cama ser cambiadas

—Ahí— señala una de ellas un cajón. Elijo algo ligero, evitando a toda costa el color blanco. Ambas me habían exigido llevar la ropa igual, les gustaba confundir a la gente.

Una vez cambiadas en su vestido de flores con el pelo húmedo bajaron hasta la sala y yo las seguí. Se disponían a ver la tele pero tomo el mando y la apago escuchando sus quejas

—Primero a recoger, miren todo el desastre que han hecho— había comida por todos lados, juguetes, zapatos. Todo un desastre

—Está bien— dicen de mala gana con carita triste.

Las tres recogíamos el desorden que parecía no tener fin, pero tras un largo rato dejamos el lugar impecable, chocamos las palmas orgullosas de nuestro trabajo y la limpieza que habíamos logrado.

Ahora si les permite ver la tele que por cansancio termino viéndonos a nosotras ya que nos habíamos echar a dormir profundamente






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Besos 💋

My daddy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora