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Narra Rian:

Cinco días desde que Annie me había advertido sobre Julieta y yo estaba entre la espada y la pared. No porque no quería a Annie, es que Julieta realmente me necesitaba en este momento, había sido despedida de su trabajo y en Argentina no le iba muy bien precisamente. Me dijo que estaba esperando un hijo y que desconocía el papá pero a decir verdad no noto cambios ni crecimiento en su vientre

—Rian yo ya me voy, gracias por permitirme quedar aquí todos estos días— Allan se aparece frente a mi en la cocina, estaba preparándome un sándwich y él sujetaba el bulto de sus pertenencias

—Esta es tu casa, puedes venir cuando quieras— chocamos los puños —¿Ya todo está bien en casa?— pregunté

—Papá me llamó pidiendo que vuelva, dice que mamá está preocupada por mi, lo de mi orientación sexual supongo que ya lo hablaremos— se encoge de hombros, justo cuando iba saliendo iba entrando Julieta y saludó al muchacho pero este la ignoró

—¿Qué pasa con Allan? Al principio todo bien y después ya no me hablaba— dice cuando él se termina de marchar

—Es mejor amigo de Annie, no te hablará— respondo seco

—Oye por cierto— se acerca a mi —si te he estado causando problemas en tu relación yo mejor me vuelvo a Argentina y allá veo como le hago— Julieta quien me había pedido ayuda por mensajes de texto estaba dispuesta a irse pero ¿No me sentiría yo culpable por eso? Teniendo la oportunidad de ayudar a alguien en momentos difíciles pese a que a Annie le caiga mal lo haría

—Tranquila, Annie está bien, es porque es pequeña pero ya entenderá— doy un mordisco a mi sándwich

—Te lo dije Rian, tienes que buscar a alguien más maduro. Annie es una niña— acomoda mi pelo con suavidad

—No quiero que hables así de Annie, es mi novia. Cuidado cómo hablas de ella— aparto su mano de mi pelo con cuidado

—Está bien, perdona. Sabes estuve mirando sitios en internet y creo que solo tendré que durar dos o tres semanas en tu casa, encontré apartamentos realmente baratos— busca fotos en su celular y me las muestra. Nada exagerado pero bonitos y acogedores

—Bien, me iré a dormir— Julieta se quedó en la cocina preparando algo

Subí a mi habitación, las sábanas estaban un poco tiradas porque no me había molestado en arreglar mi cama. Eso me hizo extrañar que Annie sea quien deje mis sábanas así.

Mi mente empezó a desviarse como siempre pero esta vez era diferente, no la tenía a ella para calmar mi ansia y me hace quererla más.  Me metí a la ducha con el agua fría pero eso solo me hizo aumentar las ganas de tenerla conmigo, decidí llamarla sin importar que estuviera en la ducha. Después de varios intentos por fin contestó mi llamada.

—Bebé— dije esperanzado en tanto respondió

—¿Qué quieres Rian?— pregunta cortante

—¿No extrañas a papi amor? Te necesito— dije algo agitado, ya estaba más excitado con sólo su voz aunque fuese cortante y me había empezado a tocar

—Julieta está en casa, pídele ayuda— ahí estaban otra vez esos celos

—Yo solo te quiero a ti, eres la única que me pone así solo de pensarla. Quiero ir a tu casa ya mismo— me quedo esperando su respuesta pero se queda en silencio —Por favor Annie, no aguanto más. Te necesito— mi mano masajeaba mi sexo ahora con brusquedad y más necesidad que antes

—No puedes venir a mi casa, no eres bienvenido aquí— dice

Traté de responderle pero nos quedamos unos minutos en silencio, ella no se por qué, yo porque estaba muy necesitado y me estaba dando atención y estaba a punto de correrme.

—Annie— murmuré en tanto terminé —te imagino aquí, tomando todo con esa pequeña y sucia boquita— mordí mis labios al imaginar la escena

—¿Rian por qué me llamas para esas cosas?— dice molesta

—¿Y si te molesta por qué no haz cortado la llamada?,¿Te excita que papi esté así por ti pequeña no? Yo sé que me necesitas tanto como yo a ti, que quieres sentirme dentro de ti y...— colgó

¿Realmente me colgó? Eso no me lo esperaba

—Rian— llama Julieta

—¿Si?— salí de la ducha envuelto en una toalla hasta el pasillo donde ella estaba

—¿Puedes abrir esto por mi por favor?— pasa una botella de agua que había estado tratando de destapar, era algo muy simple pero seguro se le dificultaba por alguna razón

Se hizo el pelo a un lado dejando ver que no llevaba sostén, sus pezones sobresaltaban bastante.

Una vez abierta la botella se la extendí, ella en un intento de agarrarla se resbala contra mi, por suerte pude sostenerla pero sus pechos estaban muy cerca de mi, notaba como subían y bajaban por su respiración agitada.

Desvíe la mirada de ellos, no quería ser irrespetuoso, a decir verdad si eran llamativos pero Julieta no me interesaba en absoluto. Tampoco otra chica que no fuera mi Annie

—Tenemos que hablar Julieta— no me quedaba ya mucho tiempo, si quería irse del país era decisión de ella pero por lo menos se tendría que ir de mi casa lo más rápido posible, no quería más problemas de los que ya tengo con mi novia, que me ignora por tenerla en casa.

Tomamos asiento y ella me sonreía sin entender lo que pasaba.

—¿Pasa algo malo Rian?— pregunta al ver que me quedo en silencio

—No puedes quedarte en casa por mucho tiempo, a Annie no le gusta tu estancia aquí. Te ayudaré a buscar un sitio, si quieres también puedes decirle a Rodrigo que te ayude, él no va a dejar a sus empleados abandonados nunca— me animo a decir, por más difícil Que había sido

—No te preocupes, te entiendo perfectamente— respiro aliviado por su comprensión, me paro para irme a dormir esta vez realmente y la oigo murmurar "si que estás enamorado" en forma de burla

My daddy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora