Era viernes por la noche y con mis amigos habíamos decidido salir al club para divertirnos un rato y celebrar el hecho de que estábamos juntos nuevamente.
Mi figura era adornada por un hermoso y corto vestido rojo, era de esos vestidos que solo te pones una vez en la vida porque ameritaba una ocasión importante, llevaba en los pies unos tacones dorados no tan altos y el pelo sujetado en una cola algo descuidada pero bastante elegante.
—Aumenta la velocidad Allan, conduces como tortuga— dice Hannah la cual había optado por una falda corta y una camisa que le daba un toque sexy y al mismo tiempo elegante resaltando sus enormes pechos.
—Cuando aprendas a conducir me ordenas cómo hacerlo— respondió Allan y subió el volumen de la canción puesta en la radio para no escuchar las rabietas de Hannah.
Logramos entrar al club con nuestras identificaciones falsas cortesía de Hannah. El ambiente era extraño, olía a cigarrillo, alcohol y a un sin número de cosas más. Sin darle mucha importancia los tres empezamos a bailar.
Un chico alto de cabello negro se acerca a mi para bailar —¿Quieres un trago— me ofrece y me niego.
—No tomo, gracias— cuando digo estas palabras se aleja de mi algo decepcionado.
—¿Quien es?, ¿Qué quería?— me pregunta Hannah cuando el chico se marcha.
—No tengo idea, apareció de la nada— me encojo de hombros.
El chico de cabello negro se acercó a mi nueva vez pero ahora lo hacía con un trago en mano.
—Mira lo que he traído, no me puedes rechazar— sonríe y me lo extiende. Yo reí y lo tomé, el chico empezaba a tornarse pesado y si tomándome el trago era suficiente para que se alejara de mi, lo haría sin duda.
Pasaron un par de minutos y el alcohol empezaba a hacer efecto, había perdido de vista a mis amigos y no podía sostenerme del todo bien.
—La chiquita de papi se está portando mal— oigo que susurran a mi oído y al reconocer esa voz me volteo enseguida. Era Rian.
—Papi que bueno que estás aquí— río un poco —Me han dado algo extraño y no sé qué es— río de una manera exagerada.
—Tú te vienes conmigo— me toma de la mano y yo me suelto de su agarre cuando veo el chico que me había dado alcohol.
—Papi mira, ahí está él— lo señalé —vamos a pedir otro para ti, te va a gustar mucho— sonrío con entusiasmo.
Rian furioso va hasta él y descarga toda su rabia con un puñetazo en su cara.
—¿Qué le has dado?— grita, pero el chico responde con otro golpe, Rian aprovechando su altura lo toma por la camisa y le pega otra vez como despedida, me toma de la mano y salimos casi corriendo hasta su auto.
—Dame el número de Hannah— dice en tanto subimos al auto.
—¿Quien es Hannah?—
Narra Rian:
—¿Cómo que quien es Hannah?— ruedo mis ojos y tomo su celular, busqué el número de su amiga para avisarle que me llevaría a Annie conmigo, estaba drogada.
Annie me había avisado minutos antes que se iba al club, sabía como resultaría, la pobre Annie es muy ingenua para ese tipo de lugares. No duró ni veinte minutos y ya la habían drogado.
Me dio un beso en los labios y se desprendió de su vestido, dejando ver su precioso cuerpo.
—Esa cosa molesta— señala a su vestido y ríe a carcajadas.
—Te voy a castigar cuando estes bien, mira cómo estás— apoyé mi mano en su pierna hablando prácticamente solo.
Cuando llegamos a casa la cargué entre mis brazos, me desprendí de su ropa interior quitando de mi cabeza todo pensamiento sucio le di un baño de agua fría, ella no paraba de decir idioteces y cosas sin sentido mientras lo hacía.
Cuando la estaba cambiando con una de mis camisas noté que estaba mejorando pues ya empezaba a sonar más coherente. Se veía muy hermosa.
—Papi cómeme — dice con un puchero y me sujeta de la camisa.
Tentado por sus palabras muerdo mi labio inferior y no puedo evitar excitarme.
—Lo único que te podría hacer en este momento es castigarte. Niña malcriada— estampo mi mano contra su trasero haciendo que suene fuertemente y ella gruña.
Se ríe un poquito y la beso. Bajo hasta la cocina para preparar un café y encargarme de que esté realmente lúcida.
—Si a mi no me gusta el café— hace un pequeño berrinche en la cama.
—Mira que si te lo hubiese preguntado. BÉBELO— elevo un poco la voz y ella lo toma esta vez despacio.
Acaricio su pelo suavemente mientras ella tomaba el café de una manera tierna.
—¿Ya estas bien bebé?— pregunto y ella asiente dejando la taza en la mesa de noche. —Muy bien. En cuatro— ordeno con voz demandante.
Ella quizás algo atemorizada por mi tono de voz se coloca rápidamente con algo de nervios.
Paso mi mano por todo su trasero y lo aprieto, desde esta perspectiva las vistas son bastante agradables.
—Las niñas buenas no aceptan tragos de extraños— doy un primer azote y ella se estremece.
—Uno— empieza a contar.
—Porque en primer lugar, las niñas buenas no toman— azoto nueva vez con un poco más de fuerza.
—D-dos— empieza a tartamudear.
—¿Qué habría pasado si papi no hubiese llegado ah?— acarició suavemente su trasero y doy unos besos en este para dar un último azote más fuerte que los anteriores.
—Tres. Gracias papi— dice y se acomoda nuevamente a su posición anterior.
—Conste que no te he castigado tan fuerte porque no tuviste la culpa— digo acostándome a su lado.
—Si papi— me abraza y la envuelvo entre mis brazos.
—Buenas noches pequeña—
❥༄
Lamento no haber podido actualizar antes, pero aquí tienen su capítulo ❦
•¿Qué opinan del comportamiento de Rian?
•A los 45 votos y 20 comentarios actualizo 💓 gracias por leer.
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My daddy
Romance❝Los ángeles no conocen el infierno, el infierno implora por los ángeles ❞