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Una semana después de lo sucedido toque la puerta de la casa de Hannah con la esperanza de que ella me abriera con una sonrisa, pasaron dos semanas, tres semanas hasta ahora. Rodrigo la extrañaba muchísimo, todos lo hacíamos y no teníamos idea donde había podido estar.

Gael era quien abría la puerta, la segunda semana dejó de hacerlo, fue reemplazado por la mujer de servicio y hoy ya no teníamos idea de donde habían ido nuestros amigos.

Iba camino a casa de Allan pero nos topamos en camino, parecía también dirigirse a mi casa por la ruta que tomaba

—¿Tampoco sabes de ella verdad?— pregunta aturdido y niego

—Perdí la cuenta de cuántas veces toqué su timbre, no creo que esté en casa— trato de concentrarme pensando donde podría estar pero no doy con nada y me hace estresar más

Rodrigo no lograba comunicarse con los primos, estábamos parados todos en el mismo lugar sin tener idea que había pasado con nuestra mejor amiga.

—Ya sé que hacer— llegó una idea a mi cabeza y me marché corriendo dejándolo atrás para ir en busca de ayuda.

Llegué agitada al lugar, sudaba y tenía sed como si no había tomado agua en tres días

—¿Por qué vienes corriendo?— se acerca mi novio mirándome espantado

—Necesito— pongo una mano en mi pecho tratando de recuperar el aliento —necesito tu ayuda— logro decir

—¿Hannah no aparece aún?— cuestiona mientras me hace llegar un vaso con agua que estaba en su escritorio

Con toda calma del mundo tomo el agua y me tomo tiempo para regular mi respiración, habían sido cinco kilómetros corriendo sin parar.

—Rian necesito dar con su paradero, tú me puedes ayudar, uno de tus amigos, esa gente que conoces por favor. Lo primero es saber si salió del país— digo rápido

—A ver, con calma— me sienta en el sofá de su oficina —te voy a ayudar, siéntate mientras hago un par de llamadas. Respira— toma el celular y empieza a marcar un número

—Hola Rafa, necesito un favor— empieza a hablar y yo solo espero respuesta angustiada mientras mastico mis uñas desesperadamente —está bien espero— me da a sostener su celular mientras su contacto se encarga de lo que le había pedido y en el teléfono de la oficina hacia otra llamada que no logré escuchar nada porque mis nervios habían bloqueado mis sentidos.

—Listo, la policía empezó oficialmente la búsqueda— eso debería aliviarme pero solo me preocupa, que hayamos llegado a ese extremo me aterra

—¿Rian?— el altavoz del celular me saca de mis pensamientos

—¿Si?— respondo aunque ese no sea mi nombre ni conocía al tal Rafael

—Ninguna Hannah Haden ha salido del país en las ultimas veinticuatro horas— Rian toma su celular otra vez, agradece a Rafael y cuelga.

—La vamos a encontrar, tranquila— toma mi mano y la acaricia suavemente —¿Hannah no tiene otro familiar que se preocupe por ella?—

Trato de recordar, la familia de Hannah es algo extraña... todos a excepción de su papá

—¡Su papá, eso es!— me levanto emocionada de bajar algo al fin

—¿Te sabes el número?— enseguida mi emoción desaparece, no tengo el número de alguien que no veo desde hace algunos cinco años

—Vamos, tu papá tal vez lo tenga— yo me encargo de seguir a Rian hasta la oficina de mi padre entrando sin avisar. En esta me llevo una sorpresa, Julieta todavía en el lugar.

—¿No deberías estar tomando un vuelo a Argentina?— pregunto indiferente cuando la veo

—¿Annie perdiste tus modales?— lo último que quería era ser regañada por mi padre frente a s.s (señora silicona)

—Tranquilo, entiendo lo ocurrente que pueden llegar a ser los pequeños— sonríe falsamente burlándose en mi cara

—Alguien que me traduzca por favor, no entiendo idioma silicona— digo en voz baja tratando de no ser escuchada por mi padre pero si por ella.

—Ya Annie, no vale la pena, a lo que vinimos— Rian me aleja de Julieta y me hace recordar el motivo de estar aquí

—Necesitamos el número del padre de Hannah— escupo sin rodeos

—¿Todavía no aparece esa niña?— era extraño hasta para mi papá

—Los niños de hoy en día se pierden con mucha facilidad, ¿Seguros que ya buscaron por todas partes?— Julieta trataba de parecer ante mi padre que ayudaba pero Rian y yo teníamos en claro que solo buscaba provocarme

—Julieta tú a tu asunto y nosotros al nuestro— habla mi novio

Mi papá estaba todavía buscando el número y yo tenía los dedos cruzados.

"Por favor que aparezca" era lo que cruzaba por mi mente entonces.

—¡Aquí está!— finalmente lo encuentra y me lo pasa. Ahora teníamos algo más, por fin un avance.

—¿A donde vamos ahora?— pregunto a mi novio que me guiaba con su mano hasta su carro, me pareció algo inusual que venía en un auto distinto al descapotable que siempre usaba.

—Ahora tú llamarás al padre de Hannah— enciende el auto pero solo para usar el aire acondicionado y se recuesta en su asiento

Empiezo a hacer varios intentos pero son fallidos, tras veinte llamadas perdidas la veintiuna es la vencida y contesta

—¿Señor Haden?— pregunto

—Si, ¿Quién habla?— no recordaba mi voz y era totalmente normal después de tanto tiempo

—Soy yo, Annie Collins la amiga de Hannah— me presento

—O Annie, ha pasado mucho tiempo. ¿Pasa algo con Hannah?—

—Para eso le llamo. Hace unos días Rocío tuvo una pelea con Hannah y lleva desaparecida desde entonces, la hemos buscado en todas partes pero no damos con ella ¿Tiene alguna idea de lo que puede haber ocurrido?— hablé tan rápido que creo que fue capaz de entenderme porque su sexto sentido de padre despertó, a partir de ese momento puse el celular en altavoz para que Rian pudiera escuchar

—Una idea no Annie, sé exactamente lo qué pasó con nuestra hija, esa bruja la ha de tener raptada en algún sitio. Llamaré a la policía, es más yo mismo enfrentaré a Rocío— empezó a soltar un montón de ideas absurdas, nada que nosotros no hayamos intentado antes

—Ya la policía empezó a buscar a Hannah— esta vez hablaba Rian —lo de enfrentar a Rocío es una mala idea, dígame donde vive e iremos a su casa— y nos pusimos en marcha para empezar otra búsqueda con objetivo de que esta vez sea exitosa

My daddy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora