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Narra Rian:

Desperté por el timbre que estaba sonando repetidas veces, supuse que era Louis el papá de las gemelas quien vendría por ellas y me paré de inmediato.

Me encontré con una escena bastante tierna, Annie y las gemelas durmiendo abrazadas y la televisión encendida, la apagué y desperté a las gemelas.

—Lia, Emma— las llamé hasta que por fin se despertaron —su padre ya vino— abrí la puerta a Louis quien tomó a una de las pequeñas en brazo y me pidió ayuda con la otra pues se habían vuelto a dormir. Annie ni siquiera se había dado cuenta de lo que pasaba a su alrededor.

Acuesto a Lía en el asiento de atrás, abrocho su cinturón y Louis hacia lo mismo con Emma, por último busqué sus mochilas con sus juguetes y las puse también en el asiento.

—Gracias por cuidar las chicas mientras trabajo Rian— se sube al auto y lo enciende pero deja abierta la ventanilla para hablar conmigo

—No es nada,tranquilo— recargo mi antebrazo en el auto

—Por cierto Rian ¿Quién es la chica del sofá?— creo que esto va a ser siempre lo más complicado de la relación entre Annie y yo, decir que somos novios cuando la gente nos pregunté, por nuestra diferencia de edades.

—Es mi novia—le aclaro y se nota sorprendido pero luego relaja su expresión, nos despedimos y finalmente se va. Entro a la casa noto que Annie ya estaba despierta sin saber de si misma

—¿Te quedaras a dormir?— pregunto viendo como se incorpora nuevamente en el sofá

—Si— responde y sus ojos se van cerrando nuevamente

—Tienes que llamar a Hannah para que te cubra, no quiero que me mate tu padre— hace un vago intento en alcanzar su celular que estaba en la mesa hasta que lo logra y le escribe a su amiga

—Listo— sonríe y se para del sofá para abrazarme con pereza

—¿Ya se fueron las gemelas?— las busca con la mirada pero no las divisa

—Su padre vino a buscarlas—

—Me quería despedir de ellas, debiste despertarme— dice triste

—Volverán el domingo, y tú también porque tienes que ayudarme a cuidarlas, a mi no me hacen caso— son muy traviesas, prefieren hacerle caso a alguien que conocen de un día antes que a su tío de toda la vida

—Poder femenino— sonríe —es una pena también quería conocer a su padre— en tanto dice esto sé que está intentando jugar con mis celos

Con una de mis manos sujeto su cuello sin apretar muy fuerte

—¿Se puede saber por qué quieres ver a otros hombres que no son tu papi?— susurro en su oído

—Yo solo quiero conocer tú familia— me hace ojitos, sé que solo lo hace para tentarme

Acaricio sus piernas hasta llegar a su falda y subirla para apretar su trasero y luego dar una palmada sonora en este

—Espérame en la habitación— ordeno

—¿Qué me vas a hacer?— me mira a los ojos con algo de temor en los suyos

—¿Por qué me haces repetir las cosas?— la tomo fuerte del pelo —A LA HABITACIÓN. AHORA— esta vez si hace caso y rápidamente desaparece de mi vista

Ella no había hecho nada malo, solo quiere jugar y mis juegos son muy rudos.

Tomé helado de la nevera y fui a la habitación donde ella estaba sentada en una de las esquinas de la cama esperándome

—¿Vamos a comer helado papi?— dice con emoción al ver la mano en que lo sujetaba

—¿Quieres helado chiquita?— me acerco hasta ella para susurrar en su oído y asiente —gánatelo— muerdo mis labios despacio, me enloquecía tenerla así de desesperada y a la vez tímida

—¿Papi cómo puedo ganarlo?— acerca sus labios para besarme pero me alejo al instante y ella parece estar confundida

Si me besa podía tener el control de mi en segundos y no quiero eso, quiero ser yo quien la bese.

—De rodillas— ordenó e intercambiamos los papeles, ahora yo estaba sentado en la cama y ella frente a mi mirándome con esos ojos que me derretían en segundos —quiero que seas una buena bebé, que hagas lo que sabes hacer con esa boquita llena de helado ¿Si?— pregunto mientras otra vez tomaba el control de su pelo, la sentía tan mía cuando hacía eso

—Si papi, voy a ser una buena bebé para ti— dicho esto empieza sus caricias sobre mi pantalón que solo se volvía una molestia frente a mi erección, ella lo notó y bajó el cierre de inmediato, luego los bóxers hasta que mi miembro salió disparado de estos.

—Toma bebé, ahí está tu helado— le paso el bote y ella me da una sonrisa llenándose de alegría

Toma del helado y empieza poniendo desde la punta hasta el final de mi miembro mientras yo daba pequeños jadeos al sentir el frío del mismo. Cuando terminó empezó a usar su lengua saboreando el helado, se veía tan sexy, mis gemidos y ronquidos no podían ser contenidos ante tal imagen: mi pequeña disfrutando un helado y no servido en un cono precisamente

Se deshizo de todo los restante y empezó a llevarlo hasta atrás, podía sentir como chocaba con su garganta y lágrimas salían de sus ojos pero eso solo me provocaba más y la empujaba contra mi a tal punto de que su respiración llegara a perderse por unos segundos, se separaba y había breves pausas para recuperar aliento, su boquita con restos de helado ya derretido, su pelo desordenado gracias a mi y pequeños hilos de saliva que se deshacían al separarse de mi. Una imagen digna de apreciar y que solo yo podía hacerlo

—Ahora me voy a correr en tu boca, y tú vas a tragar todo cómo siempre lo haces— advierto. Tomo el control de mi y ella me esperaba sedienta cual perrita con la lengua fuera. Finalmente me corrí en su boca, una de las mejores sensaciones en el mundo y más verla disfrutar de esta

—¿Te gusta?— pregunté

—Me encanta— limpio su boca con uno de sus dedos, se paró y tomó el bote de helado —Ahora si me disculpas, voy a comer mi helado—

My daddy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora