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—¿Ya no eres la bebé de papi estas segura?— me empiezo a molestar más y esta vez porque no para de besar mi cara

—Ya no soy tu bebé— me libero de él y se pone tan serio como yo

—Annie yo no publique esa foto— dice algo triste

—¿Quien ha sido un fantasma? Por favor Rian. Ni siquiera publicaste nunca una foto conmigo y lo haces con ella?—

—Perdí el celular el día que esa foto fue publicada, tienes que creerme. Además encontramos mi celular en uno de los cajones de Julieta con Allan, pregúntale si quieres— se veía muy lindo así, tratando de obtener mi perdón

—Pero dime algo Rian, ¿Si Julieta estaba desnuda en tu cama que significa eso?— la foto la pudo haber publicado cualquiera, eso si. Pero lo de Julieta en su cama era un asunto más serio.

—No me acosté con Julieta, nada pasó entre nosotros ni pasará porque esa chica no me gusta. Confié en ella fui un tonto, debí hacerte caso, ella me pidió ayuda y yo le facilité un trabajo y sitio para dormir. Más nada— me explica

No sé si creerle porque sus ojos no mienten pero no podía estar segura de sus palabras

—Rian no sé si deba creerte— dudo

—¿Qué tengo que hacer para que me creas? Yo te amo Annie por favor, si me dejas voy y me corto las venas— dice en forma de broma, quizás haciendo balance en que antes había sido muy tierno y necesitaba decir algo chistoso.

—¿Te las corto yo?— agarro el cuchillo más cercano a mi mostrándoselo

—Te acabo de decir que te amo y me respondes eso— recuesta su cabeza en mi pecho haciendo que me canse rápido pues Rian es muy alto y tenía todo su peso encima

—Rian estoy molesta deja de actuar como un bebé— grito y finge estar serio otra vez

—Es que ya no sé de que forma pedirte perdón, si ya no me quieres dímelo y me lanzo de un tren en movimiento— y ahí estaba de nuevo con sus bromas, haciéndome reír cuando debería estar enojada

—¿Me perdonas?— cruza sus hombros esperando respuesta

—Mmm— dudo

—Vamos Annie—

—Un poquito— digo y se alegra pero lo oculta de inmediato porque se supone que no debería comportarse como un niño —pero no quiero a esa Julieta en tu casa, ni en tu vida— advierto

—En ningún lado amor, te lo prometo— me abraza

Un carraspeo fuerte y masculino de garganta nos hace separarnos, mi papá que llegaba del trabajo, nos saluda y entabla conversación con Rian de inmediato, cosas de oficina, de trabajo. Ellos se entienden.

—Te notó muy feliz, ¿No debería ser lo contrario?— pregunta mi padre a Rian y presto atención sin entender

—¿Por qué debería estar triste?— rasca su nuca buscando respuesta

—Económicamente no estas tan bien como antes, te dije que ese proyecto no daría provecho— mi papá soñaba preocupado por Rian pero a la vez quería fanfarronear que el tenía razón

—Invertir en empresas que no prometen ese es mi fuerte, hice una excepción con la juguetería pero todo lo que tengo es gracias a empresas pequeñas, siempre ha sido así. Que bajen unos cuantos números de la cuenta bancaria no afecta mucho, sé cómo hacerlos subir— ambos sonríen y se chocan de puños, mi novio sonaba como un ganador.

—Ya sabes, si llegas a necesitar un préstamo o ayuda, estamos aquí— Rian asiente y agradece y mi papá se marcha, de lejos escuchamos sus gritos al ver a Coco, sus estornudos de una alergia inexistente a los gatos y las quejas de mamá.

—Creo que Coco no es bienvenido— dice Rian

—Un poco— río —No me dijiste que tenías problemas económicos— nos sentamos en las sillas de la cocina.

—Es algo reciente, no es nada grave. Siempre pasa mucho, apuesto todo cuando algo promete— no sabía si hablaba en serio o solo lo decía para no preocuparme

—Quiero que me cuentes tus cosas, que confíes en mi— busco su mano para sujetarla

—Yo confío en ti amor, eres la única persona en quien confío, si aveces no te cuento algo es porque se me olvida o se me pasa, el trabajo causa eso— sonríe

—Yo no quiero que trabajes tanto— me paro de mi lugar y prefiero sentarme en sus piernas acorralando su cuello con mis brazos

—¿Y cómo vivirán nuestros hijos?—

¿Es posible que este hombre sea tan tierno y rudo al mismo tiempo?

—Cierto, ya que quieres tener un millón de hijos tienes que trabajar mucho— sigo su broma

Se hacía más de noche y Rian fue a casa eran vacaciones y no tenia nada por hacer así que solo dormí mientras pensaba en mi mejor amiga y su madre, debía estar pasándola horrible.

No pude más con la angustia, en la madrugada sin que mis padres se dieran cuenta salí a casa de Hannah, necesitaba obtener noticias de ella.

Una vez ahí me abrió Gael la puerta, tampoco se notaba muy feliz y no parecía estar durmiendo tampoco por el control de videojuegos que llevaba en su mano izquierda

—¿Qué haces aquí a esta hora?— fue lo primero que dijo

—Necesito saber de Hannah, llámala— le dije desesperada, el solo me ignoro y se hizo al lado para dejarme entrar

—No la despiertes, hoy fue un muy mal día y los que vienen serán peores—

—¿Peores?— cuestioné sin tener idea

—Annie no creo que la volvamos a ver en mucho tiempo— se sincera —Rocío es más cruel de lo que parece— murmura con temor de ser escuchado.

Si es más mala de lo que parece solo tenía una conclusión, Rocío es el demonio en persona.

My daddy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora