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Rian y yo habíamos ido a hacer las compras, ahora éramos dos y él precisamente no se alimentaba muy bien. Dejó las bolsas sobre la mesa de la cocina y sacó su celular para revisarlo.

—Tu padre me llamó— enarcó una ceja. —Iré a ver que quiere— se desapareció para ir a ver sobre qué se trataba.

Mientras no estaba decidí organizar las compras y ahí estaba de nuevo, el timbre.

Salí a ver quien era y no puedo creer que otra vez se trate de esta.

—Oh chiquita, que alegría verte, justo es contigo que quería hablar— me toma del brazo sacándome del apartamento para "hablar" fuera.

—¿Qué quieres?— pregunto mirando mis uñas.

—Decirte que te alejes de Rian, es mío. Eres muy nena para él, yo soy una mujer completa, lo que él merece— y era cierto, es una mujer completa pero Rian no era de ella.

Yo solo reí.

—¿Eso era todo?— pregunté riéndome a carcajadas.

—No me estoy riendo pequeña, ese chico fue y es mío, no te imaginas la química que teníamos en la cama. Haré lo posible para recuperarlo créeme, si la vida nos cruzó de nuevo fue con un propósito— dice Julieta y no puedo evitar reírme nuevamente, esta chica si que me causaba gracia.

—Seré más pequeña que tú pero no me ando peleando por hombres, más cuando es uno que te ha rechazado en más de una ocasión, si ustedes tenían química en la cama no importa, nosotros tenemos química en el piso, en el baño, en la cocina, en todos los lugares. Ve a dormir— digo esto y me marcho.

—¿Donde estabas?— pregunta Rian cuando me ve entrar sonriente.

—Nada papi, salí a poner la basura en su lugar— cierro la puerta y me acerco hasta la cocina, donde está él preparando algo de comer.

—La llamada de tu padre es porque quiere que vuelva, me necesita en el país— habla relajado como si no le importara.

—¿Cuando papi?— sonrió de oreja a oreja, mi felicidad era enorme.

—Aún no me dijo cuando, pero espero que no sea muy tarde— me alborotó el pelo sin razón.

Yo tomé su cara entre mis manos y lo besé, él me subió en la encimera y decidí jugar un poco con él poniendo mis manos sobre su pantalón mientras nos besamos.

—¿Quieres que papi te coja?, ¿Qué te coja fuerte bebé?— me susurró al oído de una forma sensual.

—Si papi, quiero eso—

Abrió mis piernas y yo las cerré, mi intención era molestarlo un poco.

—Papi tiene que alimentarse bien antes de comer a su bebé— bajé de la encimera y le di un beso en la mejilla. Él me agarró fuerte de la cintura.

—¿Qué estás tratando de hacer zorrita?— en sus ojos todavía se notaban las ganas que me traía.

—Nada papi, ¿De qué hablas?— lo miré de la forma más inocente que pude.

El susurró algo que no logré escuchar y siguió preparando la cena. Ya lista me pidió que ordenara la mesa y me pareció perfecto para seguir tentándolo.

Poniendo los platos me incliné un poco para que mi falda se levante un poco y dejar ver a papi que no llevaba ropa interior, el estaba detrás mío con la cena para servirla.

Carraspeó su garganta y con su mano libre tomó mi cintura para que le diera paso para servir la cena.

—Hice pasta bebé— empezó a colocar comida en mi plato.

— Papi no, habíamos acordado que yo iba a hacer pasta para ti, no tú para mi— hice un puchero algo enfadada.

—Bueno bebé hay mucho tiempo, puedes hacerme pasta cuantas veces quieras—

Dicho esto ambos empezamos a comer, hasta que "se me cayó mi tenedor accidentalmente". Me incliné para buscarlo haciendo que se levantara un poco mi falda para ofrecerle buenas vistas a Rian.

—Ven aquí princesa— dio leves palmaditas en sus piernas para que yo me sentara a horcajadas sobre estas. —¿Estás tratando de tentar a papi?— preguntó con una voz diferente, sonaba más sexy.

—No papi— negué mirándolo a los ojos.

—¿Entonces donde están tus braguitas bebé?—

—Las he olvidado papi— empiezo a frotarme lentamente contra su pantalón mientras sus manos están a los lados de mis piernas.

—Tranquila bebé, papi hará que no te olvides nunca— empezó a jugar con sus dedos bajo mi falda, y cuando estuve lo suficientemente mojada desabrochó su pantalón dejando fuera su miembro.

—Monta a papi bebé— ordena y sin tener idea de cómo funciona lo introduzco en mi y empiezo a dar pequeños saltitos, dolía un poco pero no tanto como la primera vez. Era un dolor más placentero. La cara de mi papi era un dilema, empecé a saltar más fuerte y entre más lo hacía más lo disfrutábamos ambos.

—¿De quien eres zorrita?— pregunta papi entre gemidos mientras yo hago movimientos circulares sobre él.

—Tuya papi— entonces él empieza a tomar el control sobre mis caderas haciendo que los movimientos sean más bruscos y fuertes y mis gemidos también.

—¿Donde la quieres putita?— pregunta mientras está a punto de venirse, no sin antes yo hacerlo.

—En la boca papi—

—Eso creí, te encanta tragarte todo bebé— me arrodillo y papi se viene en mi boca haciéndome tragar todo.

Cuando terminamos me encargo de recoger la mesa y lavar los platos junto a Rian. Cuando nos dirigimos a la habitación lo tomo del brazo haciendo que mire mis ojos ahora brillantes.

—Papi...¿Otro?—

—Ay bebé— dice y me toma entre sus brazos lanzándome a la cama.

My daddy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora