My daddy

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—¿Qué dice tu mamá de Rodrigo?— pregunto a Hannah cuanto se me da la oportunidad mientras nos bañábamos en la lluvia con Allan en el patio trasero de casa

—Aún no está enterada, ni quiero que lo haga— se acuesta al césped ensuciando su ropa aún más mientras la lluvia caía sobre nosotros

—¿No piensas decirle?— Allan se me adelanta a preguntarle y ella niega suspirando. Allan y yo también la acompañamos tirándonos en el césped

—En mi familia ya saben que soy homosexual— suelta de repente Allan

Si no se habían dado cuenta de algo tan evidente es preocupante lo distraídos que están del mundo

—¿No estaban enterados ya?— negó —¿Qué te dijeron?— Hannah y yo empezamos a poner más atención a sus palabras, la familia de Allan podía llegar a ser rara aveces

—Por ahora no estoy durmiendo en casa, mamá no quiere ni verme, por eso la llamada urgente del otro día. Era papá quien llamaba— sorprendidas ante sus palabras con mi mejor amiga decidimos brindarle apoyo y lo abrazamos juntas

—Te puedes quedar en casa si lo deseas— le invito

—De hecho Annie, de eso te quería hablar. Me estoy quedando en casa de Rian— y no me sorprendió pues de alguna forma Rian y Allan eran cercanos y tenias una "amistad" por así llamarlo. Lo que me sorprendió fue lo que vino después — aveces me aburro un poco sabes, pero por suerte no estoy solo mientras Rian no está, su amiga de hecho es muy buena onda y nos quedamos mirando la tele o perdemos tiempo en algún juego de mesa. ¿Te debe caer súper bien ella no Annie?—

—¿Cómo se llama la amiga que Rian tiene por invitada?— por favor que no diga Julieta, por favor que no diga Julieta.

—Julieta— finalmente dijo, si ya me sentía decepcionada de Rian no tengo palabras para describir como me siento ahora

—Allan, Julieta es la chica que ocasionó el problema en Argentina. Es la chica que Rian besó— Hannah se encarga de refrescarle la memoria y se muestra sorprendido

—¿Y qué hace aquí?— preguntó confundido

—También yo quiero saberlo— respondo enojada no por Julieta, por Rian

—No sabía que era ella, disculpa. Sabes que no hablo con nadie que les haya hecho daño a ustedes dos. No te preocupes— la lealtad no tenía que pedirla pues cuando tienes amigos con Allan y Hannah venia por si sola.

—¡Chicos ya entren, se van a enfermar!— se asoma mamá por la puerta viendo como empezaba a llover más

Entramos, tomamos un baño y nos abrigamos bien para ir al sofá donde mamá nos esperaba con tazas de té

—Justo como en los viejos tiempos—Issa suelta un suspiro y nos da esa mirada de "cuánto han crecido"

—Siempre es Allan quien nos sonsaca para ir a bañarnos en la lluvia y luego nosotras dos enfermamos y él está tan sano como siempre— se queja Hannah y da un golpe fuerte en uno de sus hombros

—¿Se estaban bañando en la lluvia?— Dereck que iba pasando por la cocina se detiene a mirarnos totalmente abrigados muriendo de frío bajo la misma cobija

—Ya ves como algunas costumbres nunca mueren— dice mamá riendo

—Cuando tu hijo nazca tendrás que llevarlo hasta el patio trasero en un día de lluvia, acompañados de sus dos mejores amigos o quizás de sus hermanos en un futuro y les dirás "esto es lo que hacían tus tres tíos cuando niños, cuenta la leyenda que la lluvia fortalece la amistad" entonces enfermaran al otro día y tú te harás cargo de su resfriado— Allan nos había creado nuestra propia "leyenda" en cuestión de segundos, me pareció tan gracioso que no pude evitar reír

—Así será Allan. Voy a confiarles "la leyenda"— hace comillas con sus dedos

—¿Cuando te vas hermanito?— Hannah se engancha a una de sus piernas para evitarle que pueda caminar, siempre molestando a Dereck

—Me voy mañana bestia— la toma con fuerza y la tira nuevamente en el sofá con brusquedad

—¿Ya lo decidiste?— pregunta mamá

—Ahora tengo una familia— se encoge de hombros sonriendo

Dereck subió a hacer las maletas, papá no tardó mucho en llegar y nos pusimos a ver una película en un día lluvioso. Que acogedor se sentía tener a la familia así.

Entre risas y palomitas ya se había hecho más tarde, Hannah se quedaba a dormir pero Allan no, aunque le había ofrecido hacerlo decidió ir a casa de Rian donde estaban sus cosas

—Annie espero que no te moleste, Rian dice que viene a recogerme por la lluvia, dice que es peligroso—

—¡Já!— se burla la pelirroja —y tú vas y te la crees. Rian nunca se ha preocupado tanto por ti, solo quiere ver a su novia— dudó —bueno eso de novia todavía está en duda— finalizó Hannah

—Eso también lo sé, Rian no se preocupa por alguien en ese extremo de ir a recogerlo solo porque el día está lluvioso— y hablando de rey de Roma

—Yo abro— Hannah se para hasta la puerta dejando ver a Rian que tenía unos parabrisas en mano

—¿Pasó algo?— Allan lo mira extraño por lo que llevaba en mano

—Se han descompuesto los parabrisas— termina de entrar —creo que tendremos que esperar que pase la lluvia— deja a un lado el paraguas con el que había entrado

—Toma asiento— invité —yo me voy a mi habitación, cuando pase la lluvia vuelvo— le informe a Hannah, claramente se notaba que era por la presencia de Rian

No pasaron bien diez minutos antes de sentir su presencia en la habitación.

—¿Podemos hablar?— dice, pero yo sigo fingiendo que me interesa esa tonta revista de carros que había dejado Allan en la habitación

—No, no podemos—

—Annie no entiendo, ¿Qué te enoja tanto, por qué quieres que Julieta se vaya?. Sé que hubo un beso entre nosotros amor pero ella realmente necesita el trabajo, está pasando por una situación difícil ¿Quieres que te cuente amor?— se sienta en una de las esquinas de la cama

—Es que sería el colmo si me llegas a contar de esa estúpida en mi propia casa— le aviento la revista casi tan tonta como Julieta en la cara de mi querido "novio" a quien nada molestaba porque solo buscaba mi aprobación en este momento —Rian ya pasaron dos días y no veo que esa ESTUPIDA vaya en ningún avión— empecé a elevar el tono de voz y también a enojarme

—Cuando te calmes hablamos Annie Collins— respira hondo y se para de la cama

—Cierto, ya es noche. Tienes que ir a casa, Julieta ya sirvió la cena— ruedo mis ojos, me paro y como se atraviesa en mi camino lo empujo con todas mis fuerzas hasta que logré quitarlo de en medio y salir de la habitación.

Bajé hasta la sala donde estaban mis amigos, minutos después baja Rian también

—¿Nos vamos Allan?— pregunta a mi amigo

—¿Y los parabrisas?—

—Tengo otros en el carro— pronuncia seco

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