Aquel hombre de cabello rojo y penetrantes ojos azules estaba ahí detrás de su reluciente escritorio, a sus recién cumplidos 35 años poseía un enorme imperio, 4 hijos y un divorcio hacia 5 años. Su ex mujer seguía atocigandolo de vez en cuando como había hecho esa mañana.
Maldita sea aquella mujer que siempre encontraba una manera para hacerle la vida imposible, ahí en su oficina estaban los dos hijos menores, Natsuo y Shouto de 9 y 5 respectivamente, el pequeño había nacido con ambas particularidades y no tenía control así que ya había quemado unos papeles importantes. Tomó a ambos niños y los llevó con su secretaria Fukukado Emi, una dulce y risueña mujer amante a los niños. Debía prepararse para su reunión con Yagi Toshinori, la única compañía que no exportaban sus licores y eran los mejores.
Entró a la sala de conferencias listo para acribillar con sus argumentos más convincentes a aquel dueño y presidente de Plus Ultra wine. Vio a una chica vestida de traje, con los pies descalzos encima de la mesa y viendo al espejo que tenía en su mano, ignoraba la presencia del pelirrojo como si le pagaran por hacerlo. La chica poseía el cabello Azul rey con mechones rubios y ojos color naranja enmarcado por unas negras pestañas. Cerró el espejo y se colocó de pie.
— Señor Enji. Soy Yagi Nanami, use sus mejores argumentos y diviértame. - dijo enérgica extendiendo su mano, Enji la miraba despectivamente por la gran falta de respeto que había cometido al llamarlo por su nombre.- ¿me dejara así? Es una falta de respeto.
El hombre estrechó de mala gana la mano de la fémina que sonrió abiertamente, un millón de preguntas inundaban su mente. ¿Nadie le había enseñado modales? ¿De donde había salido? ¿Debía llamar a seguridad?
Tal vez no debía llamar a seguridad pero estaba seguro que que quería hacer eso, Enji podía ver en la sonrisa de esa chica que era la sonrisa del diablo y aquello solo podía traer problemas.
— ¿Quien es usted? - interrogó poniendo el portafolios en la mesa, la chica juntó levemente sus cejas.
— ¿No me escuchó señor Enji? Ya lo dije, Yagi Nanami.
La chica sonrió otra vez y el pelirrojo corroboró su pensamiento: ella tenía la sonrisa del diablo.
— ¡No me refiero a eso! - dijo firme, la chica volvió a sonreír y esta vez mordió su labio y aquellos ojos como llamas feroces brillaron.
— ¡Oh! - una risilla salió de sus labios - soy la hija menor de Yagi Toshinori.
— El solo tiene una hija.
— Si... eso creen, pero mírame ¿por qué crees que ante el mundo solo tiene una?
Rió al ver la cara de disgusto del imponente hombre, la chica de 22 años saltó aplaudiendo mentalmente. Realmente le encantaba ver a ese extraño lleno de disgusto gracias a ella.
Por otro lado, Todoroki Enji ya comprendía por qué ella estaba entre la sombra de los Yagi, si bien los americanos eran menos tradicionales que los japoneses y eran más abiertos en ciertos temas, El padre de la chica se había criado en Japón la mayor parte de su vida así que el tenía esas costumbres y podía ver claramente el desastre que tenía de hija menor.
— ¿Planea empezar?
-.-.-.-.-.-.-.-.-
Dos pares de ojos miraban severamente a aquella chica de ojos naranja que solo sonreía. Su padre y su hermana mayor frente a ella.
— ¡Solo una cosa tenías que hacer! Nanami eres imposible. - dijo El Fuerte hombre rubio y de hermosos ojos azules, su tono era algo severo pero no duro.
— ¡Papá, entiéndelo! El puede mejorar esa oferta, ya verás.
— ¿Cómo estás tan Segura?
— ¿Quieres que me haga responsable? Entonces confía en mi, padre... o bien puedes dejarme en paz y olvidar tus esperanzas que tienes en que siente cabeza.
Toshinori guardó silencio, ¿quien lo mandó a consentirla tanto en la infancia? Ahora era incontrolable tanto para el como su madre.
— Haz lo que quieras con ese contrato, aplázalo cuanto tiempo quieras, negocia con Todoroki todo lo que quieras pero obtendrás ese contrato con ganancias de más de un 50% o tendrás que buscar trabajo para vivir porque no te tocará nada.
Antes de que la de pelo bicolor dijera algo su padre había salido de la oficina, se quedó petrificada ante esa declaración y solo se escuchaba la risa de su hermana mayor, quizás hasta le había tomado una foto.
— Ahora si estás atrapada - se burló la chica de pelo rubio y ojos azules, era alta y esbelta y lucia tan o quizás más americana como su padre. Yagi Rachel hasta nombre occidental poseía.
— ¿Que diablos voy a hacer ahora? Atosigué tanto al viejo que su rostro se encendió.
— Me imagino que se puso rojo - reía la mayor de 25 años, la que estaba roja por la falta de oxígeno era ella.
— No, literalmente se encendió. Su Kosei es de fuego y realmente se encendió su rostro.
La risa de la rubia se hizo más fuerte, limpió una lagrima que se escapaba de su ojo y después tosía, reía demasiado.
— Estas jodida hermanita.
— Muy jodida.
La mayor salió de allí y Nanami se frotó el rostro, ¿que se suponía que hiciera? Solo iba a estar ahí y firmar, esa era su única función y ya estaría libre y podía seguir de fiesta ¡pero no! Tenía que hacer un Nanami -como le decía su hermana a sus metidas de pata- y arruinar todo, realmente no le convencía eso de solo un 20% de ganancias. Pero la forma en que actuó quizás nunca en la vida Enji volviera a querer ligar con con su compañía.
Estaba jodida.
Enormemente jodida.
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Fuego Fatuo- Enji Todoroki TERMINADA
Fanfiction"Hay cierto placer en bailar descalzo al borde del precipicio que solo el condenado conoce" Algunos nadan en llamas y otros se queman con gotas de agua. Nanami y Enji iban a descubrir eso del modo difícil, dos seres completamente opuestos que aparen...