La horrible resaca que todas esas chicas poseían en ese momento no era nada en comparación a lo que se divirtieron, tomaban el desayuno lo más rápido que podían, debían volver a emborracharse antes de llegar al aeropuerto pues se negaban a viajar doce horas sobrias.
-Traje fruta, sandía para la digestión. - habla Amelie colocando el plato con distintos trozos de fruta en el centro de la mesa, la franco-japonesa era prácticamente inmune a la resaca y parecía realmente feliz.
- No gracias, la sandía me cae pesada. - Ante las palabras de Nanami las otras cuatro mujeres la miraron mientras tomaba un trago de su whiskey.
- ¿La sandía te cae pesada? - cuestionó Shiori alzando una ceja. Nanami asintió.
- Te comiste ocho tacos con salsa picante y LA SANDÍA ¿es lo que te cae pesado?
- Así es.
- La sandía te cae pesado y la salsa picante en el taco no. Esta chica no es normal. - se burló Airi.
- La salsa de los tacos debe ser picante. ¡Eso es obvio! Si quieres salsa que no pique deberías ponerle mermelada.
-.-.-.-.-.-
- Le informaré a los de seguridad que no vuelvan a dejarte pasar bajo ninguna circunstancia. - acusó el hombre de cabello rojo a la albina frente a él. Su ex-mujer estaba roja de furia.
- ¡No puedes hacerme eso!
- Si puedo. Solo vienes a molestar y obstruir mi trabajo.
- Enji, yo te amo. ¡Debemos resolver nuestros asuntos! ¡Por los niños! Nuestros niños. - los grises ojos de la mujer se estaban llenando de lágrimas, Enji sabía bien que ella era una total manipuladora y que las lágrimas eran su última carta, pero ya eso no funcionaba mas en el.
- Rei, no hay nada que resolver. Te lo he dicho: no vamos a regresar.
- Todo esto es por aquella torpe niña. - el hombre alzó una ceja sin perder su semblante serio, tenía claro que ella se refería a Nanami. - ¡se que es por ella! Me las va a pagar, va a pagar haberse metido con lo que es mío.
La mujer salió de ahí azotando la puerta y Enji se frotó el rostro con frustración, definitivamente le prohibiría El Paso a su compañía; desde el divorcio ella siempre trataba de llamar su atención o de hacerle la vida imposible, pero hacía unas semanas estaba instigándolo más de lo normal.
Siempre tenía una excusa tonta y la nueva eran sus hijos, hijos de los cuales ella no mostraba el más mínimo interés.
Su teléfono vibró en su bolsillo con un mensaje de Nanami que estaba al otro lado del mundo.
Ya voy a subir al avión. No estoy ebria :c
¿Que tiene de divertido estar ebria al volar?
Son 13 horas...
Si estoy ebria no siento el viaje.Estaré en el aeropuerto esperándote.
Ten un buen viaje.Nanami empezó negándose a eso, pero Enji no aceptó aquello. Quería verla y no esperaría al siguiente día por eso, la extrañaba aunque no se lo diría.
Con ella en República Dominicana sus horarios eran exactamente lo opuesto y a penas se mandaban dos o tres mensajes al día, a veces se llamaban, pero hablar durante siete minutos no era suficiente para el.
Llegaría a las seis de la tarde.
- Fukukado, quiero todo despejado desde las tres de la tarde y reservación en el restaurante ese de cinco estrellas que me recomendaste. - aviso por el teléfono a su secretaria.
- Entendido. Shouto va en camino.
Cerró la línea y tal como ella avisó su hijo menor había entrado por la puerta, el de mirada heterocromatica tenía el teléfono de su hermano mayor en la mano y tenía un puchero.
- Padre. - le llamó con la voz temblorosa. El de ojos turquesa lo miro. - el teléfono de Touya-nee no funciona.
Se acercó y se subió a las piernas de su padre.
- ¿Como que no? Le compre ese teléfono hace una semana. - gruñó, estaba furioso con su primogénito.
- ¡Mira! Presionó aquí para llamar a Na-Chan, pero no llama... Touya-nee se enojará conmigo al saber que rompí su teléfono.
El seguía presionando el nombre de Nanami en el teléfono y la llamada se cortaba sola, el inocente Shouto estaba preocupado por la reacción de su hermano mayor y Enji se sintió un idiota por estar molesto por nada.
- Nanami está en el avión de camino para acá, por eso no puedes llamarla. - informó y vio cómo los ojos de su hijo brillaban con emoción, eso era algo que solo la mujer de ojos naranja podía provocar.
El pequeño salió feliz de la oficina luego de hacerle prometer que Nanami jugaría con el cuando llegara, minutos después entró su secretaria a entregarle unos documentos.
- ¿Se encuentra bien? - preguntó la hermosa mujer viéndolo con aquellos ojos verde menta, Enji sentía que esos ojos podían ver el fondo de su alma y aquello lo hacía sentir expuesto.
- Si, solo... estoy pensando. - Emi asintió ante aquella respuesta, tenía claro que su jefe no era un hombre de mucha conversación. - ¿Como sabes que estás a punto de hacer lo correcto?
- Nunca se sabe hasta el final. - ella sonrió y Enji suspiró, el se sentía como un tonto pre-puberto con su primera erección, tenía treinta y cinco años, cuatro hijos y un divorcio. Ya el no debía estar pasando por esas porquerias. - Pero señor, si la pregunta es Nanami... la respuesta es si.
N/a
En el capítulo 11 esta es la cerveza que toman.
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Fuego Fatuo- Enji Todoroki TERMINADA
Fanfic"Hay cierto placer en bailar descalzo al borde del precipicio que solo el condenado conoce" Algunos nadan en llamas y otros se queman con gotas de agua. Nanami y Enji iban a descubrir eso del modo difícil, dos seres completamente opuestos que aparen...