"Hay cierto placer en bailar descalzo al borde del precipicio que solo el condenado conoce"
Algunos nadan en llamas y otros se queman con gotas de agua.
Nanami y Enji iban a descubrir eso del modo difícil, dos seres completamente opuestos que aparen...
El tercer día de suspensión de Touya y se sentía en las mejores vacaciones de la vida, la chica se estaba quedando junto al joven y se dio cuenta que tenía varias cosas en común con el primer descendiente Todoroki, el chico de quince años se parecía mucho a ella en actitud y gustos.
Se encontraban jugando Free fire en equipo y ya eran invencibles, siempre terminaban en primer lugar.
Nanami miraba de reojo al chico que tenía el uniforme de la escuela, ya que Enji no los llevaba a la escuela se les hacía más fácil poder engañarlo. El chofer dejaba a los cuatro en la entrada y Fuyumi se llevaba a los menores dentro del recinto lo más rápido que podía para que no notaran que su hermano mayor estaba suspendido, después de que ya entraban el de ojos agua caminaba un par de cuadras lejos y tomaba un taxi para el apartamento de la joven que se estaba convirtiendo en una gran amiga.
Touya admiraba el que Nanami retara a su padre sin que le temblara el pulso.
- Tengo una duda. - murmura con la vista en el juego, su personaje se ocultó detrás de un árbol.
- ¿Cual?
- ¿Por qué me llamaron a mi? Podían llamar a su madre... ¡ahhh, ayúdame! - gritó lo último cuando los disparos empezaron a lloverle, Touya llevó su personaje a la ubicación y empezaron a arremeter contra sus oponentes.
- El viejo tiene nuestra custodia. - susurró - Si vuelven a darle una queja de mí quizás me golpeé. - Nanami rió.
- Mamá solía golpearme. - susurró con nostalgia y el chico suelta una carcajada. - no sabía que Enji tenía su custodia. - confiesa, no había tenido tiempo de hablar con Emi así que no tenía conocimiento de cómo había terminado el juicio, pero al parecer el hombre había ganado.
- ¿Recuerdas el día de la obra? - Ella asintió- ese día papá se dio cuenta de que no le interesamos a mamá.
- Seguro que Rei-San los ama.
- No nos ha llamado a ninguno, ni siquiera a Fuyumi o a Shoto que eran sus favoritos. Tiene las llamadas de la escuela bloqueadas desde que se divorciaron. Es claro que le damos igual.
- Eso aún no me deja claro cómo terminaron llamándome a mi. - bromeó intentando aligerar el ambiente. Al parecer al chico lo estaba afectando el rechazo de su madre.
- Solo tenemos a mamá y al viejo, no se comunicaron con el porque estaba en un junta de negocios, entonces Fuyumi dijo que el tenía una novia, como has ido por nosotros en otras ocasiones, le creyeron y la mandaron a llamarte...
Nanami había olvidado su juego y estaba con 10% de vida.
- Enji me va a odiar cuando se entere de esto, ¿lo sabes? Yo no tengo derecho a meter mi nariz en los asuntos familiares de otras personas. - le dice seriamente, ya su personaje había muerto, miraba como Touya se mordía el labio.
- El solo odia a mamá... y un poco a mi... -Lo último fue casi un susurro.
- Tu padre no te odia. - el de pelo rojo giró los ojos. - si te odiará solo habría pedido la custodia de los otros. ¿No lo crees?
El chico ganó el juego, después suspiró y colocó sus ojos turquesa en Nanami, ella vio como chasqueó la lengua y frunció el ceño, una sonrisa surcó sus labios y Touya se sonrojó.
- ¿Que pasó? - preguntó.
- Haces las mismas expresiones de tu padre. - murmura y una risilla se le escapa ante la mueca del joven, se imagina a un Enji de su edad y está segura de que es realmente apuesto.
Touya no dijo nada, se aburrieron de jugar online, conectaron el Nintendo Wii y empezaron a jugar un juego de lucha que la chica iba ganado.
Partida tras partida la de cabello azul iba ganando, terminaron tirados en el suelo por el cansancio.
- Yagi-San... - llamó Touya.
- Nanami, usa mi nombre.
- ¿Sientes algo por el viejo? - la chica se atragantó con su propia saliva y empezó a tose.
- ¡Mira la hora! Debo llevarte a la escuela.
-.-.-.-.-.-.-
Nanami examinaba los biberones que tenía al frente, había de todas formas, Tamaños y colores. Eso hacía que fuera aún más difícil escoger unos cuantos, casi todos eran hermosos.
Estaba realmente sumida en sus pensamientos cuando sintió que chocó con alguien, levantó la vista y se encontró con Todoroki Enji.
- Lo siento. - dijo el sin siquiera mirarla.
- ¡Hola, Enji! - al oir la voz de la chica por la espalda de Enji corrió una extraña electricidad, miró a la que poseía los magnéticos ojos naranja.
- Que extraño verte por aquí, Yagi.
- Yo siempre estoy por aquí. Lo extraño es verte a ti. - dice frunciendo el ceño.
Silencio. No se habían visto desde el día que fueron a comer helado. Nanami se encontraba nerviosa pues mientras ella compraba el regalo para el baby shower del fin de semana ella estaba ocultando al hijo del hombre que tenía al frente en su apartamento. Tragó grueso.
- ¿Puedo preguntarte algo? - Enji asintió- eres padre y quizás puedas ayudarme a escoger el regalo.
El rostro de Enji no mostró expresión pero eso era una positiva, mientras buscaban el regalo ideal se dieron cuenta que ambos estaban invitados a aquella fiesta.
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