La lluvia era torrencial por algún extraño motivo, debía haber una tormenta porque era la única forma en la que llovía en esa zona. Enji y Nanami estaban bajo una sombrilla y la lluvia no tenía planes de detenerse. Ninguno quería mojarse.
— Controla el agua para que no nos moje.
— No se hacer eso tan bien...
Luego de esa confesión hubo silencio. Nanami nunca necesitó tener un gran control de su Kosei y solo lo usaba para cosas cotidianas y tontas, no debía controlarlo por horas; después de todo ella no era un héroe.
Después de unos minutos pudo controlarlo para que no callera sobre ellos y empezaron a caminar, era realmente buena haciéndolo aunque era su primera vez y eso no duraría mucho, lo supo cuando empezó a marearse y tuvieron que correr a cubrirse otra vez.
Enji bufó y la cargó. Nanami empezó a patalear en su pecho y golpear su espalda por la sorpresa.
— ¡Que cavernícola! Al menos acomódame que siento que caeré de boca. - se quejó mientras sostenía su pelo que por esa posición tocaba el suelo.
— Calla, Yagi.
— Usa mi nombre, maldita sea.
Fue ignorada y Enji emprendió camino, más cálido de antes. El elevó su temperatura al punto de que el agua se evaporara antes de llegar a el y al punto de que ella no se sintiera incómoda por el aumento. Era agradable.
Sentía que iba a derretirse cuando noto que la mano de Enji estaba en su trasero, no había una segunda intención y ella lo sabía.
Llegaron al edificio y aún así el no la bajaba, pero ella permanecía en silencio pues le gustaba su cercanía. Por los espejos del elevador pudo notar que el estaba rojo, quizás por su particularidad. Llegaron a la habitación y el de hebras rojas la lanzó a la cama, ella rió al sentirse como una niña con aquello pues su padre le hacía eso a ella y a su hermana.
— Enji, tu rostro sigue encendido. - habló Nanami viendo como el fuego en su rostro no se apagaba.
— Da igual. - respondió con la voz extraña y se fue a cambiar al baño. Nanami se miró en el espejo y sus mejillas estaban rojas, además de que se le hacía difícil no inundar todo, el la ponía cada vez más nerviosa.
Eso no estaba bien, ello no era de las que se ponían nerviosa ante un imponente hombre como Enji, ella había tenido a sus pies miles de hombres imponentes y nunca se sintió ahogada por alguno de ellos.
Salió con solo un pantalón de pijama mientras que ella tenía un pequeño camisón de seda. Seguía con el rostro y cabello encendido. ¿Que diablos le pasaba?
— ¿Y la parte de arriba?
— La quemé.
Una risilla se escapó de los labios de Nanami mientras el se sentaba en la cama aún encendido. Se imaginó como la camisa se hizo polvo al intentar ponérsela. Se acercó a él de manera lenta, aquellos ojos turquesa se quedaron viéndola. Enji no entendía lo que le pasaba. Millones de mujeres mejor que ella estaban a sus pies y no le causaban ni un cosquilleo. Pero Nanami lo hacía sentir raro.
La mano de Nanami se acercó al rostro de Enji, intentó lo mismo que con Shouto, pero su mano estaba cubierta de agua para así no quemarse, el fuego no se apagó en aquella inundación y el agua no se evaporó con el incendio.
Ambos se confundieron gracias a eso.
— Tu fuego me quema. - murmuró Nanami mientras tocaba la piel de hombro. La piel de Enji era más que cálida.
— Tu agua me ahoga. - fue la respuesta mientras que ella sintió esa misma calidez en su muslo. Maldita sea, sentía que se quemaba.
Aún estaba encendido. Los ojos naranja veían a los turquesa y la idea más descabellada del día cruzó la cabeza de Nanami. Se acercó al rostro del hombre y el fuego se apagó.
— Genial. - susurró Nanami mientras sonreía. Ya se había acabado el incendio dando paso a la inundación.
Miró los ojos de Enji nuevamente, más de cerca se podía ver el brillo sin igual que poseía, mordió su labio por la emoción de recuperar su control.
Enji veía los ojos naranja. La chica había apagado sus llamas con solo el amague de un beso, ahora el quería ese beso. Iba a tomar ese beso.
Tocó su cabello y se sentía como tocar la superficie del agua, la besó. Juntó sus labios y ambos sintieron el calor, sus labios bailaban haciendo que el piso se mojara. Enji se puso de pie e hizo que Nanami enroscara sus piernas en su cintura.
Apretaba cada vez más al hombre para así sentir aún más su calidez. La temperatura de Enji se elevaba y Nanami hacía que el agua corriera.
Vapor había en la habitación. Las uñas de Nanami se clavaron en la espalda de Enji y un jadeo escapó de sus labios cosa que el hombre aprovechó para entrar su lengua. El sabor de la chica era delicioso.
Mientras la besaba movió sus manos desde los muslos de la chica hasta su cintura para así delinear su figura. El camisón de seda se hizo cenizas y la sensación hizo que Nanami se apegara más al hombre y sintiera su cálida piel.
Ahora bajó a su cuello. Dejó un beso húmedo.
Un teléfono los sacó de su burbuja de placer y vapor. Nanami se bajó de los brazos de Enji y corrió al baño cubriendo sus partes con sus manos. Y Enji buscó el causante del molesto sonido.
Su teléfono sonaba con una video llamada de Fuyumi.
— Hola. - dijo cuando la llamada conectó y dejó ver a Natsuo y Shouto.
— ¡Hola papi! Ya te extraño. ¿Cuando vienes? En una semana es el drama escolar.
— Estaré allá en unos días.
— ¡Hola bebés! - gritó Nanami desde el espejo al escuchar a los dos dulces niños que eran hijos del hombre que hacía poco había incinerado su camisón favorito.
— ¿¡Es Na-Chan!? - cuestionó El Niño. - ¡quiero verla! Papi quiero verla.
Enji miró a Nanami y con la mirada la invitó a su lado.
— Hola cositas lindas.
— ¡Nanami! Quiero que vengas al drama escolar también. ¡Papi dile que diga que si!
Nanami reía con lo adorable de ese Niño. Claro que iba a ir a ese drama escolar.
no se si es real o no pero me enamore
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Fuego Fatuo- Enji Todoroki TERMINADA
Fanfiction"Hay cierto placer en bailar descalzo al borde del precipicio que solo el condenado conoce" Algunos nadan en llamas y otros se queman con gotas de agua. Nanami y Enji iban a descubrir eso del modo difícil, dos seres completamente opuestos que aparen...