11-Amelie

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Nanami y Enji despertaron en la misma cama, la chica de cabello azul sintió la cálida mano aferrada a su cadera y todas las imágenes de lo vivido hacía pocas horas pasaron por su cabeza. Quizás fue un sueño todo y tuvo sexo con un desconocido.

Detuvo su respiración para hacer el menor ruido posible al girarse de forma lenta. Los recuerdos no eran un sueño, a su lado estaba Enji dormido tranquilamente. A pesar de el pánico que tenía por no saber en cómo afectaría eso a los negocios que tenían.

Mira su rostro lleno de paz y con uno que otro mechón rojizo en su frente, pensó en moverlo pero se abstuvo de hacerlo por miedo a despertarlo. Sin el ceño fruncido se veía tan hermoso. Una sonrisa surcó sus labios mientras admiraba a aquel hombre.

Abrió aquellos ojos turquesa. Enji se encontró a Nanami mirándolo fijamente y eso lo regresó a la realidad. Había tenido sexo con la hija de su futuro socio. Con la revoltosa hija de su futuro socio.

Las imágenes de lo ocurrido la noche anterior viajaban por su cabeza. Por debajo de la sabana ambos estaban desnudos, el hombre lo sabía pues aún seguía con su mano en la cadera de la chica. Ambos se miraban sin decir nada, el silencio era Perfecto. El naranja y el azul chocaban. Nanami no se contuvo y sonrió.

— ¡Buen día!

— Buen día. - respondió Enji sorprendiéndola. Se sonrojó. Y la cálida mano que había en la cintura de la chica ahora estaba en su rostro.

Para sorpresa de ambos Enji la estaba besando. Lanzó a un lado su asombro y decidió seguir aquel beso. Era lento y quien llevaba el ritmo era el. Al pasar varios Segundo se hizo más apasionado. El de cabello rojo se encontraba sobre la chica y junto a los besos ella arañaba un poco su espalda. Lo quería dentro de ella pero no iba a pedirlo estando sobria, se sentía avergonzada.

— Si no lo pides, no lo tendrás - susurró Enji en su oído con voz ronca. Solo escucharlo tan cerca hacia que su piel se erizara. Los labios de Enji ahora dejaban húmedos besos en su cuello.

— Por favor.

Aquel susurro fue música para sus oídos. Una parte de el quería que ella suplicara más pero realmente el no podía contenerse mucho tiempo. Se introdujo en ella de una estocada, soltando ambos un fuerte jadeo.

El va y ven era fuerte y rápido igual que los gemidos que arrebataba de la boca de Nanami. Arañaba la espalda de Enji gracias a todo ese placer que estaba sintiendo.

— Ya casi ~ - avisó la chica. El hombre pelirrojo aumentó la velocidad. Con cada Embestida ella sentía que tocaba el cielo.

Llegó a su deseado orgasmo y fue seguida por Enji que se corrió dentro de ella nuevamente.

Ambos volvieron a quedarse dormidos nuevamente, abrazados en aquel cuarto lleno de vapor.

Horas después Enji fue despertado por el grito de Nanami, se lanzó de la cama al no verla en ninguna parte y al poner un pie en el suelo se cayó.

— Lamento haberte despertado. - habló Nanami a su lado quien ya estaba en el suelo.

— ¿Que demonios pasó?

— El vapor se enfrió y se volvió agua.

Era obvio.

Enji se puso de pie y ayudó a Nanami para que se reincorporara. Sabía que la chica podía llegar a ser algo torpe así que la cargó hasta el baño.

Procedieron a bañarse juntos y al caminar a la habitación Nanami se hubiese caído si Enji no la atrapa.

Ella tenía que salir y Enji decidió quedarse. Fue al bar que había en la piscina y pidió la misma cerveza que Nanami le había dado el dia anterior. Pensó en todo lo que hizo en la noche, la mañana y hacía un momento. Tuvo sexo con Nanami y si pudiese retroceder el tiempo no hubiese cambiado absolutamente nada.

Ya habían pasado casi seis años desde su divorcio, su trabajo le dejaba poco tiempo para el sexo además de que el trataba de evitar volver a toparse con una loca con Rei.

-.-.-.-.-.-.-

Nanami caminaba de un lado a otro en el aeropuerto de punta cana, esperaba a su amiga Amelie. Mordía sus uñas evitando quebrarlas. Definitivamente se había vuelto loca.

Tuvo sexo con Todoroki Enji. El hombre más malhumorado de la vida la había hecho correrse hasta olvidarse de su propio nombre. Su piel se puso de gallina solo con pensar en el, también sacó su teléfono y colocó el recordatorio de pasar por la farmacia a comprar una pastilla para evitar darle un hermano menor al dulce Shoto.

— ¿Que sucede? - preguntó la chica de cabello lila y ojos dorados apareciendo frente a la de ojos naranja.

— ¡Te extrañé tanto! - gritó abrazando a su amiga. Amelie trataba de alejarla pues literalmente la estaba asfixiando.

— Aléjate, hueles a sexo.

— ¿Q-que?

— Es broma. Cálmate.

Nanami suspiró. El corazón por poco se le salía por la boca.

— ¿Cómo estás con Taishiro? - preguntó Nanami luego de bajar la música. Sabía que Amelie la había puesto tan alta para evitar hablar de ese tema.

— No le he hablado. Hace dos días dejó de llamar y de enviar flores con notas de "lo siento"

— ¿Estás consciente de que esas fotos fueron trucadas? - replicó.

— ¡Ya lo sé! Me lo comprobaste, pero a él no le interesa recuperar nuestra relación. Una llamada no es suficiente para arreglar eso.

— Te entiendo.

La de ojos dorados suspiró cansada. Después miró las dos tarjetas que había en el auto.

— ¿Y eso?

— La llave de tu cuarto y la mía. - dijo de manera obvia. Apretó más sus manos al volante.

— Son diferentes números.

— Me estoy quedando con alguien. - confesó Nanami y Amelie llevó la mano a su pecho.

— Eres una sucia. - dijo riéndose. Iba a descubrir quien era tan importante para estar en esa habitación en lugar de ella.

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Fuego Fatuo- Enji Todoroki TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora