36- ¡Si!

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Nanami terminaba de leer un contrato que debía firmar a ciegas, pero ella simplemente estaba cansada y quería molestar a esa exportadora la cual iban a adquirir por un precio definitivamente regalado.

Firmó aquel contrato y el trato fue sellado, se sentía realmente bien esa mañana lo que no era normal. Pero ¿como no? Si de a poco todo lo dañado en su vida se estaba arreglando

Esa noche ella iba a cenar con Enji sin los niños cosa que hacía tiempo que no hacían juntos, Nanami amaba pasar tiempo con los hijos de Enji pero también amaba pasar tiempo a solas con el.

- ¿Por qué estamos aquí? - cuestionó Amelie mirando su teléfono, buscaba algún restaurante cercano con buenas reseñas.

- ¡te lo dije! Esta noche voy a cenar con Enji, quiero un vestido lindo. Iremos a ese sitio italiano que me gusta.

- ¿Es su primera cita?

Amelie alzó una ceja y vio la reacción que esperaba, Nanami puso los ojos en blanco y Amelie estallo en carcajadas

- Ya, en serio.

- ¡Es en serio! Hace mucho no tenemos tiempo a solas.

Nanami y Amelie continuaron viendo los vestidos hasta que la primera encontró uno que si le gustó.

Por fin pudieron ir a comer como la francojaponesa queria, ya en el lugar Amelie guardo silencio y mientras que su amiga pidió cerveza ella solo pidió jugo en vez de su habitual licor de menta.

- ¿Quieres sushi?

- no.

Nanami parpadeó un par de veces como si eso la trajera a la realidad, claro que algo andaba mal. El sushi era el menú predilecto de su amiga en cualquier lugar; además era adicta a ese asqueroso licor de menta.

- ¿Estoy ebria ya? - cuestionó la rubia midiendo su vaso, estaba casi segura que solo había dado un sorbo. Sus ojos pasaban del vaso a su amiga.

- Tienes mucho aguante, es imposible. - ambas soltaron una carcajada.

- Ya, en serio. ¿Que pasa?

Entonces llegó el mesero, Nanami pidió una pasta rosa y Amelie una pasta de cuatro quesos.

Entonces cada vez que la chica iba a empezar a hablar el mesero regresaba con alguna estupida pregunta. La paciencia de Nanami se estaba agotando.

- Si el chico vuelve con una pregunta: juro por quien sea su Dios que le clavó un tenedor en la cara.

- Cálmate, no digas esas cosas en voz alta.

- ¡Mujer!

- Bien, sólo quería hacerte una simple pregunta. - Amalie se quedo en silencio viendo como el ceño de su mejor amiga cada vez se fruncía más.

- Luego del mesero sigues tu.

- ¿Quieres ser la madrina de mi bebé?

- ¿Que bebé?

Nanami bebió de su cerveza con sorbete para no arruinar su labial rosa, se quedó mirando atentamente a su amiga esperando la respuesta que no llegaba

Entonces algo conecto en su mente todas las señales, jugo, no sushi y la palabra "bebé" ¡era obvio! Amelie ya estaba embarazada.

- ¿cuando? !claro que si! ¡Si! Mil veces si.

-.-.-.-.-.-

- Son lo peor por ocultármelo tanto tiempo - murmuro colocándose los aretes, Enji se anudaba la corbata.

- Ella queria darte la noticia.

-illi quiri dirti li nitici.

- ¿en serio? - el hombre se cruzó de brazos y ella fingió no verlo por el espejo.

Al terminar ambos de prepararse dejaron a los niños al cuidado de Amelie y Taishiro ya que Nanami prefería que no hubiesen extraños en la casa.

Fueron a un restaurante indu ya que habían comido italiano en esa misma semana, la rubia se sentía feliz ahí en el lugar decorado de forma estaña y tomando la mano de Enji.

- Estás hermosa esta noche.

- Tu estás menos mal que otras noches. - amos sonrieron. Esa se había convertido en la repuesta de cualquiera que le hiciera un cumplido al otro.

En momentos como ese Nanami se daba cuenta de lo mucho que había cambiado desde que había conocido a Enji. Si le había llamado la atención desde el principio, pero molestarlo era tan divertido.

Desde el momento que pisó aquella oficina supo que su vida cambiaria de alguna forma, y así fue. Desde sus hijos hasta su loca ex-mujer.

- Tengo cosas que decirte.

Aquello le hizo fruncir el ceño, la última vez que escuchó esa maldita frase le dijeron que ningún niño tendría el privilegio de ser su hijo biológico, y aunque jamás lo diría de nuevo le dolió bastante.

- Te advierto, haré un escándalo aunque estemos en público.

- No son cosas malas.

- Pues prosigue, mi amor.

- lo he dicho mucho, pero te amo. También te agradezco demasiado lo qué haces por mi y por mis hijos... gracias por el simple hecho de estar. No se que sería mi vida sin ti.

- un desastre- Enji asintió.

Nanami sonrió y lo vio pasar su mano con frustración por su rostro. Confundida Nanami frunció el ceño pero su gente rápidamente se volvió uno de sorpresa cuando vio que Enji estaba de rodillas frente a ella con un anillo que tenía un zafiro gigante.

- ¿Quieres casarte conmigo?

- ¡Si! Un millón de veces si.

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Fuego Fatuo- Enji Todoroki TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora