21-¿Quieres ser mi novia?

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El imponente pelirrojo esperaba a la heredera menor de los Yagi en el aeropuerto, 6:47PM y ella aún no aprecia, el maldito avión llegó a la hora pautada, pero aparentemente había algún problema con la maleta de la chica.

Enji marco su número y lo mando directo al buzón, seguro estaba en modo avión o lo había descargado jugando alguno de los tontos juegos que tenía, porque si, Nanami tenía un sinnúmero de juegos en ese teléfono.

- Disculpe, ¿ha visto a un apuesto y gruñón hombre por aquí? - dijo Nanami frente a Enji haciendo que el despegará sus ojos turquesa del teléfono.

- No lo se. ¿Vio a una loca y revoltosa mujer por aquí? - le siguió el juego, era algo que con el tiempo se había vuelto recurrente en el. Era más fácil seguirle sus juegos que ignorarla ya que ella no se rendía.

- ¡La vi! Metió una botella de vodka al avión, grito que si no se embriagaba detonaría la bomba... está completamente loca.

- Es todo un dolor de cabeza.

- Pobre de ti. - comentó conteniendo la risa.

Enji dejó escapar media sonrisa, por fin ella estaba ahí frente a él, quería abrazarla y prohibirle rotundamente irse del país. ¿Que más daba? Como siempre pasaba cuando estaba con ella, Enji sucumbió a sus impulsos y la rodeó con sus brazos. A pesar de la sorpresa Nanami correspondió sintiendo el calor que aquel hombre emanaba, calor que a ella le encantaba.

Nanami tenía el rostro más rojo que el cabello de Enji, caminaron al auto del hombre y luego de subir las maletas procedieron a subirse ellos en silencio.

- ¿Te multaron?

- Papá va a matarme. - murmuró. - soy un enorme desastre, solo quiero llegar a mi departamento y dormir 17 horas seguidas. - la de hebras azules se frotó el rostro, era una desgracia para el apellido y una enorme decepción para su familia.

- Todo estará bien. - Enji tomó su mano sorprendiéndola, Nanami sabía muy bien que el no era una persona de muchas palabras y el cálido tacto la reconfortaba. Los ojos naranja miraron a los turquesa y sonrió.

- Gracias por todo Enji, por las noches en las que escuchas todas mis tonterías y gracias por venir a recogerme.

- No tienes que agradecerme nada.

Minutos después Enji puso el auto en marcha, aun tomando la mano de Nanami. Ambos eran muy tontos y muy orgullosos como para decir lo agradable que era el contacto.

- Acompáñame a cenar. - pidió Enji de la nada y aquello era algo que Nanami nunca creería ni en el más loco de sus sueños. Su corazón se aceleró. Pero estaba horriblemente cansada, un horrible vuelo sobria, ser multada y luego el haber recibido una larga y tediosa charla sobre cómo comportarse en un avión y ¿como olvidarlo? Su pasaporte fue revocado por esa conducta, ¡pero malditos! Le quitaron su vodka, eso si que era una conducta inapropiada.

- Enji... Otro día, estoy muy cansada.

Si estaba cansada, encima de que debería resolver todo el lío que hizo en pocas horas antes de que su padre se enterase. Airi conocía a personas de inmigración y el padre de Shiori era general de la policía... Sus amigas le harían la tarea más sencilla y otro día podría cenar con Enji. ¡Oh! Una cita real con el era lo que ella quería, aunque no estaba enamorada el, no.

- Cena conmigo, debemos hablar el contrato y no tendré tiempo más adelante.

Y al caño la cita. Nanami se sintió verdaderamente estupida al creer que Enji la estaba invitando a una cita. No era una cita, era una porqueria para hablar sobre el trabajo que ella estaba a punto de perder porque su padre iba a matarla y luego bailar sobre su tumba. "La fiesta sigue en un lugar más caliente" ese sería su epitafio.

- Enji...

- Por favor. - eso si que la había sorprendido, quizás si que habría conseguido embriagarse en el avión.

- Está bien. - murmuró. Estaba cansada, preocupada y ahora también decepcionada.

Nanami no le presto mucha atención al camino. Ni siquiera estaba emocionada porque Enji no soltaba su mano.

En el restaurante que era muy elegante, dicho sea de paso. Nanami no articulo palabra alguna ni siquiera para ordenar ya que el lo hizo por ella. La comida llegó y aun ninguno había dicho palabra alguna.

- ¿Sabes que estoy divorciado? También tengo la custodia de mis cuatro hijos.

- Lo se. ¿Que tiene que ver con el trabajo? - preguntó tomando un sorbo de su vino. Entonces Enji tomó su mano haciéndola callar.

- Me gustas. - eso dejó a Nanami sin palabras. - Me gustas mucho.

- Yo...

- Déjame terminar. Mis hijos te aman y tu los amas a ellos... a los cuatro. Son mis hijos y a mi no me caen bien todos al mismo tiempo. Eres muy inmadura y llevas las locuras de la juventud a otro nivel. Me gustas y quiero saber...

Hubo un enorme silencio. Enji no encontraba las palabras y se sentía como el idiota más grande del mundo, luego de un matrimonio de todas la vida y después de hacerse divorciado ninguna mujer le había inspirado el querer algo serio, pero Nanami si. Y no tenia ni era de cómo hacerlo, se sentía como un idiota de dieciséis otra vez.

- Tu puedes. - animó ella sin tener la más mínima idea de lo que Enji tenía planeado decirle.

- ¿Quieres ser mi novia?

Y Nanami se quedó totalmente en blanco.

Nunca ni en un millón de años se imaginaria que Enji le haría esa pregunta, pero ahí estaba estática ante eso.

Las palabras no salían de su boca, ¿Que debía responder? Era un hombre mayor que ella que pronto firmaría un contrato con la compañía ¿era correcto? No estaba segura de que eso estuviese completamente bien, pero se sentía muy bien.

Ahí tomando la cálida mano de Enji mientras el esperaba la respuesta que no llegaba, las palabras seguían sin salir.

Entonces lo besó.

Porque los besos hablaban más que las palabras.

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Fuego Fatuo- Enji Todoroki TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora