23-Relacion

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- ¿Cuando vuelves a clases? - preguntó Nanami mientras pasaba el cuchillo en medio de la caja y de ese modo abriéndola.

- El lunes. - murmuró Touya mientras colgaba un cuadro en la pared. - lamento lo de tu apartamento.

- ¡Tranquilo! ¿Es el primer apartamento al que le quemas la cocina? - el de ojos turquesa asintió. - yo la incendié tres veces, y eso fue solo el mes pasado. Además este apartamento es más grande y bonito.

- Si... es bonito, supongo.

- ¡No supongas! Solo admira, cuando seas grande podrás ser como yo.

El chico giró los ojos mientras negaba con la cabeza, se sentía extraño por haber quemado la cocina de la chica y aún más con el hecho de que ella cambió de apartamento a penas piso tierra japonesa.

Acomodaron las tazas, platos y algunos cuadros en las paredes, el proceso de mudanza a penas empezaba y ninguno de sus muebles se encontraba en el lugar.

Se sentaron en el suelo sobre cobijas, al menos el baño, la cocina y las paredes ya estaban listas y en la semana todo estaría terminado.

- ¿Por qué ya no te tiñes? - pregunto de la nada. En ese momento a su mente llegó el recuerdo de Touya con cabello negro las primeras veces que lo vio, incluso pensaba que el chico era albino como sus hermanos.

- El viejo lo prohibió cuando empezamos a vivir con el.

Ella asintió y volvió a recostarse, le dolía el brazo por apuñalar las cajas para abrirlas, le disgustaba mudarse pero su antiguo apartamento era como un iman para los insectos que ella tanto detestaba.

- ¿Cuando el viejo nos hablará de su relación? - aquella pregunta la hizo toser. Se atoró con el aire ur respiraba.

- ¿Que?

- Tu chaqueta de cuero azul está allá. La tenías puesta cuando te fuiste al caribe y yo arreglé tu closet y no está ahí, está en mi casa.

- ¿Acaso soy la única mujer con una chaqueta azul?

Definitivamente algo andaba mal con el aire acondicionado porque ella estaba empezando a sudar sin control, sus manos temblaban y sentía ganas de ir a defecar.

- No. Pero eres la única con chaqueta de cuero azul que tiene sexo con mi padre.

Nanami se quedó en silencio y al ver la sonrisa de superioridad en el rostro del menor supo que se había puesto roja, de cubrió el rostro y la carcajada de Touya resonó en aquel apartamento.

- Eres un Niño malo. - murmuró ella con las manos aún en su rostro.

- A Natsuo y Shouto les encantará la noticia.

-.-.-.-.-.-.-

La chica de cabello azul suprimía su risa, el hombre junto a ella seguía provocándola.

- ¡Enji, basta! Tus hijos van a escucharme. - dijo al salir de la cama para poder alejarse de las manos de Enji.

- No pareció importarte hace un rato.

Nanami frunció el ceño, ¿acaso todos los Todoroki iban a hacerla sentir incómoda en esa semana? El de cabello rojo simplemente palmeó el colchón como petición de que regresara y ella así lo hizo.

Se acosto junto a él, abrazándolo, no era la primera vez que dormían en la misma cama pero si era la primera vez que estaban abrazados en la cama y fue algo de Nanami noto al instante.

Era la primera vez en sus años de vida que estaba abrazada a un hombre que no fuese de su familia. No solia abrazar a sus parejas porque tarde o temprano eso llegaba a crear vínculos, vínculos que ella evitaba a toda costa.

Ahora estaba rompiendo su primera regla, ahí abrazada a Enji y apoyada en su pecho. Para su sorpresa era algo que no le disgustaba.

- ¿Que piensas?

- Nada.

- Nanami. - susurró en forma de reclamo. Ella sabía bien que el había llegado a conocer ciertos gestos que hacía, pero no iba a decirle lo que pensaba.

- ¿Cuando hablaras con tus hijos?

- Cuando tu quieras que lo haga.

Aquello la sorprendió bastante. En su mente el pondría alguna dificultad al hacer pública esa relación antes sus hermosos hijos, pero no, el estaba dispuesto a decirles en ese mismo momento si así ella lo quisiera.

Una semana después y Enji no había podido coincidir con su novia. Su trabajo y el de ella estaban exigiendo bastante y gracias a eso se extrañaban y pasaban enviándose mensajes como dos estupidos adolescentes.

- Rei va en camino. - escuchó el por el teléfono al levantarlo. Suspiro con ira hacia si mismo por haber olvidado hablar con los de seguridad.

La puerta de abrió y la albina no llegó iracunda como el hombre pensó que pasaría. Ella caminó tranquila y con una sonrisa dulce hasta sentarse frente a él.

- Buen día, amor.

- ¿Que quieres? - preguntó aburrido, tenía mucho trabajo que hacer y lo último que quería era a Rei obstruyendo su trabajo y poniéndolo de peor humor.

- Quiero recuperar a mis hijos.

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Fuego Fatuo- Enji Todoroki TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora