Naruto y compañía se hallaban caminando por las zonas de la aldea, su intención era intentar buscar una posada para que todos pudieran descansar. Sin embargo por más que buscaran no tenían éxito alguno, al parecer no les gustaba recibir a extranjeros en aquella aldea.
De cualquier caso, no solamente buscaron una posada, sino que también intentaron comprar algunos bocadillos por algunas tiendas, pero la respuesta negativa seguía siendo la misma.
La única solución que les pareció viable era dejar la aldea.
—Dios, muero de hambre. —Exclamó un rubio con sonidos desde su estómago.
—No eres el único. —Respondió su pelirroja compañera. —Además necesito una buena ducha.
— ¿Quién será ese tipo?... causa mi total atención. —Hablo Pakura con un semblante pensativo.
—Mmm... A quien te refieres exactamente. —Contesto Karin, quien se frotaba constantemente el estómago.
—...Can...
Eso fue suficiente para llamar la atención Naruto, quien no había participado en la conversa con anterioridad.
—No te preocupes, Pakura. —Sonó en tono serio. —Sea quien sea, no debería de desconcentrarnos de nuestro objetivo principal.
—Lo sé. Pero no negaras que ese nombre, tiene "Poder" sobre esta aldea. Eso lo puedo entender en el momento en que el tipo lo dijo...
Naruto observo de reojo a Pakura, se estaba preocupando demasiado del tema, lo único que debería de hacer es olvidarlo todo.
—No sé ustedes, pero yo si no como algo en estos momentos, me desmayare. —Interrumpió la tensa conversa, mientras su estómago rugía por montones.
Pakura no titubeo ante la mirada seria del rubio, pero entendió que lo mejor sería dejar esto en el olvido. Siguieron su camino sin un rumbo fijo, anhelaban un plato de comida y una buena ducha para poder dejar este estrés.
Su caminata los llevo hasta un pequeño mercado, que no era tan grande, pero si era suficiente para abastecer de alimentos la aldea. En esa diminuta calle tan estrecha, se podían apreciar los aldeanos comprar de un lugar a otro.
Naruto y los demás se adentraron en aquel mercado, con la esperanza de que alguien se apiadara de ellos y les vendiera comida. Pero la cosa no fue tan así. Al parecer los problemas eran pan de cada día en esta aldea. Pues unos hombres bastantes robustos estaban haciendo ya sus meriendas por el lugar. Además de estar gritando por ahí el nombre "Can" con gran orgullo.
Algunas personas salían corriendo, mientras otros simplemente se escondían, los 3 tipos hacían prácticamente lo que querían; incluso golpeaban a cualquiera que pasaba cerca de ellos.
Uno de los tipos postro su mirada sobre una mujer de tal vez unos 30 a 35 años que se encontraba en el lugar, en su mano derecha traía consigo una bolsa de compras repleta de frutas y verduras. Él hombre dejó ver su espantosa sonrisa, mientras avanzaba hacia la mujer lentamente.
Ella se percató al instante sobre los movimientos que estaba haciendo él, por lo que procuro no tomarle mucha importancia. Lo mejor que podía hacer era ignorar todo y salir de ahí con gran rapidez, era un buen plan, pero ya era muy tarde. Éste la tomó del brazo derecho con gran fuerza y la aventó al piso con repudio; el grito de la mujer al caer al piso no motivo a nadie a querer ayudarla, al contrario, todos se alejaban más, incluyendo a los vendedores que guardaban sus cosas apresuradamente para no meterse en líos.
La ferocidad del hombre se hizo notar al destrozar la bolsa de la mujer, cuyos alimentos volaban de un lado para otro. Sus compañeros reían con malicia mientras observaban la escena que se desarrollaba en aquel piso.
No pasaron más de 20 segundos antes de que pedazos de ropa comenzaran a brotar del cuerpo de aquella mujer, las intenciones de él no eran para nada buenas, los gritos de auxilio ya se podían escuchar.
Sin embargo, todo se interrumpió en el momento en que una manzana voló a gran velocidad impactando la cara del tipo, el sangrado comenzó de inmediato, desde su nariz hasta las gotas que resbalaban por su perilla. Sus camaradas quedaron en shock ante la situación, así que sin dudar buscaron al responsable con la mirada.
Y allí se encontraba... Un shinobi con la vista puesta al frente, sus rasgos delataban la seriedad de sus ojos. El viento removía con gran pesadez la capa que traía éste, sus brazos se dejaron ver notando la fiereza de sus puños al mantenerlos apretados, sus piernas separadas una de la otra mostraban firmeza, y por último, su cabello dorado que se revoloteaba de lado a lado por aquel viento.
— ¡Que creen que están haciendo! —Replicó el joven.
Los tipos lo observaron de pies a cabeza con gran confusión en sus ojos, el que yacía en el piso trato de levantarse como pudo; llevo sus manos hacia su nariz para tratar de detener el sangrado.
— ¡¿Quién diablos eres?! —No respondió a su pregunta el joven.
— ¡Si no quieren salir heridos, será mejor que se larguen de aquí! —Vocifero el rubio con gran valentía.
Aparecieron dos siluetas a cada lado de Naruto, ambas mujeres con la vista llena de repudio hacia los tipejos que se encontraban frente a ellos. Una de ellas no aguanto más y fue a socorrer a la señora que sollozaba en el piso.
— ¡Estúpidos extranjeros! No saben realmente con quienes se están metiendo. —Hablo uno de los hombres con enfado.
— ¡Nada ni nadie te da el derecho de tratar a las personas así! —Exclamó la pelirroja quien sostenía a la mujer con esfuerzo de pie.
—Cuando lo sepa Can... Se arrepentirán. Eso se los puedo asegurar. —El tipo levantó a su compañero y se marcharon por el lugar donde vinieron.
— ¡Otra vez ese nombre! ¡¿Pero quién rayos es can?! —Pakura ya se molestaba cada vez que oía ese nombre.
La mujer les agradecía de todo corazón por haberla ayudado, Karin le paso su capa a la mujer, no quería que se fuera así. Ella lo acepto con gran amabilidad, pero... un extraño ruido llamó la atención de los presentes.
—Eh, Karin... ¿Fuiste tú? —Preguntó el rubio de manera ingenua.
La nombrada se hallaba totalmente avergonzada, que incluso su cara completamente roja lo demostraba. Quería morirse, ¿porque justo en ese momento tenían que sonar sus tripas de manera abrupta?
La mujer solo rió suavemente, así que decidió invitar a los jóvenes a su humilde morada. Aunque intentaron resistirse, no pudieron, ya que al escucharla decir que les daría de comer, decidieron aceptar gustosamente.
Continuara.
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El Camino Hacía La Paz (Naruto Fanfic) (PAUSADA)
FanfictionTras el ataque del kyubi a konoha, un bebé rubio es separado de sus padres, el cual es encontrado por una pareja de extranjeros de la aldea de la lluvia. Con el pasar de los años el joven chico experimentara lo que es el dolor y sufrimiento, así que...