El Camino Hacía La Paz (Naruto Fanfic) (PAUSADA)

Capítulo 24 "Seguir El Mismo Camino"

La recuperación de Naruto fue mejorando con los días, al parecer había adquirido un simple resfriado, pero gracias a los cuidados de Karin, Pakura y los "conocidos" de nombre Haku y Kisame pudo recuperarse antes de tiempo.

—Lamento mucho las molestias. —Se veía al rubio haciendo una reverencia.

—No te preocupes muchacho. —Respondió el mayor. —Lo importante es que ya estas mejor. 

—Aún así estoy muy agradecido con ustedes. —Respondió el joven rubio. —Si no los hubiéramos encontrado, lo más probable es que hubiera... muerto.

—Yo no lo creo de esa manera muchacho. Tal vez habrían tenido problemas por el camino, pero hay algo que me asegura de que hubieran podido encontrar las respuestas a esos problemas.

—Tal vez tenga razón... —Respondió con un desvío de mirada.

La sonrisa de ambos presentes, se dio a conocer con calidez, mientras avanzaban hasta la puerta de salida. El ambiente nevado era un lugar perfecto para olvidar problemas y dudas al respecto. Él rubio apoyado en el marco de la puerta, divisó a sus compañeras de equipo que recogían leña, junto a la joven de nombre Haku.

—Cuando la encontré, tenía un semblante de frialdad. —Habló el hombre de tono azulado.

Naruto se le quedó observando por un rato a la fémina de cabello negro.

—¿Y ahora?

—Aunque no lo demuestre a cambiado. —Afirmó el robusto hombre.

—Y su estado en ese tiempo... ¿Cómo era? —La curiosidad del rubio fue demostrado en sus palabras.

Kisame sólo se cruzó de brazos y dejó el ambiente en silencio por unos cuantos segundos.

—Odio. Solamente odio y más odio. Su capacidad para pensar había desaparecido por completo. Cualquiera que la escuchara en ese tiempo pensaría que era una máquina de matar. —Tristeza se notaba en sus palabras, Naruto cerró sus ojos al escuchar las palabras de Kisame.

Este no aguantó más y lágrimas brotaron de sus ojos rasgados.

—Nacer con habilidades que te hacen considerar un monstruo en la sociedad, te hace cuestionar tu propia existencia.

—Eso lo puedo entender... pero al igual que ella, tú... también fuiste alejado de la sociedad. ¿Me equivoco, kisame?

—Hablar de mí, no tiene sentido alguno. Solo sigo luchando contra todo para poder seguir cuidando de ella.

Naruto estaba más que convencido con lo que debía hacer, así que no dudo en salir afuera y colocarse de frente contra Kisame.

—No tengo nada más que pensar. —Dijo para acto seguido extender su mano. —Vengan con nosotros.

Firmeza se escuchaba en las palabras del amarillo, quien poseía unos ojos de gran determinación y voluntad.

Kisame no entendía con gran exactitud las palabras del joven hacía su persona. ¿A que se refería precisamente?

—No... Comprendo.

—Mi intención no es mala, así que no te preocupes. Pero ves allá. —Apuntó hacía sus compañeras. —Ellas han sufrido al igual que ustedes... Tal vez no de la misma manera... Pero si del prejuicio de la gente. —La mirada del rubio era de agonía.

—Te puedes imaginar un mundo de paz... —Las sorpresivas palabras de Naruto hicieron eco en el interior de Kisame.

¿Eso podría ser posible?

—¿Y como lo conseguirás? Si tu respuesta es de mi agradó tal vez acepte. Pero si no... No me quedará más remedio que rechazarla.

La sólida voz de Kisame llevó al rubio a sonreír.

—No te mentiré. No tengo idea de cómo lograrlo. Pero hay algo que si sé.

Trago saliva Kisame de forma abrupta, jamás pensó en ver a alguien con esos ojos.

—Y es que tengo un destino que seguir. —La exuberante mirada de éste le hizo retroceder unos cuántos pasos al azulado. Su omnipresencia se hacia notar por todo el lugar. Esos ojos morados con ondulaciones... era algo magnífico y a la vez aterrador.

—Por eso quiero que sigamos el mismo camino. —La mirada azulada del joven había vuelto en todo su esplendor, su sonrisa tan reluciente cautivaba paz en el corazón de Kisame.

La mano estirada volvió a hacer acto de presencia; y aunque él la quedara mirando, al final terminó aceptándola.

—Confiare en ti, Naruto. Por ella, a quien quiero que vea que no todo es malo. —Respondió éste con una sonrisa. —Te dejo mi vida a cargo.

—No hace falta tanta admiración, recuerda que ahora somos compañeros, Kisame.

El rubio y el azulado caminaron por el nevado sendero hasta llegar a donde se encontraban las mujeres hablando.

—Chicas tengo algo que decirles. Presten mucha atención, porque sólo lo diré una vez.

La engullida sonrisa del rubio no se hizo esperar en la pequeña reunión de los presentes, Kisame mantenía su serio semblante, pero a la vez se encontraba sonriendo igual que el Uzumaki.

Naruto les explicó la situación a sus compañeras y por supuesto también a  Haku, que se encontraba atenta a todas las palabras del joven.

Sin embargo cuando ya estaba por acabar, una seca y delgada voz detiene al portador del rinnegan.

—No pienso ser parte de esto. —Su semblante había cambiado radicalmente. —Kisame... No puedo creer que hayas aceptado así como así. —Decía la joven que miraba al mayor de reojo.

Karin y Pakura no se entrometerían en esta pequeña discusión de ideales. Ellas sabían perfectamente cómo se sentía Haku al no ser preguntada antes si quisiera unirse o no al grupo. Sin embargo la duda de la pelinegra no es ser aceptada por ellos, sino con que propósito se irían con ellos.

—Quiero saber cuáles son tus intenciones. ¡Ahora! —Dijo la mujer que en apenas unos segundos se hallaba con una Senbon en su mano derecha.

Está lo tenía justo en frente del cuello de Naruto, un paso en falso y estaría en el cielo con los ángeles.

Todos se pusieron tensos al ver la escena que reflejaban el Uzumaki y la chica.

—Es simple... Traeremos paz al mundo ninja.

La pelinegra no podía creer lo que acababa de escuchar, ¿Esto era real, o una broma de mal gusto?

—Pero no estás obligada a venir con nosotros. —Estas palabras sorprendieron a todos.

—¡¿Qué dices?!

—Lo que escuchaste. Si no estás preparada, será mejor que no vengas. —Dijo el rubio con repudio, hablaba bastante en serio.

Haku no aguantó más y de un gran salto se alejó de Naruto. —Esto lo arreglaremos aquí y ahora.

—Como quieras.

Continuará.