El sol pegaba con mucha fuerza sobre la tierra, era demasiado sofocante el calor, eso lo podían entender muy bien esos 2 jóvenes que se hallaban en el país del viento, su ubicación era desconocida, pues la tormenta de arena no los dejaba orientarse con gran exactitud. Y aunque supieran que ya estaban en el país del viento, eso no los ayudaba mucho que digamos.
Ambos se sostenían de las manos, sería todo un problema si se separan en medio de aquella tormenta.
Su primordial misión, era salir de aquella arena, que no hacía más que meterse en sus sandalias y en sus ojos. El camino se tornó largo y cansador con el tiempo, pero al menos la tormenta ya había cedido, lo suficiente como para orientarse ya.
—Lo único que veo es, arena y arena y por supuesto. Más arena. —Alegó el joven un poco molesto.
—Bueno, ¿Que más esperabas? Así es el país del viento. Lo peor de todo esto, es que no estamos ni siquiera cerca de la aldea de la arena. Mejor dicho, Ni siquiera sé dónde rayos estamos. —Agregó con molestias.
—Iremos hacia el oeste. —Ordenó el rubio, mientras comenzaba a caminar.
— ¡¿Ah?! ¡Y como éstas tan seguro que el Oeste esta hacía allá! —Replicó en contra del rubio.
—Instinto...
—Bromeas, ¿Verdad? —Dijo la chica mientras comenzaba a seguirlo.
—No.
Un bufido de resignación dejo salir la joven, no sacaba nada en contra decirlo, ya que el casi nunca escucha a nadie.
—Te lo había dicho antes ¿no? —Hablo el rubio. —Dejaré que el destino, guíe mi camino.
Ella ya no lo escuchaba, solo caminaba detrás de él, como ya se hacía costumbre.
Su caminata por el desierto apenas comenzaba, pero... el gran esfuerzo que estaban haciendo iba a traer pronto sus frutos.
1 hora después de dirigirse hacia el "Oeste" a lo lejos ven una figura, y esperan que esta vez no sea un maldito reflejo por el calor, ya que sería la sexta vez que ven algo a lo lejos y no se trate de nada.
La figura al parecer se movía, o eso es lo que al menos ellos veían. Tras unos cuántos minutos llegaron hasta donde se encontraba esa figura. Efectivamente se trataba de una persona, una mujer, para ser más específicos.
Los 2 jóvenes no dudaron en acercársele para preguntar por algunas direcciones, o para al menos saber en qué lugar se encuentran.
Karin no dudó en ir a preguntarle, mientras que Naruto solo se quedó observando a esa extraña mujer.
—Disculpe, usted sería tan amable de decirnos, ¿Dónde estamos? Por favor. —Pregunto Karin, a la cual se le podía apreciar su cansancio.
Esa mujer volteó unos momentos para encontrarse con esos 2 jóvenes que se veían algo agotados.
— ¿Que donde estamos? Esto es el desierto de la arena, niña. —Lo dijo con sus brazos en alto. —Y ustedes, parecen que son extranjeros ¿me equivoco? —Habló con dirección hacía el rubio. Al parecer notó la bandana de éste, que pertenecía a la aldea de la lluvia.
Ambos jóvenes asintieron, aunque Naruto también se fijó en la bandana de aquella bella mujer, era de la arena, de eso no hay duda.
—Parece que están perdidos, deberían darse prisa en buscar la salida y marcharse cuanto antes. —Eso dejo algo confundida a Karin.
La mujer se dio la media vuelta y se preparaba para marcharse, era bastante bella, su pelo largo de color verde que era sujetado por un moño encima de su cabeza, además de 2 grandes mechones que sobresalían de sus costados, estos eran de un color un poco anaranjado.
Su cuerpo bien desarrollado, mostraba vendajes por sus tobillos, muslos y cintura. Por otra parte su vestimenta constaba de un vestido corto, sin mangas. Y por último esos bellos ojos marrones que eran capaces de mirar más allá del horizonte.
A Naruto le extraño esa mirada, si... esa mirada que conocía perfectamente, lo que era el dolor y sufrimiento.
—Ya veo... tú también has experimentado el dolor de este mundo...
Esas palabras dejaron impresionadas a las 2 mujeres, Karin solo miraba hacia ambos lados, mientras que ella, sólo detuvo sus pasos, para soltar un pequeño bufido de molestia.
Karin fue corriendo hacía donde estaba el rubio, y le dijo; "Que crees que haces" El solo la apartó hacia atrás de él y se enfocó en la mujer que tenía enfrente.
—La soledad... no, eso no es... tú has experimentado la traición.
Las palabras seguían haciendo eco en la mujer, esta no pudo más y se giró para quedar de frente con el muchacho. Cosa que asusto un poco a Karin, pues la tipa esa, al parecer se había enfadado por las palabras de Naruto.
—Escucha... niño. No tengo tiempo para tus juegos. Así que será mejor que no me molestes. No estoy de ánimo para escuchar estupideces.
Dicho esto, se volvió a girar para esta vez sí irse de allí.
—Escapar de esas emociones no te traerá nada bueno. —El rubio mantenía su firme vista en ella.
—Oye, Naruto detente. —Dijo un poco asustada la pelirroja. —No queremos tener un conflicto aquí, sabes.
Karin trataba de tirar del brazo del rubio pero apenas y lo movía, este volvió por segunda vez a soltarse de ella. Solo le dedicó una sonrisa y unas pequeñas palabras; "Todo estará bien"
La mujer seguía de pie sin hacer o decir algo. Al parecer esas ¿palabras le habrían llegado?
—No deberías dejar que esas cosas te afecten.
— ¡¡TU QUE DEMONIOS SABES!! —El grito de la mujer dejo impactada a Karin, ella sentía miedo, pero al contrario del rubio, este seguía sin titubear frente a ella.
— ¡Me estas hartando mocoso! —Decía la mujer que comenzaba a voltearse. —Si vuelves a abrir tu boca. ¡Te prometo, que la dejaré cerrada para siempre!
Karin comenzó a retroceder, ella no quería involucrarse en esto, pero tampoco lo iba a negar, tenía miedo.
El rubio seguía tan tranquilo como siempre, aunque la acción que hizo, impresionó tanto a Karin como a esa bella mujer.
Se hallaba frente a esta, con su mano estirada. —Ven con nosotros. Estoy seguro que si te unes, seremos capaces de cambiar el mundo. —Esas palabras fueron necesarias para hacer reír con gran entusiasmo a la mujer.
—Escucha niño. No sé quién eres, ni me interesa saberlo. Pero no gracias. No quiero jugar contigo y tu noviecita a salvar al mundo. —Dijo la mujer, ya más calmada.
Esta vez no dudo ni un segundo más, y se fue de allí.
—Entonces cargarás con esas traiciones. Te convertirás en una kunoichi que no valdrá la pena. Tu aspecto es lamentable. Deberías de aceptar mi propuesta.
Esas palabras ya habían hecho más que suficientes sobre la chica. Definitivamente ella quería matarlo. Y no lo dudaría ni un segundo más.
Una extraña sensación se apoderó del lugar, un horrible calor comenzó a brotar aún más. No se sabía de dónde venía.
—Felicitaciones muchacho. ¡¡ACABAS DE CAVAR TU PROPIA TUMBA!!
La mujer comenzó a correr hacia donde estaba el rubio. Esto no pinta para nada bien. Pero ¿quién será esa extraña mujer? Y ¿qué es lo que pretende nuestro rubio protagonista?
Continuará.
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El Camino Hacía La Paz (Naruto Fanfic) (PAUSADA)
Fiksi PenggemarTras el ataque del kyubi a konoha, un bebé rubio es separado de sus padres, el cual es encontrado por una pareja de extranjeros de la aldea de la lluvia. Con el pasar de los años el joven chico experimentara lo que es el dolor y sufrimiento, así que...