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Dedicado a: Cisafafita

Lance había invitado a Keith a estar en la casa de su familia. Donde él se había criado.
Lance y Keith no dejaban de mirar a los sobrinos del cubano correr por la playa.

-Miralos. -los más peques comenzaron a jugar en la orilla. La chica giró su cabeza y saludo a su tío. Su sobrino hizo igual.
Lance rió y les saludó de vuelta.

-Te quieren mucho. -murmuró el coreano.

-Si. -dijo sonriendo. -Están hechos unos trastos. -murmuró. Lance miró al coreano. El mencionado miraba el mar. -¿Enamorado del mar?

-No me hagas responder a eso. -el coreano miró al cubano. Lance sonrió, y acercando al chico del mentón miró sus labios.
Pero escuchó las respiraciones alteradas y las risas jóvenes.

-¡Tío Lance, mira, conchas! -su sobrina le enseñó en la palma de sus manos las diversas conchas. Lance sonrió.

-¿Que... que han dicho? -susurró el coreano.

-Conchas Keith. ¿No las ves? -murmuró divertido. El coreano rodó sus ojos y Lance le abrazó por la cintura para tratar de quitarle el enfado tonto. -¡Son preciosas! -Keith miró al cubano. -Que son preciosas.

-Gracias tío Lance. -los chicos miraron al de pelo largo. Keith les miró y con vergüenza miró a Lance. El cubano sonrió.

-Id a por más para el tío Keith. -dijo sonriendo. Los niños asintieron.
Se levantó y estiró la mano hacia Keith. -Ven, vamos dentro.

-¿Para qué?

-¿Para estar solos? Ven coño. -Keith levantó su mano y cogió la ajena. -¡Enanos, la mamá está en las escaleras! -gritó el cubano a sus sobrinos. Estos respondieron al unísono y terminaron correteando por la arena.

Lance corrió con la mano del coreano entre la suya.
Llegó al interior de la casa tras una cortina de tiras de plástico, esas cortinas que se ponen por dentro de las casas y las puertas.
El que entienda entenderá ese tipo de cortinas.

Lance sonrió al saber que no había nadie. Tiró a Keith del brazo y le dejó sobre él.

-¿Y estás tan enamorado del mar como de mi? -pregunto socarron, con Keith sobre su pecho.

-Eres imbécil. -sonrió y acomodandose y sentándose en cierta zona, acercó su rostro al ajeno.
Lance sonrió y se dejó besar por el coreano. Poco tardaron en meter lengua y Lance en buscar su trasero.
Colocó allí sus manos, mientras que Keith acariciaba su mejilla.
Se separó de su boca y sonrió cerca de sus labios.

-¿Y bien?

-Me estoy clavando tu paquete en el culo Lance. -canturreó en un susurro.

-¿Y por qué no miras que hay dentro del paquete? -susurró con una sonrisa en los labios.

-No tientes.

-Vamos, igual hay premio... -beso de nuevo sus labios.
Keith bajó una mano a su pantalón, y con sus dedos fue corriendolo lentamente.
Tenía el boxer a la vista. Mordió el labio ajeno y se robó un suspiro que escuchó de sobra. Inundó el salón.

Hasta oir la cortina abrirse de golpe.

-¡Traemos para el tío Keith! -el mencionado se pegó aún más a Lance. Ambos miraron a los más pequeños.

-¿Que te pasa tio Lance? -Keith no entendía nada. Era español. Miró a Lance. Negó sonriendo.

-Nada chicos. Estoy bien. ¡Pero hacedle el collar! -los peques asintieron. Salieron corriendo hacia fuera y se sentaron en la arena, con las conchas en la mano.

Keith y Lance soltaron el aire aliviados.
Se miraron.

-Perdón. -susurró Lance.

-Me la eatoy clavando mucho. ¿Como eres capaz de meterte en un marrón tan gordo como este? -le echó en cara el asiático. Lance rió apenado.

-Perdón. -murmuró. Keith suspiró y besó su boca. -¿Me... vas a dejar así? -un pequeño silencio.

-Ya veremos.


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[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis.
Si tenéis alguna idea que os hace ilusión, comentarla y se pondrá en marcha. 💜 ]

Klance // One Shots [2da Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora