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Donde es el cumpleaños de Keith.

23 - 10 - 18

-¿ Y los ojos vendados? -preguntó el coreano.

-Es una sorpresa Keith. Deja de hacer el tonto. -Shiro sonrió. Observó su mano jugar en la venda. -Y deja de tocar la venda.

-¡Me agobia no ver nada, esto es patético!

-¡Ya estamos llegando, quieto! -murmuró el mayor.

Shiro aparcó y abrió la puerta.
Keith se cruzó de brazos.

-Levanta. -murmuró el coreano más mayor. El menor alzó ligeramente los brazos y se dejó desabrochar.
Shiro le ayudó a salir y al hacerlo le puso delante de algo. Al menos eso pensó Keith, pues Shiro le colocó recto.
-Felicidades Keith. -murmuró. Shiro le quitó la venda.
Delante suya la casa donde había pasado su vida entera.
Keith ensanchó ligeramente una sonrisa emocionada.

-Gracias Shiro. - se fundió en sus brazos y entró a su casa.

Dentro su madre.
Se le cayeron las lágrimas al verle allí, esperándole.
Pasó el día con ella.
Comió con ella y lo más importante: habló con ella.

-Y ella le dijo que no. -murmuró. De limpió los labios y en los mismos se coló una sonrisa. -Y entonces se dió cuenta de que a mi me gustaba un poco y... no se. Fue rápido en realidad.

-¿Pero te gusta de verdad? -dijo su madre sonriendo.

-Si... no se. -a Keith le entró una vergüenza de adolescente en un pestañeo. Sus mejillas se pintaron de rojo. -Nos gustamos. Él ha tardado pero... se ha dado cuenta. -murmuró sonriendo.

-¿Lleváis mucho?

-Desde un poco más tarde de que te fueras.

-Me perdí algo importante. -dijo sonriendo. Keith negó.

-No, mamá. Estas ahora. Hoy. -sonrió y cogió su mano.

-¿Lance no? -Keith asintió sonriendo.

-Si.

-El de las películas y las patadas a la puerta. - Keith asintió riendo. -¿Siempre es así de tonto?

-Si. -confirmó sonriendo. -Lo es.

Después de comer Keith llamó a Shiro.
Le dejó en su casa y le dió miedo sentir la luz apagada.
Todas las persianas bajadas, unos susurros al fondo de la casa y un chasquido raro.
El chasquido era un mechero.
Y el susurro era su equipo: Hunk, Pidge y Lance.
Ahí estaba Lance.

-¡Felicidades! -gritaron con sólo sentir la luz encendida. Keith se asustó y terminó chocando su espalda contra la pared.

Cortaron la tarta. Una tarta de Hunk, de esas que él sabia hacer. Y de esas buenas buenas.

Lance no dejaba de mirar a Keith. No dejaba de sonreír.
Y Keith le miraba de reojo.
Bajo la mesa se habían cogido la mano.

Todos se fueron.
O eso pensó Keith.
Sonrió y miró a Cosmo.

-Ha sido genial. -murmuró sonriente. Se quitó la camiseta y se dirigió a su cuarto.
Y casi se cae de espaldas por culpa de un segundo susto.

Pidge y Hunk habían conseguido distraer a Keith y hacer que dejase de estar pendiente de Lance por unos minutos.
Y Lance había conseguido hacer tiempo.

-¿Listo, samurai? -el coreano sonrió. Lance estaba tumbado en la cama, sólo en camiseta y boxers.

-¿ Que haces Lance, y las velas, y las rosas? ¿Cuanto te has gastado? - Keith apretó el interruptor de la luz. Lance rodó sus ojos.

-Lo estás estropeando Keith. Tengo dos regalos de cumple. Este es uno... -el chico sonrió y le acercó de las tiras para el cinturón de su pantalón. -¿Lo quieres?

-Si. Mucho. -sonrió y abrazo al cubano. Lance apagó la luz y de nuevo las luces de las velas inundaron el cuarto.

-Felicidades Keith. - tras un silencio susurró algo más, con una sonrisa en los labios. -Te quiero.

-Y yo a ti. -sintió la calidez de sus labios en los suyos.

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[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis.
Si tenéis alguna idea que os hace ilusión, comentarla y se pondrá en marcha. 💜 ]

Klance // One Shots [2da Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora