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Keith se quedó en casa de la familia de Lance unos días. Le había insistido el cubano.

Hacía frío. Bastante.
Aún así nadie les obliga a esos dos a ponerse la ropa después de echar un polvo silencioso con la puerta cerrada y las tres sábanas que tenía la cama de Lance encima.
Tras la puerta se escuchó a los sobrinos de Lance chillar algo como "¡Nieve!".
Lance se removió y encontró a unos largo a centímetros a Keith, de espaldas a él.
Se acercó hacia su piel desnuda y dejó sus labios sobre ella. Los dejó permanecer y abandonar varias veces, dejando besos por toda su espalda limpia de pecas (no como la suya, que encima tenía una enorme cicatriz).
Keith se removió. Se giró y escondió su cara entre su cuello.

-Párate... -murmuró en voz baja, de forma casi inteligible. A Lance se le pintó una sonrisa vencedora.

-Venga. Subirá mi madre.

-Me da igual... -murmuró.

-Estamos desnudos Keith. Esa mujer es capaz de destaparnos a menos dos grados. -murmuró. Keith se abrazó a su cintura. -O podemos hacernos los muertos y quedarnos aquí toda la vida... -susurró. El azabache ya había cerrado los ojos hacia rato. Estaba dormidito.
-Eh tú.

-Que si... -murmuró cansado.

El cubano se separó y muy a su pesar, buscó su ropa interior.
Escuchaba a sus sobrinos jugar y chillar por la nieve. Y se le ocurrió un plan maestro.

-No te muevas de aquí. -salió de la cama tras ponerse el pijama y bajó a intercambiar palabras con su madre.
Tardó poco en subir, cerrar la puerta y tirarse sobre la cama.
Keith gruñó y se tapó hasta arriba.
Lance se quitó con una sonrisa el pijama de nuevo.
-¿Sigues desnudo?

-Que si... -murmuró. Lance se metió en la cama. Con los labios pintados de felicidad y travesura, comenzó a besar su cara, su mandíbula y su cuello. Keith abrió sus ojos. - Lance... -rió.

-Tenemos tiempo. Vamos. -murmuró. Keith suspiró. Rodó y se colocó encima de su vientra y sus piernas. Ambos sentían todas las pieles pegadas a todas las pieles ajenas. Todas, insisto.
Lance cerró sus ojos al sentir la boca de Keith coronar y reinar la suya, y atrapó con sus dedos el cabello de su nuca al meter el mismo si lengua en su boca.
Se separó para dejar el aliento contra el suyo. Volvió a unir ambas bocas.

Keith terminó apoyado por sus manos, con el cabello cayendo por los lados de sus hombros, con Lance debajo, con sus piernas rodeadas en su cintura.
El cubano se dió el gusto de definir su cuerpo con sus dedos.

-¿Cuanto tenemos?

-Hasta que consigas derretir toda la nieve de fuera... -murmuró riendo. Ambos rieron.
Unieron ambas bocas y aprovecharon esos minutos de soledad.

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[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis.
Si tenéis alguna idea que os hace ilusión, comentarla y se pondrá en marcha. 💜 ]

Klance // One Shots [2da Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora