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Continuación 129

Ya han pasado 3 meses.

-Klaus, las zapatillas. Vamos, siempre igual. -murmura el cubano. Su hijo corre descalzo a por ellas.
Lance no deja de mirar por la ventana.

-Papi.

-Ah, dime amor. -su padre se acerca a él Y le acaricia la mejilla.

-Cuando... ¿va a volver?

-No tardará mi amor. Te lo prometió. - su hijo comienza a jugar con el errete de los cordones de su sudadera. Ese crío tiene 6 años, y empieza a añorar a su papá.

-Quiero verle. -murmura en voz baja.

-Va a venir mi amor. Lo ha prometido. -susurra antes de acogerle entre sus brazos y abrazarle.

Ahora son 4 meses.
Lance ha pasado noches sin dormir. A veces obtenía noticias de Shiro, y no solían ser buenas.

-¿No recibís señal... cómo? -Klaus estaba en un pupitre pequeño dibujando, ajeno a la conversación.

-No captamos su receptor. No podemos comunicarnos. -Lance pasa una mano desde su frente hasta sus raíces del pelo. -Lance, no pasa nada.

-Shiro no es por mí. Es por él. ¿Qué le digo yo a él? - Shiro dirige sus ojos al cuerpecito pequeño de Klaus. Está de rodillas dibujando, con la lengua fuera por una de sus comisuras. -Quiere verle. Y si... y si... -Lance coge aire y lo tira.

-Todo va a ir bien Lance.

Han pasado 5 meses. Van a llegar al medio año.
Keith se fue una tarde fría de invierno, y ahora tanto el mayor como su hijo van en manga corta.

-Klaus por favor... las zapatillas. - murmura Lance desde la cocina, removiendo cosas en un armario.
Y tocan el timbre. Y Lance, entre choques de cristal, pues no lo oye. -Klaus las zapatillas.
Y oye a su hijo corretear por las escaleras. -Donde vas, eh, las... -le ve abrir la puerta. -¡Klaus, por mi madre, ven a por... ! -es al abrir la puerta cuando se calla de golpe. Oye a su hijo reírse.

-¡Es papá, es papá! -sus manitas tocan a su padre, que está de rodillas. Tocan su cara, su pelo largo recogido en una coleta baja y sin terminar. -¡Es papá! -y de la sonrisa y la alegría pasa a llorar. El niño no es consciente de la realidad hasta oírle.

-Hola enano. - Klaus se echar a llorar y abraza con fuerza y miedo a su padre. Keith mira a Lance. Lance siente que le va a estallar el pecho o el corazón. No puede. No puede resistir ese bombardeo en su pecho. -Estoy en casa. - murmura Keith.

-Pedazo de... -Lance se quita el delantal rojo que lleva y corre hacia su pareja. Ahora es él quien llora. Ahora es él quien esconde su cabecita en su cuello, así como su hijo lo hizo alguna noche.
Por que Lance también tenía pesadillas. Pero... ¿quien podría oirlas?

Pero ya da igual.

Ahora si están en casa.

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[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis.
Si tenéis alguna idea que os hace ilusión, comentarla y se pondrá en marcha. 💜 ]

Klance // One Shots [2da Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora