26. Se Pilla Antes a un Mentiroso...

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Tres cosas que no se pueden ocultar durante mucho tiempo: el Sol, la Luna y la verdad

Buda

Un millón de felicitaciones corren de parte de nuestros compañeros por haber ganado el concurso, incluso Ignasi ha salido de su despacho para darnos la enhorabuena, a su manera, pero la enhorabuena al fin y al cabo.

-¡Habéis conseguido salvar a la empresa de la invasión de infiltrados del gobierno! -Grita dándome un abrazo. Intento no poner cara de asco por su olor a sudor. -¡Sabía que elegirías bien a tu equipo!

-Un momento... ¿Elegirías? -Pregunta Bruno que está justo detrás de mí. Arrugo la cara y me doy la vuelta para mirar su cara descompuesta. -¿Escogiste a Gabriel antes que a mí?

-Bruno... No es así, le escogí porque le necesitaba.

-¿Y por qué me mentiste?

Bruno se da la vuelta y se pierde entre la gente que celebra nuestra victoria. Intento alcanzarle saliendo de entre las personas pero cuando me libro de la multitud que no hace más que cogerme del brazo para felicitarme, no le veo por ninguna parte. Otra persona me agarra del brazo y esta vez más fuerte que ninguno de los anteriores. Al darme la vuelta, veo a Emma con unas largas ojeras y sus ojos azules llenos de rabia.

-¿No decías que no habías elegido a tu equipo? Sabía que te gustaba Gabriel. -Gruñe apretando mi brazo.

-Emma, suelta. Me estás haciendo daño.

-¿Y el que me estás haciendo tú a mí?

-Yo no he hecho nada. Llevé a Gabriel porque es diseñador gráfico. -Suelto moviendo mi brazo bruscamente hasta que consigo que me suelte. -Me hubiera gustado llevar a tu hermano por encima de cualquiera, pero el se encarga del marketing y es cierto que ayuda, pero, ¿quién va a hacer el diseño si no está Gabriel? Además, no sé qué hago dándote explicaciones cuando tan siquiera vas a comprender lo que estoy diciendo.

-¿Y no hiciste nada con Gabriel? -Pregunta cruzándose de brazos y levantando una ceja.

-Trabajar.

-¿Si le pregunto a Gabriel dirá lo mismo?

-Posiblemente ni te conteste. Es Gabriel. -Respondo asintiendo con la cabeza. -Ahora, si me permites, voy a buscar a tu hermano.

-¡Karma! ¡Espera! -Grita una voz profunda que nunca antes había escuchado. Me giro con el ceño fruncido y veo a un hombre trajeado de buen porte y ojos deslumbrantes. -Soy Xavier Blanch.

Abro la boca de par en par. Xavier Blanch. El jefe jefísimo de Lost BCN está aquí, delante de mí. Él al ver mi cara, me dedica una sonrisa amplia que más que superioridad, denota diversión.

-Lo siento por mi cara, no esperaba verle a usted aquí. -Admito cogiendo su mano y estrechándola con fuerza.

-No me hables de usted que solo tengo un par de años más que tú, ¿puedes acompañarme un momento al despacho? Tengo que hablar contigo.

Miro hacia donde se ha perdido Bruno sabiendo que si no voy ahora, posiblemente me cueste que me perdone, aunque, quizás si le explico que Xavier me ha pedido hablar, no le moleste tanto. Termino asintiendo y siguiendo al jefazo.

Una brisa de aire frío recorre mi cuerpo al entrar en aquel despacho impersonal y luminoso. Xavier se sienta en una silla que parece increíblemente cómoda y me hace un gesto para que me siente delante de él.

-Quería darte una buena noticia que no quería darte delante de todos. -Empieza a decir recostándose en la silla. Se coloca las gafas arrugando la nariz y clava sus ojos avellana en mí. -Vamos a despedir a Ignasi por razones obvias.

-¿Y eso es una buena noticia? A mí me cae bien.

-Es una buena noticia porque queremos que tú ocupes su puesto.

-¿Có-cómo? -Pregunto acercándome a él completamente incrédula.

-Has hecho un gran trabajo desde que estás aquí, las empresas se pelean por ti y encima has ganado un concurso de bastante prestigio, ¿necesitas más razones?

-Pero... A ver... Yo... No sé. Es la primera vez en mi vida que me he quedado sin palabras. -Admito. Él sonríe y se encoge de hombros.

-No hace falta que digas nada. Mañana te daré por escrito el contrato renovado y por favor... No intentes entrar en la base de datos del Área 51, no queremos que vuelen nuestra empresa.

Una sonrisa de oreja a oreja se dibuja en mi rostro. Le doy mil veces las gracias a Xavier por la oportunidad y me marcho del despacho más contenta que nunca, olvidándome prácticamente de Bruno hasta que le veo.

-Quiero que cojas tus cosas de mi casa y te vayas. -Dice cuando me acerco a él. En ese mismo instante, me quedo completamente blanca. -Y de la empresa de mi padre.

-Bru-bruno, ¿estás de broma?

-No. No quiero mentirosas en mi casa. Emma tenía razón.

-Increíble. -Suelto riéndome. -Siento haberte mentido, siento haber escogido a Gabriel por encima de ti porque era imprescindible para el concurso, al igual que hubiese llevado a Miguel Ángel antes que a ti, pero bueno, si quieres enfadarte y romper nuestra amistad por esto, adelante. Cuando salga de trabajar, voy a tu casa a llevarme las cosas.

Cabreada, paso como un torbellino hasta la sala de reuniones donde me tiro en mi silla habitual de brazos cruzados y a punto de llorar.

-Veo que la gente se va dando cuenta de lo que eres realmente. -Susurra Emma a mi lado.

-¿Por qué no le dices a Gabriel otra vez tu nombre? Porque estoy segura de que todavía se piensa que te llamas Eva.

Al terminar de decir eso, me levanto de la silla y salgo chocándome con Bruno que me coge del brazo antes de que me aleje de allí. Sus ojos marrones parecen cansados y su rostro es tan serio que incluso me asusta. Bruno siempre tiene una sonrisa en la cara y verle ese gesto, provoca que mi tripa se revuelva.

-No hace falta que te vayas de mi casa. Creo que me he pasado un poco.

-¿Un poco? -Pregunto levantando una ceja. -Casi me quedo calva con tu mirada.

-Creo que no soy yo el que tiene que disculparse.

-Es verdad. Lo siento, Bruno. Nunca más volveré a mentirte. -Le digo poniendo cara de cachorrito. -¿Amigos otra vez?

-Y siempre. Sobre todo, cuando me cuentes por qué Vilma está tan susceptible. Le he contado que hemos discutido y se ha puesto a llorar. Vilma. Llorar. En una situación normal me hubiera dado una colleja.

-Será porque tú y yo no discutimos mucho. -Digo fingiendo desinterés para ocultar la verdadera razón.

-Puede ser. -Pasa su brazo por encima de mis hombros y me besa en la cabeza. -¿Volvemos al trabajo? Tú podrás funcionar sin mí, pero el resto del mundo no puede hacerlo sin ti.

-Pues vais a tener que empezar... -Susurro mirando hacia otro lado.

-¿Cómo?

-Vamos dentro que hay algo que tengo que explicar.

Que No Te Pille El KarmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora