Con toda la energía que ha emergido, llamo con fuerza a la puerta de Bruno peor que Sheldon Cooper.
La puerta se abre y Bruno, sin camiseta, su pelo rubio y de media melena completamente revuelto y su ceño fruncido, aparece ante mí. Le aparto con la mano y me meto en su casa sin decir ni una sola palabra.
–¡Adelante! ¡Tu casa es mi casa! –Suelta casi sin vocalizar. Me giro y veo que en la mano lleva una botella de ron de la que pega un trago. Pongo una cara de asco total, ¿se está bebiendo el ron a palo seco?
–¿Estás borracho?
–Eres muy observadora, Karma. –Dice acercándose a mí. Pone su mano en mi barbilla y sonríe. –Y preciosa... Eres... Completamente... Preciosa.
–Bruno, siéntate en el sofá, tenemos que hablar.
–¿Por qué no te vas a hablar con tu novio, Gabriel? –Pregunta abriendo los brazos. Le dedico una mirada asesina y termina accediendo tirándose en él. Da un trago a la botella de nuevo y se queda en silencio. Me pongo de cuclillas delante de él para poder mirarlo a los ojos.
–¿Por qué le has dicho a Gabriel que solo le pongo excusas para no hacer lo nuestro oficial? –Pregunto muy seria. Él suelta una carcajada y se pasa la mano por su pelo.
–Porque es verdad.
–Sabes que no son excusas, que tengo que aplanar el terreno con Vilma para decírselo, lo hablamos y estabas de acuerdo, ¿qué ha pasado ahora?
Él coge mi mano y me arrastra hasta sentarme encima de su regazo. Por primera vez desde que he llegado, parece tomarse lo que digo en serio. Lleva su mano a mi mejilla y la acaricia suavemente.
–Que ese tío no te merece, Karma... Yo... ¿Por qué él sí y yo no? Estoy tan... Tan... Enamorado de ti que... Me siento un gilipollas, ¿tan malo soy?
Sus ojos reflejan dolor, dolor acumulado. Soy consciente de que me he ablandado un poco al ver esa mirada y resoplo, ¿por qué no me puedo enfadar? Apoyo mi cabeza en su pecho y escucho como suspira.
–No eres malo... Para nada, Bruno... Pero tú conoces a Gabriel, sabes cómo es... Sabes que es especial, que tiene algo que, a pesar de ser tan borde en ciertas ocasiones, haces que te encariñes con él, aunque en mi caso ha ido más allá. He visto algo en Gabriel que me hace sentir viva, que me hace sonreír cada vez que le veo y es lo que me hacía falta... No es que sea mejor que tú, porque no lo es, cada persona es buena a su manera, pero simplemente, con él he contactado en ese sentido y contigo... Como amigo.
Lo miro un segundo y veo que sus ojos están llorosos y de pronto, se tapa la cara. Me bajo de su regazo donde me había sentado y él apoya los codos en sus piernas llorando más fuerte. Yo me quedo de piedra, no sé qué hacer.
–Bruno... Por favor... No llores... No merezco la pena...
–Karma... Si te vieras con los ojos que te veo yo... –Susurra entre sollozos. Tengo que mirar hacia otro lado para evitar que las lágrimas se desaten. Él levanta la vista y clava sus ojos en mí. –Espero que Gabriel sepa valorar lo que tiene.
–Bruno, creo que lo mejor sería que nos alejáramos una temporada. Por ti, para que me olvides. –Respondo secando sus lágrimas con mi pulgar. Él se echa hacia atrás en el sofá y cierra los ojos.
–¿Tú crees que será lo mejor? ¿Perder a la mujer de la que estoy enamorado y a mi mejor amiga al mismo tiempo?
–Aunque pienses que no, te puedo asegurar que lo es. Prométeme que solo volverás a hablar conmigo cuando sepas cien por cien que no sientes nada por mí.

ESTÁS LEYENDO
Que No Te Pille El Karma
ChickLit[COMPLETA] Karma pensaba que su vida estaba resulta: trabajo estable, pareja estable, una gran cantidad de amigos... Pero todo eso, no es sinónimo de felicidad. Por eso, cuando llega Gabriel y descubre lo que despierta en su interior, se da cuenta...