Que No Te Pille El Karma

44. ¡Vivan Las Lavadoras!

Para empezar, diré que es el final

Miedo, MClan

Cuatro meses después

–Mira que cosa más mona, se parece a su madre. –Digo mirando a Aura, que tan solo tiene unas horas de vida. Gabriel se asoma por encima de mi hombro con el ceño fruncido. 

–Si es mona, entonces no se parece a su madre.

–Gabriel, ¿me vas a hacer arrepentirme de darte una oportunidad?–Pregunta Vilma desde la camilla. Él se encoge de hombros y le da un toquecito en la nariz a Aura. 

–Solo digo verdades y esta niña se parece más a Blas que tú a Edna Moda. 

–Vuelve a llamarme así y te juro que tú te quedas sin descendencia.

Me quedo mirando a las dos personas más importantes de mi vida con una sonrisa radiante. Son como el perro y el gato, pero sé que en el fondo se tienen cariño, desde luego, la diversión en los ojos de mi mejor amiga la delata y sé de buena mano que cuando Gabriel se mete con alguien es por que de verdad le importa. 

Entonces, Blas entra en con una caja de bombones en la mano y un globo de 'It's a girl' con una sonrisa de oreja a oreja en el rostro. Le da los bombones a Vilma junto con un beso en la frente y se acerca a Gabriel al que le choca con la mano. Después, me arranca a Aura de las manos ganándose una mirada de odio, ¿qué hace quitándome a mi sobrina de mis brazos?

–Espero no parecer tan gilipollas como él cuando te miro.–Suelta Gabriel mirándome asqueado. 

–Tranquilo, cariño, tú pareces gilipollas siempre.

–Pues también es verdad. –Admite pasando su brazo por encima de mis hombros y dándome un beso en la mejilla. 

–Echo de menos a Bruno... –Suelta Vilma levantándose de la camilla como puede. –Me hubiera gustado que estuviera aquí. 

–Necesitaba meterse en ese grupo, le va a venir muy bien alejarse de Barcelona una temporada.   

–Pero quiero que conozca a su sobrina.

  Ella pone cara de pena. Blas se acerca a Vilma y empieza a animarla diciéndola cosas bonitas sin dejar de mecer a Aura. Gabriel tira de mí fuera de la habitación del hospital, supongo que para dejarles intimidad. 

–He pensado una cosa. –Dice Gabriel tirando de mi mano con fuerza fuera de allí. 

–¿Has pensado? ¿Tú? Eso sí que es una gran noticia. 

Él se para en seco, me lanza una mirada de odio y se cruza de brazos.

–El único que se puede meter con el otro en esta relación, soy yo. 

–Sigue soñando. 

Él me aguanta la mirada unos segundos pero se termina ablandando y me da un beso en los labios. Después me lleva hasta su coche, en el que hemos venido y me hace meterme en él.

–¿Me estás intentando secuestrar? –Pregunto montándome en el coche sin entender lo que quiere hacer. Haciendo caso omiso a mis palabras, comienza a conducir. Pone la radio, como suele hacer siempre que vamos juntos. Yo apoyo la cabeza en el cristal dejando que la canción 'Miedo' de MClan me llene los oídos.