Me desperté a las nueve de la noche, quité las mantas pero para mi desgracia este día no había terminado.
-Frank, John – asomándome a las escaleras grité – quiero un maldito coche preparado en dos segundos.
-Que sucede? – Massimo estaba detrás mia
-He manchado, quita de mi vista – seguía enfadada con el. Me coloque unos leggins, deportivas y una camiseta cualquiera y bajé las escaleras. – Al hospital en menos de lo que canta un gallo.
Massimo conducía igual que un loco. Aparcó y le tiró las llaves a Dan para subir corriendo las escaleras detrás de mi. Eran las doce de la noche cuando salía del hospital. Estrés, eso fue lo que me provocó aquel sangrado. También iba feliz de la vida ya que por segunda vez veía a mi bichito.
-Lo siento.
-Perdona? – no dejaba de mirar por el cristal del coche – no te he oído bien.
-Que lo siento – pegó un puñetazo al volante – me he portado igual que un imbécil.
-No te has portado. Eres un imbécil.
Llegamos a casa y sin decir nada más fui a nuestro dormitorio que ya estaba todo colocado y había una nueva tele. Me tumbé en la cama sin quitarme nada, solo los zapatos y me dormí.
Eran las 9 de la mañana cuando me desperté y solo tenía ropa interior puesta. Me puse unos vaqueros y unos tacones y fui a enfrentarme otro día más a un Massimo cabreado. Me asomé al despacho donde el estaba hablando con Frank y Luca.
-Pasa – me equivoqué, hoy estaba tranquilo – toma – me tendió una caja azul de terciopelo – esto te lo ha enviado Valentino.
" Recuerda que aquí tienes un amigo fiel que esta dispuesto a dar su vida por la tuya y la de tu hijo.Gracias "
Esa era la nota que había encima de una pulsera de oro y diamantes incrustados.
-Ya me han contado lo que has hecho – volvió a hablar – pero no me gusta que te envíen regalos.
-Algo más? – me daba igual lo que pensase
-Como te encuentras?
-Bien.
Fui a la cocina donde desayune toda la bollería industrial que había en ella. Cogí mi taza de café y me senté en el salón a ver la tele durante toda la mañana. Hoy me tomé un descanso aprovechando que Massimo se encontraba mejor.
-Vas a comer? – le pregunté a un Massimo centrado en el ordenador que tenía delante
-No. – me di media vuelta para irme a comer yo – tenemos que hablar , siéntate – me señaló una silla delante de su escritorio pero decidí ignorarlo y sentarme en uno de los sillones que estaban apartados de su mesa escuchando su resoplido.
-Tienes pensado hablar, te lo digo por que yo tengo hambre.
-Que sabes de mi historia con Valentina? – preguntó levantándose del escritorio
-Que se acostaba con tu mejor amigo y que la abandonaste el dia de vuestra boda.
-Y de mi padre?
-Nada, estamos casados pero no se ni los años que tienes.
-Tengo 30 años Ada. Mi cumpleaños es el 12 de mayo.
-Muy bien.
-Se puede saber lo que te pasa? Te estoy intentando contar algo joder – estaba perdiendo otra vez los nervios.
-Pues cuenta, no te he puesto un esparadrapo en la boca.
-Me crié prácticamente con Valentina, y a los 15 años nos convertimos en novios. La verdad es que la quería, de hecho fue mi primer amor, fue la primera en todo y por eso quizás no la maté. Hace cinco años, el día de Noche Vieja íbamos a casarnos, mi padre no estaba del todo convencido, de hecho cuando le pedí matrimonio se negó a asistir a la boda. Hoy me imagino que sabía algo pero nunca me lo dirá. Su padre como no, feliz de que pasaría a formar parte de la familia más poderosa de Italia. Bueno pues dos días antes de nuestra boda recibí una nota anónima con una hora, el nombre de un hotel y una llave de la habitación 245, no sabia que podía ser pero decidí ir. Cuando abrí la puerta me encontré con Valentina y Adam, mi mejor amigo de la infancia, follando igual que conejos.
-Y seguiste con la boda? – estaba asombrada
-Al principio los perdoné, la quería y no podía creer que la mujer amada y mi amigo me hicieran eso. Los esperé en recepción mientras recordaba todas las situaciones que me parecieron raras pero no las quise ver en ese momento, de que desaparecían los dos en las reuniones, que ella siempre me rechazaba cuando el estaba delante y más cosas. Cuando ella llegó estuvimos hablando y llevaba un año, un maldito año acostándose con el.
-Y la perdonaste? – el asintió para seguir con el relato
-El día de mi boda mi padre me daba a elegir entre no casarme con ella y dejarlos a los dos con vida o casarme y morir junto a ella, y entonces me dí cuenta que ellos se estuvieron riendo de mi, que ella no me quería, no como yo la quise y decidí hacerle creer que la boda seguía en pie pero yo no me presenté. Lo que hice fue sobornar al cura y entregarle un sobre en el que le contaba todo lo que ahora te estoy contando a ti.
-Que paso?
-Ella desapareció, dejé bien claro que o desaparecia o la iba a matar y Adam fue asesinado. La venganza de su padre por no poder dejarlo entrar en esta familia.
-Sientes algo por ella? – no contestaba – Sentiste algo por ella cuando la viste el otro día? – viendo que no me decía nada me levanté de la silla – creo que me arrepiento de no haberle pegado un tiro el otro día.
-No te arrepientas, me había enfadado mucho y había sido peor.
-Osea que la sigues queriendo. Dime, que pinto yo en tu vida?
-Eres mi mujer y la madre de mi hijo.
-Eso es todo? Si la sigues queriendo por que cojones no me lo dijiste, por que me pediste salir y preparaste la maldita boda a pesar de lo que yo pensaba. Contesta, maldita sea.
-Por que se que tu no eres capaz de hacerme daño de esa manera.
-Ahh, por que sabes que yo no me voy a tirar a los brazos de ningún otro hombre no? Estás muy equivocado Massimo.
-Como te toque otro hombre que no sea yo te juro que le mato delante de ti.
-Pues prepárate, por que al primero que vea te juro que lo meto en mi cama.
-Escuchame bien Ada – me agarró del brazo y tiró de mi tan fuerte que pensaba que me iba a caer pero quedé apoyada en su pecho – como algún hombre que no sea yo meta la polla donde está mi hijo vas a conocer al verdadero mafioso y vas a desear no haber nacido.
-Massimo – escuché a Luca – suéltala.Ya – por primera vez no lo llamaba jefe.
Cuando estaba libre de su agarre corrí hacia el garaje que estaba en un lateral de la casa. Subi a mi Bentley y sali de aquella propiedad. Frank y los otros tres hombres intentaron pararme pero viendo que no iba a frenar decidieron quitarse de delante del coche. Conforme estaba de enfadada los había atropellado seguramente. Dos, tres, cuatro, cinco y seis coches iban detrás de mi persiguiéndome.
Apreté más el acelerador intentando deshacerme de ellos. Intentando despistarlos pero no, era imposible, si despistaba a uno quedaban otros cinco y así. Cogí un desvío de la carretera y termine saliendo de Roma en una carretera que estaba en obras y no podía seguir. Maldita sea, comencé a frenar y menos mal que el coche se detuvo antes de llegar a las barreras de cemento. Estaba golpeando el volante, pagando con el mi frustración cuando la puerta se abrió y un brazo me agarró de la cintura y me sacó del coche, dejándome apoyada en el.
ESTÁS LEYENDO
Eres mía y de la mafia
Romance-Después de escuchar todo lo que te voy a decir, alomejor te vas a echar atrás. No solo me encargo de una bodega, soy narcotraficante. -Como? - me senté en el suelo, esto no podía escucharlo de pie. -Soy el jefe de la mafia Ada. Desde el primer mome...