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-Ella es la única persona que me ha querido por encima de todo. Ella es la única que me ha dado dos niños maravillosos. Dios, no te la lleves contigo, aquí todavía la necesitamos, aquí no sabemos vivir sin ella.Por favor Dios, te suplico no te lleves a mi mujer, a la única que he querido y a la única que le he hecho tanto daño.

Estaba escuchando como Massimo rezaba, suplicaba que abriera los ojos y yo de verdad que lo intentaba pero que no podía hasta que me dormí otra vez.

-Hija – era mi madre – mi niña, abre los ojos, ven – me tendía su mano.

-Mamá?

-Si cariño, vine a por ti, ha llegado tu momento.

-Pero yo no quiero ir mamá, quiero quedarme aquí.

-Pero cariño, aquí estarás bien, no notarás ningun dolor.

-Me da igual mamá, yo quiero volver.

Abri los ojos y me encontraba en un hospital llena de cables y goteros por todos los lados. Nadie se encontraba a mi lado , de hecho mi habitación no era normal, no tenia ventanas a la calle ni nada.

-Ha despertado – gritó una enfermera – buenas tardes señora. Como se encuentra?

-Bien, me podría dar un poco de agua? – me mojo los labios solo – por que tengo la cara cubierta?

-Ha sufrido quemaduras de segundo grado debido al airbag.

-Me quedarán marcas?

-Hemos intentado reconstruir pero no sabemos si las marcas serán muy visibles o solo habrá alguna que otra cicatriz. Voy a dejar pasar a su marido, el las ultimas dos semanas no se ha movido de aquí salvo un par de horas.

Diez minutos después Massimo, o lo que quedaba de el, estaba de pie en la puerta mirándome.

-Has adelgazado y no te has afeitado,

-Lo siento – se acercó a mi y lloró durante mucho tiempo abrazado a mi mano, repitiendo siempre la misma palabra.

-Max, me han dicho que he sufrido de quemaduras en la cara. Seguramente haya quedado horrible, por lo tanto , concédeme el divorcio por favor.

-No – gritó – ni aunque fueras Fiona la novia de Shrek te concedo el divorio.Te quiero maldita sea, te quiero

Dos semanas más pasé en el hospital mientras mis cortes sanaban y me podría mirar la cara. Cuando me quitaron el vendaje estaba nerviosa pero decidí coger el espejo y mirarme. Estaba mejor de lo que pensaba, solo la parte de al lado de mi mejilla derecha se habia visto afectada, era la que estaba de color rojo pero nada que un bonito corte de pelo no pueda cubrir, lo demás estaba intacto.

-Estas preciosa.

-Que bien mientes.

-Volvemos a casa? – asentí – me has perdonado amor?

-Te quiero Massimo.

Llevaba ya dos días en casa, que bonito sonaba, casa. Massimo habia anulado todo lo pendiente para irnos un tiempo a Rumania de vacaciones, específicamente a Transilvania.

-No tardes mucho – me decía mientras entraba en el baño junto a una estilista.

-Corta hasta por debajo de las mejillas.

Estaba cortando mi melena y la verdad es que lo pasaba bastante mal mientras los mechones caían al suelo. Dos horas después, duchada y con el pelo alisado salí del baño envolviendo mi cuerpo en una toalla. Massimo estaba tumbado en la cama viendo las noticias.

Eres mía y de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora