19.- Abajo de un puente

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John...

Cuando llegue del colegio, entre a casa y mi hermano no estaba.

Subí a mi habitación y estaban mis padres adentro.

Mi corazon se aceleró, Como podrían haber entrado? 

Yo siempre ponía llave.

-Hijo...Que es esto?- dijo mi mamá con una cara de horrorizada y mi padre atrás de ella con cara de preocupado. Mi mamá estaba con una jeringa y una cuchara quemada. Mierda, esto está mal, muy muy mal.

Me quedé inmóvil sin poder hacer ningún movimiento o decir alguna palabra alguna.

-Que demonios es esto!?- dijo mamá gritando está vez.

No podía poner excusa...

-Lo siento mamá...- dije con un hilo de voz.

Estaba destrozado.

Los había destrozado.

-Confiamos en ti, hicimos todo por ti, TODO! Y nos pagas de esta manera, nos decepcionaste por completo...por completo.-

Mamá terminó de hablar y lloró en el hombro de papa.

-Por que no confíaste en mi, Hijo, por qué no lo hiciste cuando te lo pregunté.- dijo papa con lágrimas en los ojos.

Maldita sea.

-Lo siento...- mamá me miró con asco y me empezó a empujar.

-No te quiero en esta casa, fuera de aquí. Vete antes de que te metamos en un maldito centro de rehabilitación. Vete de aquí!!- Dijo mamá gritando con lágrimas de ira.

Mierda.

-Esta bien mama- grité. -Dejame agarrar mis cosas.-

Agarre una mochila aparte de la del colegio y puse ropa, la necesaria.

Agarre mis cigarrillos y me fui, cuando me pare en la puerta de mi casa mire a mis padres abrazados mirándome con preocupación, enojo, decepción y tristeza.

Todo junto.

Los mire por última vez, sabía que no volvería en mucho tiempo.

Cerré la puerta y prendí un cigarrillo y me fui, empecé a caminar por las oscuras calles de Manchester, hacía frío y no tenía otro lugar donde ir.

Donde van los vagabundos? Abajo de un maldito puente o al hospital.

No iba a ir a un hospital a que me hecharan mañana por la mañana así que camine al puente más deshabitado de Manchester.

Me acosté y recordé que no había agarrado dinero.

Me cago en mi maldita existencia.

Lucy...

Todo terminó bien con René y Alex, él le aviso a sus padres que cenaría en casa conmigo y mi hermano Joseph, y así fue, comimos un pollo al horno.

No tan rico como el de mamá pero no estaba mal tampoco.

Estábamos sentados todos en el sillón del living y de pronto sonó el teléfono, me asusté por el ruido y me levanté rápidamente a atender.

Supuse que era John.

-Hola Lucy, cómo estás hija?- cuando escuche la voz de mama se fue toda la ilusión.

-Hola mama, bien y tú?-

-Bien Hija.- hubo un silencio.-  escúchame hija, me está yendo muy bien en el trabajo de Liverpool, me tendré que quedar más tiempo.- dijo ella dudosa

-Cuanto es un tiempo, mamá?-

-Tres meses mas- que?

-Mama, es mucho, es demasiado tres meses, te necesitamos aqui!- dije tratando de no gritar.

-Lo se hija, tranquilízate, son solo tres meses más, pasarán muy rápido, ya verás.-

Rodé los ojos y fruncí el ceño.

-Como digas mamá...Adiós-

-Hija mándale saludos a tu hermano, Adiós.- dijo ella y colgué.

Cómo podría quedarse tres meses allá? En una cuidad donde no conocía a nadie? Nisiquiera había pasado el mes. Al diablo me fui al living a avisar que me iba a dormir.

Mamá me puso de muy mal humor.

-Oigan...yo me voy a dormir.- dije cruzada de brazos.

-Ok, déjame a mí con Alex y tu hermano que me violen.- Hablo René irónicamente.

-No es violación si es concentido.- dije desafiandola. Ella me miró con cara de enojada y me saco el dedo, Yo rei exageradamente.

-Bueno noches.- dije y me fui a dormir.

-buenas noches, Lucy- escuche a lo lejos a Álex.

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ManchesterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora