John...
Lucy no me miraba ni me hablaba y ya había pasado dos meses de su supuestos intento de suicidio (el cual ella niega) y mi engaño.
Ella seguía yendo a su psicólogo y la ayuda contra la drogadicción.
Estaba destruido, no comía, no bebía, no salia ni tampoco me drogaba, era todo muy distinto.
Quise hablar reiteradas veces con Lucy pero fue imposible, Rene dijo que me ayudaría, hablaría con Lucy quizá así, podría escucharme y ver que realmente estaba arrepentido. Fui un idiota.
-Hablé con Lucy, dijo que quizá hablaría contigo esta noche. - dijo Rene bajando de las escaleras.
-Gracias, Rene...- dije un tanto triste pero con una sonrisa honesta.
Salí a caminar al parque para poder despejar mi mente y fumar un cigarrillo.
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Pasaron unas cuantas horas desde que salí ya que eran las 11:30 de la noche, la verdad me la pase en un bar de aquí cerca y cene en McDonalds.
Entré a la casa de Lucy y estaba todo apagado lo cual me resultó raro ya que siempre se iban a la cama después de la 1.
Subí a la habitación de Lucy y abrí la puerta no me importaba si dormía, comía o se masturbaba. Tenia que hablar con ella.
Al entrar vi a Lucy leyendo un libro de Edgar Alan Poe, El escarabajo de oro exactamente. Me miró sorprendida pero siguió su lectura a los pocos segundos.
-Lucy, tenemos que hablar. - dije decidido a que me escuchara.
Ella hizo a un lado su libro y sus anteojos y me miró seria.
-¿Que quieres, John? No hay nada mas que puedas hacer. - dijo seria.
-Si que lo hay, te apuesto... todo este... maldito mundo que lo hay, quiero recuperarte, te necesito, te extraño y fui un idiota, ni siquiera se el nombre de esa pelirroja y no me importa, perdoname por favor Lucy... - dije mirándola fijo y con el corazón en mi garganta.
-No, John. Estas ebrio, vete de mi cuarto! - gritó Lucy poniéndose de pie.
-Por favor, Lucy, te quiero, escúchame! - grité esta vez yo.
-No! No te atrevas a decir que me quieres, tu definitivamente no me quieres, ¿que clase de amor es ese? Rompiste mi corazón, te olvidaste completamente de mi, me dejaste a la deriva, te ofrecí mi amistad y mi confianza, te di de mis drogas y cigarrillos y hasta te deje entrar en mi casa ¿y ahora vuelves a pedir que te de una oportunidad?- dijo Lucy llorando.
Me partía el corazón verla tan vulnerable y triste por mi culpa, pero ella tenía razón.
-Lucy...perdón, deja que te demuestre que te quiero, no sabes todo lo que he sufrido estos días por ti, lo que te he extrañado y de lo tanto que me había dado cuenta que estaba enamorado de ti, siento amor por ti, me vuelves loco y no estoy de coña ni no estoy drogado, enserio te quiero, enserio te extrañé sólo dame una oportunidad para demostrarte que lo que acabo de decir es completamente cierto...por favor. - dije con lágrimas en los ojos.
Me importaba una mierda que me viera llorar solo quería que me creyera.
Lucy hizo algo que nunca pensé que haría estos últimos días, se acerco y me besó lentamente, exploré cada parte de su boca, mordí sus labios, ella agarraba mi cabello y yo sus cintura.
Se sentía tan bien tenerla de vuelta conmigo, sentir sus cálidos besos con gusto a sus lágrimas, su cabello... Acerque su cuerpo al mio y besé su cuello, su clavícula hasta llegar a sus pechos, ella me miró y asintió, deje deslizar su camiseta de su cuerpo y la tiré al suelo, miré sus senos, los apreté con mis manos y los besé como loco.
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Manchester
RandomLa historia de dos personas que cruzan sus caminos torpemente al igual que sus sentimientos. *Ambientada en los 90' Manchester, Inglaterra.