Lucy.
Estaba destruida, no quería hablar con nadie, ni siquiera con Rene. Ella estaba en el living tratando de dormir.
Lloré en mi almohada y no paré hasta cansarme. Nunca entendí por que la gente lloraba por un amor, las personas que me gustaban y eran mis novios, cuando terminábamos la relación yo no lloraba, con los meses me daba cuenta que estaba sola y me sentía triste.
Pero John...maldito John, Estaba enamorada de él, estaba completamente loca por él, pero mandó todo a la mierda.
Ni siquiera habíamos salido por un mes, simplemente una semana, una puta semana.
Quizá estaba drogado, o borracho o enojado, pero me lastimó y no lo perdonaría.
Alguien golpeó mi puerta y trató de abrirla pero fue inútil ya que cerré con llave.
-Lucy...por favor abre la puerta. - dijo John con la voz quebrada.
-No.- dije segura.
-Tenemos que hablar. Lo siento. - dijo John.
No respondí y traté de dormir pero John seguía ahí, sollozando y diciendo "Lo siento" y destrozaba mi alma. Pero no, no podía dejarlo romper mi corazón otra vez.
-Vete! Vete de aquí, duerme en el maldito baño o en el sillón pero vete!- grite.
Escuche a John ponerse de pié.
-Te quiero, Lucy...- dijo John.
Me puse de pie para poder abrir la puerta pero me detuve cuando estuve cerca, era inútil, el no me quería, ¿que clase de amor es ese?.
Miré a mi alrededor, nada, sentía dolor en mi pecho, demasiado dolor, miré debajo de mi cama y saque una pequeña caja con una jeringa adentro y una pequeña bolsa negra con heroína. Joseph me lo había entregado mientras John me engañaba con esa zorra pelirroja.
Agarre mi cuchara y el encendedor y puse el polvo blanco sobre la cuchara y comencé a quemarlo con el encendedor hasta hacerlo liquido, lo succione con mi jeringa y agarre un pequeño trozo de tela.
Lo coloqué en mi brazo y golpeé en donde colocaría la jeringa y ni siquiera medí la cantidad de heroína que entraría en mi sistema. Me dio igual.
Apreté la jeringa contra mi piel y sentí como dolorosamente entraba la aguja en mi, pero luego fue un maldito orgasmo. Todo el dolor paró. Luego de unos minutos me adormecí, escuche golpes en la puerta pero ya era tarde, estaba muy relajada para mover al menos un dedo.
Después de escuchar esos molestos golpes que sonaron en toda la casa, mi vista se oscureció y nubló por completo. Me dormí o al menos eso creí.
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Desperté con una molesta luz blanca que molestaba en mis ojos, abrí difícilmente mis ojos y no estaba en mi casa, en mi cuarto ni en mi cama, me encontraba en una camilla de hospital donde había una ventana con vista un parque cercanom
Mire a mi alrededor frenéticamente y entró una enfermera con un cuaderno en su mano.
-Oye tranquila! Te lastimarás!- dijo al ver que quería sacar las vendas de mis brazos.
-Que hago aquí?- dije
-No recuerdas nada?- preguntó la idiota.
-No es bastante lógico? Que demonios hago aquí?.- pregunté molesta.
-Tranquila, llegaste aquí con una sobredosis de heroína lo que causo una depresión respiratoria y no ayuda tu asma, estabas acompañada de dos chicos, te dimos una dosis de adrenalina en el corazón. Por suerte llegaste unas horas después de que te lo hayas inyectado.-
-No lo inyecté yo...- dije en hilo de voz.
La enfermera me miró con pena y puso una bandeja que contenía un jugo de naranja, un pequeño sándwich y unas pastillas.
-No logramos comúnicarnos con tus padres pero lo haremos de inmediato. Toma las pastillas, son para el dolor corporal. -
Asentí y agarre la pequeña pastilla amarilla y la metí en mi boca con un poco de jugo de naranja.
-Bien...te haré un par de preguntas para revisar tu diagnóstico, bueno, no yo, los médicos lo harán. - la enfermera sonrió y yo asentí amablemente.
-alguna vez sufriste de depresión/ansiedad?-
Asentí con la cabeza.
-Cuando?- preguntó.
Suspiré y tarde en hablar.
-En mis comienzos de la adolescencia, a los 14. - dije seria.
La enfermera anotó algo en su libreta y continuó.
-Trastorno alimenticio?-
Negué con mi cabeza.
-Sentimientos de muerte o necesidad de querer autolesionarse?-
-Solo unas veces, claro, cuando era una maldita emo. -
La enfermera río ante mi comentario.
-Como te has sentido estos últimos meses y semanas?-
-Casada. -
-Problemas domésticos? -
Negué con mi cabeza.
-Problemas sociales o con la ley?-
-Hace unos meses me arrestaron por pintar graffitis en la pared del parque. -dije suspirando.
La enfermera asintió.
-Y....por ultimo, La inyección de heroína estamos todos seguros que la aplicaste tu, ahora quiero saber..
¿Acaso quisiste acabar con tu vida y por último, eres adicta a algún tipo de sustancia?- preguntó esta vez seria.Suspire...otra vez.
-Escuche, no me interesa que se preocupen por mi, mi mama se encarga de eso, no soy una adicta y tampoco me pinche para acabar con mi maldita vida, vale?.-
-De...acuerdo, come, te hará bien.-
La enfermera asintió y salio de la habitación.
Me quedé unos minutos pensando en que le diría a mama, a Alex, a Joseph, a Rene o John...
Mire por mi ventana y sentí a alguien abrir la pueta. Era John y Joseph.
-Hola idiota! ¡Nos asustaste! ¡¿Estas Bien?! ¡¿Como te han tratado?! ¡En que estabas pensando, Lucy?!- dijo Alex abrazándose a mi fuerte, muy fuerte.
-Oye, tranquilizate, lo bueno es que estoy bien ¿de acuerdo?- Alex y John asintieron
El ambiente estaba tenso, demasiado tenso, nadie parecía querer hablar y yo estaba muy dolida con respecto a John, claro.
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Manchester
DiversosLa historia de dos personas que cruzan sus caminos torpemente al igual que sus sentimientos. *Ambientada en los 90' Manchester, Inglaterra.