Lucy...
Me desperté con el aroma de John.
Él estaba dormido sobre su brazo y tenía parte de su cabello dorado en su rostro.
Se veía tan malditamente tierno, parecía un niño en su momento de paz, sin ser molestado por nadie.
Lo mire durante unos segundos y me levanté a vestirme.
No habíamos hecho nada anoche, él respeto mi decisión. Solo que tenía mi pijama y tenía que cambiarme.
Miré el reloj y marcaban las 9:18 am. Tenía tiempo todavía para preparar el desayuno y el almuerzo.
Bajé las escaleras y vi a René entrando al baño, ella me vio y río en forma de burla, yo le saque el dedo medio y fui a la cocina. Abrí la heladera y saque lo primero que encontré, que sea comestible claro, quiero decir...mamá no estuvo durante casi un mes y no estaría por cuestiones de trabajo otros tres meses, la comida se ponia podrida y yo no estaba todo el día en casa.
Mi hermano si lo estaba, pero el muy hijo de puta no limpiaba, tenía que hacer todo yo o al menos la mayoría.
Agarre un frasco de mantequilla de maní y saque pan para tostar, lo puse en la tostadora y puse a calentar el café.
Me deje apoyar sobre la mesada de la cocina bostezando y mirando como de a poco se hacían las tostadas. Poco a poco se iban tostado.
De pronto sentí unas manos sobre mi cintura y el cuerpo de alguien apegado a mis caderas.
Me exalte y me gire rápidamente, era John, el hizo una pequeña sonrisa
Yo hice una sonrisa de una niña tonta. Parecía una niña viendo sus dibujos animados favoritos.
John tenía el cabello alborotado, su ojos estaban en un azul intenso gracias a la luz del sol que entraba desde la ventana de la cocina.
-John...- dije mirándolo.
-Como amaneciste hoy?- pregunto el.
Me sonrió y yo rei debido a esa actitud tan tierna que había tenido.
-Pues...bastante bien y tu?- pregunté tímidamente.
-Amaneci muy bien y sabes...estoy en trance con tus malditos ojos, son hermosos.- dijo John mirándome fijo.
-Te has levantado bien y muy romántico sabes?- dije riendo.
John me miró divertido y habló.
-Bueno tú estás cada vez más bajita.- dijo John que ahora reía él.
Lo mire frunciendo el ceño y el río aún más fuerte.
-Sabes que a veces eres muy fastidioso cierto?.- pregunté.
-Claro que si, pero adoras a este maldito fastidioso.-
Adoraba su confianza en él.
John termino de hablar y me besó.
-Se quemarán las tostadas!.- gritó desesperadamente Alex entrando a la cocina.
Miré las tostadas y ya se había tostado.
Suerte que la tostadora era automática y se apagaba justo a tiempo, si no hubiese sido por ella, hubiéramos desayunado tostadas quemadas.
-Tranquila, Alexandra, ya están hechas.- dije sacando las tostadas de la tostadora.
-Bueno, lo siento pensé que...¡Oye no me llamo Alexandra!- dijo Alex.
Yo reí aún más fuerte.
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Manchester
AcakLa historia de dos personas que cruzan sus caminos torpemente al igual que sus sentimientos. *Ambientada en los 90' Manchester, Inglaterra.