Capítulo 12

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Tin, tin, tin. La cuchara de tía Marla golpeando el cristal de su copa hizo eco en la bahía. El capitán había atracado finalmente cerca de una playa bastante turística, por si alguna de las invitadas se animaba después a bajar a puerto a celebrarlo. Según los guardas de seguridad, se trataba de un lugar seguro: no tenían constancia de que ningún paparazzi se encontrara en los alrededores, perdido en alguna lancha de dudosa estabilidad. Pero, por si acaso, había varios patrullando la zona, y de vez en cuando los veían pasar al lado del velero, con sus caras de sabueso y su mirada seria y amenazante. A Calle se le ponían los pelos de punta cuando los miraba.

La cena se sirvió finalmente en la cubierta. Todas las invitadas se sentaron en torno a una larga mesa decorada con velas. Eran solamente quince, pero armaban tanto ruido que parecían más. La tía Marla estaba intentando poner orden con su cuchara para dar un pequeño discurso.

Calle estaba sentada en el otro extremo de la mesa. Había elegido un asiento al lado de Sofi y su novia porque era con quien más a gusto se encontraba. La otra opción eran las gemelas o Martha y tía Marla, pero no se sentía de humor para lidiar con preguntas indiscretas sobre su noviazgo con Sebas, y tampoco le apetecía estar cerca de Poché. Así que, en definitiva, aquel era un buen sitio. Lo suficientemente alejado para no verse en una situación comprometida, pero bien ubicado para poder verlo todo.

Los camareros sirvieron el primer plato cuando tía Marla terminó su discurso, pero Calle apenas probó bocado. Ella no se daba cuenta, pero estaba demasiado distraída observando a Poché, que aquella noche parecía haber multiplicado su atractivo por cuatro. La piel de la actriz estaba radiante. Salpicada por nuevas pecas del sol de aquellos días, pero también suave y llena de vida. Poché había elegido un sencillo vestido de color blanco que le daba un aire angelical y, cada vez que se reía, a Calle le entraban ganas de reír con ella.

—Preciosa, ¿verdad?

Calle abrió mucho los ojos, sorprendida por aquel comentario. Miró a Sofi y vio que se dirigía a ella. Estaba esperando una respuesta.

—Parece imposible no perder la cabeza por Poché— insistió la muchacha, dejándola boquiabierta.

¿Qué podía responder a eso? Tenía razón. Poché era el tipo de mujer capaz de arrebatar la cordura a cualquiera. Y sin embargo, prefirió permanecer callada, con la esperanza de que Sofi cambiara pronto de tema. No tuvo suerte.

— ¿Te molesta si te pregunto qué hay entre tú y Poché?

— ¿Perdona? — replicó Calle sin ocultar su sorpresa. —¿Entre Poché y yo?

—Oh, vamos. ¿Esas miradas que lleváis lanzándoos todo el día? Si la química quemara, este barco estaría en llamas desde que salió de puerto— bromeó Sofi, restándole importancia a la reacción de Calle con un gesto de su mano. —Que conste que no te juzgo. Si yo no estuviera totalmente enamorada y si Poché no fuera mi amiga, te aseguro que tendrías competencia.

Al principio no supo qué decir. Simplemente se ruborizó y permaneció callada, pero después consideró necesario defenderse.

—No es... Yo no... No es para nada eso.

—Vale, como quieras. Pero conozco a Poché desde hace mucho y te aseguro que nunca la he visto mirar así a nadie.

Los ojos de Calle se dirigieron involuntariamente hacia el otro extremo de la mesa, justo al lugar en donde se encontraba Poché. ¿Podía ser cierto? En ese momento la actriz alzó la copa en su dirección para dedicarle un brindis en el aire y Calle no pudo evitar corresponderle con el mismo gesto, mientras notaba que una agradable oleada de calor se extendía por su pecho.

Cuando acabó la cena, lo último que le apetecía era bajar a puerto junto a las demás. Se sentía llena, en todos los sentidos, pesada, y seguía con la cabeza embotada. En lo único en que pensaba Calle era en abrazar la almohada, cerrar los ojos y permitir, así, que el día tocara a su fin. Pero Sofi se había puesto muy pesada y acabó convenciéndola con trucos de actriz a los que no estaba acostumbrada. Ese tipo de gente podía ser muy persuasiva cuando se lo proponía.

El Secreto De NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora