9- Que Odín, nos ayude

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Hipo  y Astrid se fueron alejando poco a poco de esa isla, Hipo pensaba en lo último que dijo Eret. No quiso hacerle mucho caso.

Hipo:

- Tenemos que avisar de esto a mi padre.

Astrid:

- Sí, ¿Pero cómo sabemos que lo que dice es verdad?

Hipo:

- Sólo tengo un presentimiento. Pero igualmente creo que deberíamos de avisarle.

Astrid:

- Sí, será lo mejor.

Después de hablar de ello, ambos volaron hacia mema. Allí encontraron a Estoico y a Bocón trabajando en el puesto de sillas. Hipo pudo ver que su padre estaba atendiendo a una gran masa de personas.

Mujer 1:

- Yo quiero la de la izquierda, la que tiene esas bridas.

Hombre 1:

- A mí dame esa negra mediana. Es perfecta para mi Náder Mortífero.

Hombre 2:

- Yo me llevo la marrón de la derecha.

Mujer 2:

- Aquella del fondo.

Estoico:

- ¡Paciencia!, hay suficientes sillas para todos.

Hipo dejó a Astrid con Tormenta y Desdentao fuera. Él entró al puesto.

Hipo:

- Papá, eh...

Estoico:

- ¡Hipo!, ¡Has venido en buen momento, hijo! Ven, ayúdanos con las sillas.

Hipo:

- Verás papá, me encantaría ayudarte con las sillas, pero es que hay una cosilla que... deberías saber.

Estoico:

- Luego, hijo. Ahora coge ese hierro.

Hipo:

- Papá, escúcham-

Bocón:

- Hipo, ¡Te hemos hechado de menos!, ¿Qué tal?, ¿Has encontrado otro dragón?

Hipo:

- Pues la verdad, mas o menos... Papá, si me escuchas un momento-

Estoico:

- Luego, hijo. Vamos ayúdame con esto.

Estoico agarró un par de hierro y cuero y lo puso sobre la mesa. comenzó a sacar herramientas para construir otra silla. Hipo seguía poniéndose nervioso porque no le escuchaba.

Hipo:

- Papá, de verdad, esto es importante. Está en juego el futuro de todos nosotros, de toda la aldea.

Estoico al fin escuchó a Hipo.

Estoico:

- ¿Qué es?

Preguntó serio.

Hipo:

- Bueno, Astrid y yo encontramos una isla nueva. Digamos que, en esa isla, habían un par de cosillas...

Estoico:

- ¿Qué viste?

Hipo:

- Yo... Bueno, vimos a unos hombres que según su superior, trabajan para un tal Drago, Puño Sangrador... O algo así.

Los ojos de Estoico se abrieron en grande:

Estoico:

- Drago, ¿¡Puño Sangriento!?

Hipo se sorprende.

Hipo:

- Eh, sí... espera, ¿Lo conoces?

Estoico:

- Desgraciadamente... sí.

Hipo no cabía en su asombro.

Hipo:

- Pues... Según lo que nos dijo, Drago, quiere robarnos los dragones porque está construyendo un ejército de dragones para atacarnos. Estoico:

- Si hay algo que sé de ese monstruo, es que no tiene piedad ninguna, y si Drago ha reunido un ejército de dragones, que Odín nos ayude.

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