4- Peleas juguetonas

800 38 2
                                    

Hipo se acercaba sin remedio hacia una montaña de rocas. La niebla no le dejaba verlo.

Hipo:

- ¡Esto es genial, Desdentao!

Entonces, el chico al final se dio cuenta del peligro que tenía delante. Enseguida entró en pánico:

Hipo:

- ¡Oh, oh!, ¡Desdentao!, ¡DESDENTAO!

El dragón se había percatado del peligro que corría Hipo. Inmediatamente, se acercó a él, tratando de mantener la estabilidad en el aire. Ya quedaba poco para el impacto, por suerte para Hipo, Desdentao fue más rápido y logró lanzar una llama de fuego azul a las enormes rocas, provocando que se rompiera un pedazo de montaña, abriendo una pequeña entrada por la que Hipo pudo pasar. Después de que Hipo evitará chocarse con la montaña, Desdentao empleó todas sus fuerzas para moverse hacia su jinete. Logró envolverlo entre sus alas a tiempo. Desdentao logró esquivar la montaña de rocas. Cayó en una isla. No se había hecho mucho daño, sólo se había raspado un poco el lomo y las alas, nada grave. Poco a poco, fue abriéndolas, Hipo también fue levantándose.

Hipo:

- Uf... ¡Por qué poco!

Miró a la montaña, la cual se rompió en pedruscos cayendo al agua.

Hipo:

- Bueno, no ha estado mal, ¿Verdad, amigo? Aunque tenemos que mejorar un montón tu vuelo en solitario.

Desdentao:

- ¡Grr!

Desdentao gruñe con molestia a Hipo y le tira una piedra pequeña:

Hipo:

- ¡Auch! Oye, ¿Estás de morritos, pequeñín?, ¿Tienes miedo a volar solo?

Desdentao se da la vuelta mientras le hace burla a Hipo.

Hipo:

- Mm... ¡Pues ahora te vas a enterar!

Se tira a Desdentao mientras intenta tirarlo al suelo. El dragón a penas se inmuta.

Hipo:

- ¿Qué te rindes ya?, ¡No eres rival para mí!

Desdentao se levanta a dos patas aún con Hipo agarrado en su cuello. Lo acerca a un acantilado.

Hipo:

- Oye, no le harás daño... ¿A un pobre cojo, verdad?

Hipo mira hacia abajo, aterrado, se agarra más fuerte a Desdentao.

Hipo:

- ¡Vale, vale, tu ganas!, ¡Tienes toda la razón...!

Desdentao sólo rie y se deja caer en el suelo panza arriba.

Hipo:

- ¡Ajá!, ¡Caíste en mi trampa!

Acto seguido se levanta e intenta luchar en broma con Desdentao. Él sólo se da la vuelta mientras le sigue el juego.

Hipo:

- ¡Sí!, Dragones y vikingos, ¡Enemigos otra vez!

Desdentao deja caer de golpe su cabeza en el pecho del chico.

Hipo:

- Oh, ah...

Desdentao comienza a lamer toda la cara de Hipo, mientras él intentó a liberarse, asqueado.

Hipo:

- ¡Deaj!

El chico se levanta quitándose las babas del dragón.

Hipo:

- ¡Ya sabes que eso no se quita!

Desdentao sólo ríe, a lo que, Hipo molesto, le lanza una de sus babas que tenía pegada en su armadura. El dragón, molesto, se lava con su pata.

HTTYD IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora