12- Nos entregamos

407 13 1
                                    

Astrid:

- ¡Hipo...!

Astrid no aguanta y se sube a Tormenta, comienza a volar detrás de Hipo, la última compuerta de la Gran Sala ya se está cerrando. Queda un pequeño hueco para escapar. Fue difícil, pero al final Hipo y Desdentao lo logran, Astrid también consigue escapar detrás de él; Pero Estoico está muy enfadado.

Ya desde el cielo, Hipo y Astrid se dirigien hacia alta mar. Astrid está un poco confundida.

Astrid:

- Y bien... ¿Cuál es el plan?

Hipo:

- Tenemos que encontrar a Eret y convencerle de que nos lleve a ver a Drago.

Astrid:

- Oh, muy bien, ¡Estoy preparada!

Dice pensando en una lucha intensa y fuerte. Mientras tanto, en Mema:

Estoico:

- ¡Abrid las compuertas!

Bocón:

- Estoico, ¿Qué está pasando?

Estoico:

- Hipo... se ha ido.

Bocón:

- Ya le conoces, Estoico. Ese chico siempre se sale con la suya.

Estoico:

- Pues esta vez, no se lo permitiré. ¡Mocoso, Patapez, Chusco, Brusca! Id a buscar a mi hijo.

Todos:

- ¡A la orden jefe!

Estoico:

- Bocón, tu y yo los buscaremos con nuestros dragones.

Bocón:

- Claro, Estoico.

Los chicos salieron inmediatamente de allí con sus dragones. En alta mar, Hipo y Astrid al fin encuentran el barco de Eret y sus hombres.

Astrid:

- Esta vez, ¡Le daremos una lección...!

Hipo no dijo nada. Eret los vio venir y enseguida se preparó.

Eret:

- ¡Preparad las armas!, ¡Nos atacan!

Pero  Hipo y Astrid sólo bajaron a los dragones en su barco. Astrid se disponía a atacarles con su hacha, pero se sorprendió al ver que Hipo la detuvo:

- Hola, Eret.

Eret lo miró muy extrañado y sorprendido.

Hipo:

- Qué bien que nos hemos visto otra vez.

Eret:

- ¿A qué habéis venido?

Hipo sólo dice con normalidad.

Hipo:

- Oh, sólo a qué nos lleves a conocer a tu jefe.

Eret:

- Te lo he dicho, ¡No le harás cambiar de opinión!

Hipo:

- Lo sé tranquilo, sería una tontería luchar para eso, así que... He decidido que nos entregamos.

Astrid:

- ¿¡Qué!?

Hipo al ver que la rubia iba a decir cualquier cosa ofensiva para ellos, la agarró del brazo y la arrastró hacia su calabozo.

Hipo:

- Sí, no se hable más; nos entregamos.

Hipo entra al calabozo con Astrid y lo cierra.

Hipo:

- Tenéis nuestros dragones a vuestra disposición, no será necesario ni que los encadeneis.

Astrid:

- ¿¡Este es tu plan...!?

Hipo:

- Ah, por cierto, a los prisioneros no se les permiten llevar armas, ¿No? Aquí, tenéis.

Hipo le entrega a uno de los hombres su Espada Dragón extensible.

Hipo:

- Ten cuidado, la parte de abajo tiene gas de un Cremallerus Espantosus.

Le advierte al ver que lo abre y sale el gas.

Hipo:

- Sí... Y luego explota.

Le explica al ver que les explota encima.

Eret recoge su espada extensible, y los mira muy extrañado y confundido.

HTTYD IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora