El dragón llevó a Hipo hasta una cueva en la isla. Era oscura y siniestra. Llegó hasta un lugar ancho y amplio en la cueva, allí, soltó a Hipo en el suelo.
Hipo:
- ¡Ah...!
Hipo mira extrañado al jinete, intenta hacerle hablar de otro modo.
Hipo:
- Yo, ser Hipo, y mi dragón, no poder volar sólo; ¿Entiendes?
El jinete bajó de su dragón y movió su palo haciéndolo sonar. Entonces un dragón entró a la cueva, soltando otro dragón en el suelo. Hipo lo mira aliviado:
- ¡Desdentao!
El chico corre a abrazarlo y a acariciarlo.
Desdentao:
- ¡Ruag! (Muy feliz)
Entonces, unos dragones extraños, se acercan despacio hacia ellos, algo amenazantes. Hipo coge su espada Dragón, la abre y llamas de fuego recorren la espada. El chico la movía de un lado a otro haciendo que los dragones la miraran, algo hipnotizados. Luego, sacó un objeto de su única bota, lo abrió y colocó en la parte trasera de la espada, después, la arrastra rápidamente por el suelo haciendo un círculo y soltando el gas del Cremallerus Espantosus. Los dragones están más calmados. Ahora, Hipo se acerca lentamente a uno, con la mano en alto dispuesto a tocarle el hocico. Pero antes de que pudiera hacerlo, el jinete se pone de pie y hace sonar unos huesecillos de dentro del palo. De inmediato, todos los dragones comienzan a echar un pequeño fuego, iluminando la cueva. Hipo pudo ver que todos los dragones, le estaban obedeciendo. Desdentao comenzó a ponerse nervioso, soltó un pequeño gruñido molesto, y adoptó una postura protectora hacía Hipo. El extraño jinete se acercó hacia ellos agachándose. Desdentao gruñía para que no se acercara, pero el jinete no hacía caso. Sólo enseñó su mano al dragón, hizo un gesto, y este, cayó totalmente paralizado boca arriba en el suelo. Hipo miraba la escena, incrédulo. Después, el jinete pasó su mano por la piel del dragón, el sólo, ronroneaba de gusto. Tras dejar a Desdentao paralizado en el suelo, fue acercando su mano poco a poco hacia la cara de Hipo, parecía que quería tocarlo. Hipo sólo lo miraba. algo asustado, intentando retroceder, algo avergonzado.
Hipo:
- Ah...
Jinete:
- ¿Hipo...?
Al oírlo, el chico la miró aún más desconcertado. Entonces, el jinete se quitó el casco, dejando ver unos ojos verde intensos, tez blanca, y pelo castaño. Era una mujer.
Mujer:
- Eres tú...
Hipo:
- Te... ¿Conozco?
La mujer sólo lo miró algo triste.
Mujer:
- No... no eras mas que un bebé.
Hipo la miró con algo de esperanza y extrañeza. En su interior sentía que sí la conocía de algo.
Mujer:
- Pero una madre, nunca olvida.
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HTTYD II
FanfictionLA ORIGINAL★ Tras pasar cinco años en la Isla vikinga, cambian muchas cosas entre nuestros protagonistas. Se han hecho mayores, y eso les ha llevado a convertise en grandes jinetes de dragones. No podemos decir lo mismo de Hipo, ya que él, no sólo s...