New rules ┋ TruTen

New Rules 6

(2)

—¿Es en serio?—Goten se rio débilmente mientras volvía su mirada al libro de química, asintió con algo de vergüenza en su rostro.

—Si. Lo siento.

Todo se quedo en silencio por un momento parecía que aquello no le había parecido al peli-lila o eso creyó el azabache hasta que Trunks soltó también una risa, con un poco más de fuerza pero igualmente perfecta.

—Eres único Goten.—dijo, las mejillas del nombrado se colorearon de un tono carmesí e inevitablemente bajo más su cabeza. Unos minutos atrás Trunks le pregunto porque había decidido cambiar la clase, y él pensando que era buena idea ser sincero le dijo el porque había cambiado urgentemente; simplemente no quería jugar con Pan.—Nunca conocí a alguien que odiara tanto los videojuegos.

—Bueno, no les encuentro la diversión ¿A ti te gustan?

—¿la verdad?—Goten asintió—No.

El pelinegro observo atentamente como una extensa sonrisa se iba formando en el rostro ajeno, no iba a mentir, esa sonrisa lo había atrapado rápidamente. Todo se quedo nuevamente en silencio llevaban cerca de veinte minutos en la cafetería y siquiera habían tocado tema alguno de química, esos pocos días Goten había aprendido más de lo que esperaba, creyó que al ser Trunks su “maestro” seria más difícil concentrarse pero había resultado todo lo contrario. El peli-lila suspiro notablemente mientras se recargaba en el respaldo de la silla, haciéndolo ver mas imponente 

—Siéndote sincero no tenia planeado esto.—Hablo y la sangre de Goten pareció helarse bajo cero.—y me dio algo de pereza, ¿Qué te parece si vamos por un helado?

El más bajo lo pensó unos minutos, ¿salir con Trunks por un helado? Eso parecía ser una de las más lejanas fantasías que había tenido, y ahora podía cumplirse aunque dudó severamente sobre si aceptar, es decir, si Pan se enteraba de aquello estaría, no muerto, pero si en problemas. No era muy frecuente salir a lugares, no por desagrado, sino por su padre; desde aquella enfermedad él tuvo que hacer demasiados recortes en su vida, entre ellos las salidas a fiestas, lugares lejanos o parques, por supuesto que si por su padre fuera, lo dejaría ir hasta el fin del mundo.

Pero las cosas no eran así, su papá era lo único que le quedaba aparte de su abuela, si no era él ¿Quién más? Su madre había tomado la decisión fácil y su padre no había hecho más que aceptarla; sin contar cuanto lo ha apoyado, ¿Cómo él podría ser tan egoísta para dejarlo? O aún peor ¿Cómo podría ser tan egoísta para dejarlo sabiendo lo mal que a veces se encontraba?

—¿No te gustan?

—No es eso.—La pesada mirada azul estaba empezando a resultarle incomoda sin embargo ya estaba acostumbrándose.—Es solo…—No te acerques su amabilidad te confundirá.