New rules ┋ TruTen

New Rules 16

(3)

Su corazón estaba destrozado, porque creer que verlo abrazado de esa chica había sido doloroso, viéndolo besándola había sido, horrible. ¿Cuánto más tenia que seguir sufriendo? ¿Conto más tenía que seguir siendo el idiota al que todos le veían la cara? Limpio sus tontas lagrimas que se habían empeñado a salir de sus ojos, estaba siendo dramático de nuevo, Trunks en ningún momento le había dicho que le gustaba, el solo se había hecho tontas ilusiones que terminaron por destruir su tonto corazón.

Su teléfono seguía sonando con cada entrada de un nuevo mensaje, seguramente de sus amigas con quienes no tenia ganas de hablar, bueno, la verdad no quería hablar con nadie. Sus amigas lo habían visto también y si no fuera que ellas no tenían idea del beso que habían surgido entre los dos, lo habrían mirado con más lastima de como lo habían visto. Porque fuera de todo ambas creían que aun le gustaba Trunks, pero estaban equivocadas, estaba completamente enamorado de él y mierda, dolía aún más.

Fingió estar bien el resto de sus clases, sonrió como si nada hubiera pasado, espero pacientemente el autobús que lo dejaría cerca de su casa, llego a su casa, le sonrió a su papá, se dio cuenta que esa señora seguía visitándolos sin embargo igualmente le sonrió, subió a su habitación rápidamente, cerro la puerta y finalmente lloró.

Lloró porqué era lo único que le quedaba, llorar por unos recuerdos completamente vacíos.

Unas horas después, mientras estaba recostado en su cama hecho un ovillo y llorando un poco, la puerta de su habitación fue tocada con delicadeza, habría apostado que se trataba de su papá, y que estaba bien dejar que se cansara de tocar y se fuera, después hablaría con él, pero prontamente una voz delicada se hizo presente a través de la puerta.

—Uhm, ¿Goten? ¿Puedo pasar?— No respondió, aunque le hubiera gustado decir que no pero algo dentro de él, lo hizo callar porque deseaba que si lo hiciera. Y así paso, la puerta se abrió lentamente como si de una película de terror se tratase, y por ella paso su... pasó aquella mujer.—Hola.—Dijo con plena suavidad. Y podía jurar que vio a través de la densa oscuridad una comprensiva sonrisa sin embargo no estuvo seguro, porque la poca luz de su lámpara de mesa no iluminaba bien todo el lugar.

Ni siquiera se movió cuando ella se acerco, y aunque hubiera querido dejar de llorar frente a ella, sus lagrimas no parecieron estar de acuerdo, sentía su corazón doler y sus fuerzas irse con aquel dolor.

—¿Estas bien?—Él rió levemente, pero a lo contrario de como debió sonar, esa pequeña risa se escuchó como una de un niño pequeño, que estaba triste pero no quería decirlo, sin sentimientos rencorosos en ella, ni ironía, ni sarcasmo. —Es tonta mi pregunta, ¿Verdad?—Goten no respondió con palabras pero asintió con su cabeza, dándose él valor para por primera vez observarla de cerca. Ella se acerco a él, con plena delicadeza y se sentó en la orilla de la cama, lentamente, quizás esperando que él no reaccionará de mala manera. Unas de sus delicadas manos paso por su espalda y fue suficiente para que su llanto volviera a surgir con más fuerza.