New rules ┋ TruTen

New Rules 13

Así que... ¿qué? (3)

Su pecho subió y bajo tan rápido ante su respiración agitada, sus mejillas calentándose aún más de lo que estaban y sus piernas sintiéndose temblar cual gelatinas. Los labios de Trunks habían sido tan dulces en su toque, tan suaves que parecían irreales, su beso no había durado tanto tiempo pero si lo suficiente para saber que tan bien se sentían sus labios con los ajenos, fue tan lindo que lo hacía derretirse el tan solo recordarlo, su toque había sido sutil, tierno y deseado, nada más allá y sin doble intención.

Su corazón estaba acelerado, el momento habia sido tan etéreo que no podía recordar cada detalle con exactitud, sus nervios y cobardía fueron más grandes que al darse cuenta, sin decir o hacer nada había bajado del coche y había caminado rápidamente a su hogar, su cuerpo se encontraba recargado en la puerta de la entrada, sin poder moverse por sus piernas, sentía que caería en cualquier momento. Sin embargo intento calmar sus emociones unos segundos cuando no escuchó ningún ruido en su casa.

Generalmente su padre trabajaba desde ahí, a veces se podía escuchar música puesta o la televisión encendida, no quiso darle tanta importancia creyendo que lo más probable era que no se encontraba en ese momento, pero cuando escucho voces provenientes de la sala de estar, su curiosidad fue máxima. Cerro bien la puerta y camino con dirección a la sala.

—¿Papá?—susurro lo suficiente alto para ser escuchado pero no recibió respuesta alguna, su cuerpo actuó solo, en cuestión de segundos estaba en el lugar y su cuerpo se paralizo ante lo que vio.—P-papá.

El nombrado giro su mirada, tan profunda y calidad como lo era siempre sin embargo, esa vez se podía percibir la tristeza. Goten miro a la persona que lo acompañaba y sintió una punzada en su corazón, esa persona que estaba ahí le hacia recordar a la persona que los habia abandonado hace muchos años atrás.

Pero a diferencia de su madre, ella era alta, su cabello era tan oscuro como el suyo al igual que sus ojos, su tez era pálida y vestía de una forma mucho más elegante y sencilla, parecía una modelo. Goku se levanto de su lugar y camino hacia él, sus nervios aumentaron.

—Hijo, ¿Por qué no te sientas?

Algo malo iba a pasar, lo presentía y sabia que no le gustaría, sin dar tanta vuelta al asunto, asintió mientras se sentaba junto a su padre, los ojos de la mujer lo examinaron de pies a cabeza mientras veía como estos se hacían cada vez más brillosos dado a las lagrimas que comenzaban a inundarlos y entonces le supo.

Ella no se parecía a su madre, ella lo era.

Se paralizo un momento, y sintió su corazón palpitar con dolor, los recuerdos lo azotaron sin misericordia o compasión, todos y cada uno en donde ella aparecía, vistiéndolo, dandole mimos, comida y besos, en aquel tiempo sus pequeñas mejillas, o simplemente amándolo como una madre debía amar a su hijo, miro a su padre y este a la señora que estaba sentada frente a ellos.