Tyler:
En el momento que termine en este auto sabía que estaría tres horas dentro de él con ella. Pero a este punto ya no me molestaba.
-Tyler – me dijo de pronto- lamento que hayas tenido que venir…
-creo que ya te lo he dicho Laila- le di una mirada rápida- ya me acostumbré- le dije jugando.
-Me alegra- me dijo muy divertida- serán como vacaciones.
-no serán vacaciones- le aclaré- vas a visitar a tu madre por el fin de semana y vamos avanzar con las canciones que tenemos que entregar.
-ojala Chloe no se moleste- me dijo devolviéndome la mirada.
-no se que tiene que ver ella aquí- le respondí de mal humor- y mucho menos porque se debería de molestar.
-Es tu novia Tyler- me dijo seriamente.
-Solo es una niña terca y malcriada- continúe.
Al parecer perdí mi dignidad al dejarme manipular por Chloe. Y el único idiota que se dejó manipular fui yo.
-Tu empezaste este juego y yo lo continuare- me repuso- Tú estarás conmigo hasta que yo quiera, cuanto quiera y donde quiera Tyler- parpadeó- serás mi novio y hasta que yo quiera se terminará.- y el velo se le cayó- y nadie, óyeme bien Tyler- me señaló al rostro – nadie sabrá que el beso fue fingido al igual que está relación.
-eres muy buena fingiendo- agregue burlándome- necesitaré uno que otro consejo.
-te lo advierto Tyler- volvió a repetir- se que te importa Laila, no hay que ser muy listo para no verlo. Pero si tú lo arruinas rompiendo todo yo le diré al mundo entero si se puedo, y más a Laila- remarcó- que la utilizaste para escribir esa maldita canción - remarcó su voz- y créeme Tyler, eso a cualquiera le rompe el corazón.
Por fin Chloe había sacado su verdadera cara y no en buen momento. No en ese momentos. Talvez estaba protegiendo mas de lo que debía a Laila pero ese no era el problema, no importaba si a Laila le dolía o no, yo sabía que esa nunca fue mi intención. Pero Chloe, con lo buena que es fingiendo y manipulando a las personas- como lo hacía conmigo- haría que todo el mundo la señalará, y esa nunca fue mi intención. Chloe haría que mundo entero se burlara de ella y no solo ella también sus fans la apoyarían.
Laila ya tiene suficiente con la muerte de su mamá y el problema con su papá. No me gustaría causarle más problemas, no quiero verla llorar.***
Admito que es divertido viajar con ella, le encanta cantar y ver la carretera.
-pareces un perro- le dije viéndola como casi sacaba la cabeza por la ventana del auto.
-Tyler!- volteo a verme, sus ojos estaban profundamente oscuros- sabes que no me gusta que me llames así- me respondió.
-tienes razón-le dije pensándolo bien- es mejor conejo - afirme.
-claro que no- respondió.
- claro que sí, conejo- bromee quitando mi mano derecha del volante y tomando su mejilla con mi pulgar - eres un maldito conejo respondón.
Nunca entenderé la manera de estar con ella, no existía new York, ni la escuela, ni Chloe y ni la tía Mónica.
Y si Chloe quiere jugar, jugaremos. Pero a mí manera.***
Boston era más tranquilo, solo con ver sus calles se podía ver la tranquilidad con la que vivía la ciudad.
-Laila- le dije interrumpiendo sus pensamientos- estoy cansado me detendré cerca de aquí.
-Ah si!- me dijo de sorpresa – aquí cerca está un parque, puedes estacionarte ahí- me señaló con su dedo.
De verdad creía que la ciudad en si era un bosque y tiene más parque siendo bosque. Ese clima era lo que necesitaba.
-esto no es tan malo- dije en un suspiro estirando mis huesos- el aire es bueno, haci podré desestresarme de la ciudad.
-Si quieres podemos ir más tarde al parque estatal- me dijo muy feliz- es una reserva muy cerca de mi casa.
-Y haci también podré desestresarme de ti!- le dije de golpe presionando su nariz.
-Lamento si soy una molestia para ti Tyler- me dijo en susurro- pero no puedo estar triste- alzó la voz- hoy es cumpleaños de mi mamá y no quiero que me vea haci…
-creo que he perdido a la Laila normal- le continúe pero al parecer no me escucho.
-iré por una botella de agua- me dijo caminando hacia la calle.
Era una época en la que el frió comenzaba a sentirse más, pero aún haci las hojas de otoño ya casi desaparecían.
Me detuve a ver el pequeño lago enfrente de mis ojos.
Se podía ver el reflejo de los árboles en ella.
Algo golpeó mi espalda, voltee a ver y era un disco de plástico.
Alce la vista para ver a quien pertenecía. La cual se detuvo al ver al gran perro que se aventó sobre mi.
-Tyler!- oí el grito de Laila.
Y cuando reaccione ya habia caído en el lago.
Ni siquiera recordar cómo salí de ese lugar era bueno.
-Tyler…- me decía Laila mientras busca en el auto- solo respira...
-Laila- dije entre dientes- no sé qué diablos estés buscando- el frio ya casi me congelaba los huesos- pero más vale que te apresures.
-aquí está!- dijo acercándose con una maleta- antes de salir Lucas me dio una maleta con algo de ropa, tenía razón- me observó- si la necesitarías.
-Por que solo era un día- estaba a punto de explotar- un día!... Laila, y ya has hecho una de las tuyas.
-Tyler, no trajiste ropa- refunfuñó- y no me culpes a mi, el perro creyó que estaba jugando con el- se burló.
-No te burles- le remarque- o te mato.
Pero Laila no se detuvo, su risa aún se podía oír.
-no te preocupes, cuando lleguemos a casa lavaré tu ropa te lo prometo- aún guardaba su risa de burla- mi abuela ya ha de estar ahí.
-Es mejor que viajará en avión- trate de respirar- si no ahora serían dos riéndose.
Tuve que caminar hasta encontrar un baño publico y poderme cambiar.
-si quieres puedo manejar- sugirió.
-no conforme que haigas caído al lago ahora quieres terminar de matarme.
Bufo.
La ropa no era muy de mi estilo, pero sintiendo el frió que podía esperar.
Laila estaba sentada en una banda enfrente del auto.
-que tontería- bufé.
-Te queda bien- afirmó- si que Lucas tenía razón.
-siempre la tiene ¿No?- alce las cejas.
Volvió a contener su risa.
-¿y ahora que?- pregunté malhumorado.
-Es que tú nariz está algo roja- mientras contenía su risa.
-¿Te parece muy gracioso?- le pregunté.
Bufé.
-Pero no te contengas- le seguí- por favor.
-Ahora tu pareces un conejo Tyler- dijo riéndose- ahora sentirás lo que yo sentí cuando me lanzaste a la alberca y cada vez que me dijiste conejo- creo que esto era venganza- conejo, conejo… maldito conejo!.
-con que ha esas vamos- este juego si me gustaba- vamos a molestarnos ok.
Ella se seguía riendo y repitiendo lo mismo.
Su barbilla estaba hacia arriba para poderme repetirme cada palabra a la cara y yo sabía cómo responder.
Mataría dos pájaros de un tiro.
Haci que le robe un beso.
Pero ahora sí pensé antes de actuar.
Y su rostro de confianza cambio a otro en donde sus cejas alzadas volvieron a su lugar.
-Ahí lo tienes- me burle- maldito conejo.
Ni yo me entendía, solo pude sonreír.
Camine hacia el auto y subí.
Pude ver mi cara por el retrovisor y ahora también podía ver lo rojo de mis mejillas.
Pero mi juego fallo.
No mate dos pájaros de un tiro, me mate a mi mismo.
-Estas loco- me repetí por el retrovisor.
Laila caminaba como en shock, creo que jugué muy pesado.
Pero se notaría si me arrepentía.
Encendí el auto y avance cerca de la acera hasta detenerme enfrente de ella.
-Conejo!- grite por la ventana- ¿Estas segura de quedarte ahí?- dije burlándome- es mejor que subas.
Podía ver sus ojos algo perdidos entre sus pensamientos.
Haci que intente ser lo más normal, ya que ha este punto creo que me arrepentía de lo que había hecho.
-¿por dónde está tu casa?- le pregunté.
-avanza por toda esta calle y luego por la calle Washington a lado izquierdo hasta llegar a la avenida Park.
-Si me equivoco dime.
Pero ya no fue igual.
Ella estaba enamorada de Lucas, era normal que se molestará por mi aptitud, la incomode.
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Mil Estrellas hacia ti
JugendliteraturA Laila solo le quedaban dos cosas en el mundo su libreta y la canción que su padre había escrito para su madre, talvez tres cosas si también contamos a una parte de el. Después del accidente de su madre no solo la había perdido, también una parte d...