Capítulo 20: Tu, mi corazón compartido.

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Laila:
Nunca había entendido mi manera de ver a Tyler, aún cuando mis ojos estaban cerrados mi corazón sabía que estaba ahí. Dentro de mis sueños, dentro de mi corazón.
Pero algo extraño pasaba, desde que había bajado a desayunar todos me vieron raro como si esperarán otra reacción de mi parte.
Mi violín junto con la varilla no estaban en el soporte.
Intenté arreglar mi cabello lo más que pude pero había días que era imposible, días que adoptaba el cabello ondulado de mama y otros el cabello lacio de mi padre, hacia que decidí acomodarlo en una coleta sujeto a un listón.
Pero admito que todo me confundía, esta sensación de pesar en el pecho era demasiado. Y sumándole que había despertado tarde. Baje de prisa a desayunar, y si era tarde, Lucas y Charly ya estaban a punto de irse.
-¿Laila estás bien?- me pregunto Charly en un susurro.
-Si, muy bien- le sonreí.
Eran mis primeros días no podía preocuparlos, aunque no yo sabía de qué trataba todo.
-¿no recuerdas...?- continuo Lucas pero siendo interrumpido después por Tyler.
-¿Qué hiciste anoche después de regresar del aeropuerto?.
-Pues...- su mirada seguía mis pasos- cuando regrese Aly estaba aquí y vimos películas con Charly y Lucas- los señale con mi mano y la mirada- después que Aly se fue me fui a mi cuarto a dormir ¿por qué?- le respondí llenando mi razón con cereal. Y él solo vio a los demás para luego terminar conmigo.
-¿de casualidad no han visto mi violín?- les pregunte para bajar un poco la tensión.
-Esta en la mesa de la terraza- me respondió Lucas dudando un poco de sus palabras.
-No recuerdo haberlo puesto ahí...- dude - que tonta debí olvidarlo. Bufé sonriendo.
-nosotros..., nos vamos luego- señaló Charly hacia la puerta confundido. Junto con Lucas.
-Todos están muy raros- señale antes de que desaparecieran en la puerta.
Comencé a desayunar mi cereal hasta que vi mi celular, y casi me atragantó al ver la hora.
Lave los platos que habían en el fregadero, pero de mi vista se perdió Tyler hacia que di que ya se había ido.
Busque mi violín en la terraza y ahí estaba, sobre la mesa como había dicho Lucas aunque ni yo supiera como llego ahí.
Busque el estuche en mi cuarto y lo coloque dentro y corrí hacia la salida.
Cerré la puerta con el código que Lucas me había dado el día anterior y avance hacia el portón de la salida para por fin salir a la calle. El frío era más intenso y no tuve de otra más que llevar una chamarra que a mí parecer era gigante.
Si me iba en autobús llegaría media hora tarde y metro quedaba aún más lejos y a esta hora estaría demasiado lleno.
Abrace mi violín y reacomode mi mochila.
Pero me detuvo el sonido de un clatson detrás de mi y no pude evitar asustarme.
Era Tyler. A quien podía ver cómo sonreía por el parabrisas.
-¿A dónde vas conejo?- me dijo desde la ventana de su auto.
-Voy tarde a la escuela...- estaba muy apurada.
-Al parecer dormiste mejor que nunca- continuo con su tono de burla.
-Tyler lo siento,- le dije de prisa- puedes búrlate de mi todo lo que quieras después. Llegare tarde.- voltee mi vista hacia la calle.
-¿Y por qué no hacerlo mientras vienes conmigo a la escuela?- me dijo de pronto- ¿vienes?- talvez había algo en lo que a Tyler siempre ganaba, y era cuando sonreía de esa manera.
Lo frío de mis manos comenzó a desaparecer al sentir la calefacción.
-¿Tienes clases temprano?- me pregunto.
-tengo ensayo de cámara- voltee a verlo - voy audicionar el día quince- le señalé.
Mis metas aún seguían ahí, y mi familia también.
-Es verdad..- me respondió en tono bajo.
El auto avanzó por la calle hasta salir a la carretera.
-¿Laila eres sonámbula?- me pregunto de pronto, la cual me tomo por sorpresa.
-¿ah?- dije dudando -No que yo sepa- le respondí -¿Tyler estás bien?- ahora sí este día era más raro de lo que imaginaba comenzando por Tyler.
-Solo dudas- me respondió- no quería llevarme una sorpresa si era haci- fruncí el seño.
No había hablado con mi padre desde hace varios días, hacia que talvez ya sabe que no estoy en casa. O solo quiero suponer eso como siempre.
Comencé a dibujar con mi dedo en el cristal opacado por el frío de afuera y el calor de adentro. Voltee a ver un instante a Tyler, no quería pensar en la reacción de Chloe al enterarse que yo estaba viviendo en la misma casa y admito que no lo había pensado antes. No quería arruinar su relación de Tyler, no quiera ser una mala persona después de todo lo que había hecho por mí.
Y haci como siempre lo que quiera dibujar en mi vida siempre se borraba por el frío, al igual que en ese cristal.
Y como nada volvía a soplar para empezar de nuevo.
No quiera que la personas confundieran las cosas y antes de que el reaccionara me baje del auto al llegar.
Pero antes de seguir mi camino mis pies se detuvieron en la entrada.
Regresa.
-Tyler!- grite - te veo más tarde- le sonreí, y él solo asintió.
Corrí lo más rápido hasta llegar a las escaleras eléctricas.
Y antes de avanzar por el pasillo lo vi una última vez.
Mi teléfono sonó.
Ya era tarde.
Corrí lo más que pude y entre al conversatorio.
Todos estaban en sus lugares afinando sus instrumentos.
-Laila!- me llamo Aly corriendo hacia mi- has llegado tarde.
-he dormido como tronco- me reí.
Saque mi violín del estuche y comencé a ajustar la varilla y frotar la resina, el profesor aún no estaba, haci que tuve tiempo para afinar el violín, me gustaba comenzar con las escalas y luego abordar un repertorio.
-Buenos días- se oyó la voz por toda la sala.
Todos respondieron al mismo tiempo.
-Por favor colóquense en sus lugares, vamos a comenzar.
El ensayo cambiaba cada mes a un repertorio diferente al igual que las hojas de diagramas.
Compartíamos clase con los de otras clases. Era una manera diferente de ver el violín. No es un instrumento para uno solo.
El I. Allegro de Bach.
Era el repertorio de este mes.
Los ensayos eran algo que me hacía sentir mejor todos los días, en mis dedos se notaba, podía sacar lo mejor y lo peor de mi. Había aprendido eso. Puedes tocar lo mejor de lo mejor pero se oirá diferente dependiendo de lo que quieres expresar.

Mil Estrellas hacia tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora