Laila:
Cuando su cuerpo cayó enfrente de mi, mi corazón dejo de latir.
-Tyler!- sin darme cuenta ya me apuntaban con el arma.
-Bruno estás loco!- se oyó el grito de Lauren detrás de mí.
-Policía!- oí el grito desde el elevador- suelte el arma!.
No puse más atención en el escándalo que se hacía delante de mí.
Me levanté de mi asiento y me senté en el suelo.
Levanté su cabeza encima de mis piernas, su hombro se estaba desangrando. Puse mi mano sobre la herida.
Sus ojos no dejaban de verme, estaban perdiendo ese brillo que tanto me encantaba.
-Tyler por favor, por favor- dije intentando no llorar- No te duermas, no te duermas!- grite en cuanto sus ojos se comenzaban a cerrar.
-Laila...- Lucas llegó corriendo hacia mi.
-Lucas....- presione la herida- está sangrado mucho- tomo el pañuelo de su traje y me lo tendió, presione la herida con más fuerza.
-Ya han llamado a la ambulancia.
-Tyler por favor no te duermas- mis lágrimas se estaban revolviendo con el charco de sangre que traspasaba mi vestido.
-Yo hago presión- me quito las manos de el- mantenlo despierto- asentí.
Al ver mis manos manchadas por su sangre, el recuerdo del accidente de mi madre vino a mi cabeza.
-Laila,- oía en el fondo- Laila!- la voz de Lucas me saco de mi transe.
-Tyler...- lo llame, puse mis manos sobre sus mejillas- por favor cariño no te duermas- me sonrió- la ambulancia ya viene- lo mire al rostro- por favor quédate conmigo, te prometo que iremos de nuevo a turistear a la ciudad- sus ojos comenzaban a cerrarse- me mudaré de nuevo a tu casa, cuidaremos del invernadero de tu madre juntos, te lo prometo, pero por favor no te duermas.
La verdad es que no recuerdo ni la mitad de lo que paso después, Lucas me llevo en el auto. Mi vestido tenía una gran mancha de sangre en la falda. No escuchaba más que el sonido de la pistola una y otra vez en mi cabeza.
Cuando me vi estaba sentada en la sala de espera.
Ya habían pasado más de tres horas y no habían noticias, los padres de Lucas estaban aquí, y Lauren, después de haber declarado la habían puesto en libertad.
-Laila toma algo por favor- me decía mi padre con un vaso en la mano
No podía dejar de ver mis manos rojas.
-Laila- Lucas se hinco enfrente de mi- tienes que cambiarte el vestido y comer algo, Tyler no querría verte así.
-Lucas... su sangre- le mostré mis manos.
-Aly te ha traído ropa- Me tomo de las muñecas- por favor ve con ella, no quiero verte así, me estás preocupando.
No acepte ver a mi psicólogo, en estos momentos no tenía ánimos de contarle mi tragedia.
Aly me tomo de la mano y me llevo al baño de hospital, traía un bolso en su hombro. Me tendió un Pans negro y una camiseta blanca que tenía un dinosaurio dibujado en la parte de enfrente y un par de tenis blancos.
Lamentaba tener que tirar ese vestido, era hermoso, a Tyler le había gustado ese color, pero ahora era todo menos que celeste.
-Laila- me dijo Aly al salir del cubículo del baño.
No pude mas y la abracé, la abracé, llore, llore todo lo que pude. Me habían disparado, y Tyler estaba en terapia intensiva.
-Aly, Tyler...- me quebré por completo, aún cuando mis manos ya no estaban rojas por la sangre aún la seguía viendo.
-Todo estará bien, ese tonto estará bien- me dijo al oído, Aly era más que mi mejor amiga, era como mi hermana.
Cuando salimos del baño me compro un café, no me había dado cuenta de lo caliente que estaba ya que me lo tome como si fuera agua.
Cuando íbamos caminando de vuelta a la sala vi como el doctor se detenía a hablar con Lauren.
Corrí lo más rápido que pude, sin importarle que ya no sentía mis piernas.
-¿Familiares de Tyler Anthony Evans?.
-Soy su tía- respondió Lauren.
- La operación fue un éxito, logramos extraerle la bala. Aunque toco una arteria subclavia y perdió mucha sangre tuvimos que intervenirlo de emergencia, logramos estabilizarlo, aunque aún está en terapia intensiva su estado es estable.
-¿podemos verlo?- dijo la madre de Lucas.
-Aun está bajo los efectos de la anestesia, les avisaré cuando lo pasen a su habitación.
Sentí que mi alma regresaba a mi cuerpo cuando escuché la palabra «estable».
-Laila- se acercó mi padre- vamos, necesitas comer algo.
-Me que...
-ya has escuchado al doctor Tyler está estable, podrás verlo cuando lo lleven a su cuarto- me dió vuelta y me empujó por el pasillo.
No tenia mucho apetito, así que solo pedí una malteada y un emparedado de pollo.
-¿Estas mejor?- me dijo mientras le daba una mordida a mi emparedado.
Asentí.
-Laila, necesitas hablar con el psicólogo, estuviste en una experiencia traumática y aún te estás recuperando del accidente.
-Estoy bien papá- le di un sorbo a mi malteada- pero me siento culpable- puse mis codos sobre la mesa.
-No se que hubiera hecho si te hubiera sucedido algo, Tyler cumplió su promesa- estiró las manos para tomar las mías.
-¿Promesa?.
-veras- me sonrió- un par de días después de que el accidente, Tyler estaba enfrente de la puerta de tu habitación, tu aún seguías en coma. Me contó lo difícil que había sido crecer sin padres y me comprendía por lo de tu madre, me prometió que nunca dejaría que te hicieran daño, nunca más.
-Siempre lo ha hecho papa - lo admito, que Tyler prometiera eso me preocupo más, ¿A qué punto estaría dispuesto?.
-Y por eso le estaré toda la vida agradecido, no sé qué haría si te perdiera.
No, yo no sabría que haría si lo perdiera a el.
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Mil Estrellas hacia ti
Genç KurguA Laila solo le quedaban dos cosas en el mundo su libreta y la canción que su padre había escrito para su madre, talvez tres cosas si también contamos a una parte de el. Después del accidente de su madre no solo la había perdido, también una parte d...