Capítulo 32 : Lo que busco en ti.

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Laila:
Puedo aprender, puedo.
El viaje en auto era un completo silenció.
Mi padre conducía y Lucas iba sentado a mi lado.
Admito que me daba un poco de tristeza dejar el hospital, extrañaría ver a los niños, y verlo a el sentado en el jardín del hospital esperándome.
Mis pensamientos estaban más perdidos que confundidos.
Y fue peor cuando mi padre se detuvo enfrente de un edificio que para mí parecía un hotel de cinco estrellas y no una casa.
Me baje del auto sin dejar de observar la gran casa ante mis ojos.
-Ya puedes respirar- agrego Lucas poniendo su mano en mi hombro.
Voltee rápidamente para quedar de frente.
-¿Vivimos aquí?.
-Tu vivías aquí- me respondió mi padre bajando las maletas.
-Te pedimos que te mudaras con nosotros para que no estuvieras sola- término Lucas.
-Laila!- oí desde adentro.
Al voltear me topé con un chico de cabello rubio y ojos claros que me estrecho en sus brazos.
«lamento no haber ido a verte al hospital, creo que me toco la misma suerte de Tyler, verte solo cuando dormías…- un perro de color beige estaba quietoa así lado.
Doble mis rodillas para ver el pequeño que era más que adorable.
-Junior está feliz de verte.
Acaricie al pequeño gran perro el cual de derritió en mis manos.
Me levanté y sonreí.
Me quedé confundida ante sus palabras.
Una chica estaba detrás de él.
-Laila- se acercó y me abrazó- nos alegramos que estés bien- me sonrió.
Asentí ante mí falta de habla.
-Laila!- oí fuertemente desde el fondo de la casa- por dios!- una chica corrió hasta mi y me abrazó con fuerza.
Admito que me robó una sonrisa su reacción.
-¿Aly?- dije intentado respirar.
Me soltó de un momento a otro.
-¿me recuerdas?- me dijo con lágrimas en los ojos.
-Tyler me contó de ti, y de Charly- se borró un poco la sonrisa de sus rostro.
-Al menos ese idiota me ha mencionado- me abrazó- no podía verte en esa cama, me partían el alma- me soltó- Lucas me ha mantenido al tanto de todo.
Le sonrió.
-Aly es mi hermana- me aclaro Lucas
-No creo que no se note- le golpeo con su mano.
-se que estas confundida- volvió a poner Lucas sus manos sobre mis hombros.
-Los chicos me dieron una habitación para quedarme – me sonrió mi padre.
Sabía la razón de todo, ellos querían más que yo, que pudiera recordar.
La casa era enorme por dentro, todo de tono blanco.
Pero no sentía que fuera un lugar extraño, si era verdad alguna vez viví aquí.
El gran piano enfrente de esa puerta enorme mando a mi mente el recuerdo de ese dibujo en mi libreta.

Aly había preparado una gran bienvenida con mucha comida, pero no podía estar quieta.
Haci que mientras todos platicaban en la cocina me escape.
Pasee mis dedos sobre cada tecla de ese enorme piano.
Miré a mi alrededor.
Al subir por cada escalón me quedé quieta al ver cada fotografía. Una familia, que me recordó a la mía. Un niño con ojos claros como los de su madre y la sonrisa igual a la de su padre.
Era como ver poco a poco la historia de una familia, hasta llegar a donde estaba una señora de edad avanzada con un chico a su lado.
-puedes subir- oí detrás de mí.
-Tyler está en el invernadero …
Terminé la frese en mi cabeza
Me quedé quieta al ver de un momento a otro a Lucas con otra ropa.
Cerré mis ojos con fuerza.
-Esta es casa de Tyler- voltee a ver los cuadros.
-se lo que piensas- comenzó a subir los escalones- pero no te preocupes, no quiere que te sientas incómoda viviendo en el mismo techo.
-¿se fue?.
-Al parecer si,-continuo .- vamos- me llamo pasando detrás de mi- te mostraré tu cuarto.
Camine detrás de él hasta llegar a un gran pasillo donde se veían varias puertas.
Hasta que se detuvo en una y giro la perilla.
Me quedé quieta enfrente de el mientras sostenía la perilla y voltee a ver lentamente el interior.
Un cuarto de paredes blancas con azul me esperaba adentro.
Había una cama con sábanas blancas con un tono muy sutil.
-Mi hermana ha limpiado y cambiado la ropa de cama- dijo detrás de mí.
No pude evitar caminar más a fondo. Mi computadora estaba ahí. Al abrir el clóset la mayoría de mi ropa estaba ahí, mis zapatos.
Pero estaba oscuro, las cortinas estaban cerradas.
Camine y las abrí con mis manos topandome con una ventana llena de fotografias.
Y como inercia mi vista se fue a la foto qué estaba en el centro.
Era Tyler.
Pude reconocer la foto no solo por eso, estaba tomada en el mismo barco donde Tyler tomo la que tenía en mi libreta.
Y al igual que yo estaba distraída en el mar.
Había más fotos, de Aly, un señor talvez de la misma edad que papa junto con los tres vestidos de traje. Una chicas en un lugar que parecía un jardín amplio. Y de Junior.
Había más de mi vida en esas fotos.
Y al observar más ese cuarto me encontré con una lámpara de estrella y un pequeño conejo de peluche.
El cual al tomarlo en mis manos no pude soltarlo.
Pero no pude evitar dejar de ver las fotos, tanto que no me di cuenta que Lucas aún seguía ahí.
-¿Tú y yo…?- me escondí para que no notará mi reacción.
-Tu y Tyler- respondió.
-¿Tyler y yo…?- de me quebró la voz al siquiera pensarlo.
-Desde el inició lo supe, tu fuiste la diferencia en su vida, no lucho por alejarte, y te hiciste parte de su vida tanto que cuando estaban juntos el no dejaba de verte.
Volví a sentir ese dolor en el pecho, como aquel día.
-¿Por qué me mudé aquí?- camine por la habitación observando cada detalle- ¿Lo hice por el?
- Hang sugirió que no era bueno que te quedarás sola en esa casa, y entre todos te propusimos mudarte con nosotros. Tyler no sabía nada hasta cuando llegó, Charly y yo lo convencimos para que te quedarás.
Abrí una puerta del clóset y me topé con mi ropa.
-¿Fui a julliard?- tenía miedo de no haber continuado con mis sueños.
Asintió.
-Eres una de las mejores- camino hacia mi.
-No estoy preparada aún para saber toda la verdad- dije temiendo preguntar más.
-Me prometí que nunca más me daría por vencido contigo Laila.
Alce la vista para verlo.
-pero…
-Nunca hubo nada entre nosotros- se quedó quieto ante mi- por que el tiempo no me alcanzó para gozar la oportunidad que me habías dado.
Nunca había observado en mi vida a un chico tan así de cerca, ¿Era una confesión?.
-Yo siempre te observe Laila, vi poco a poco como te enamoradas de Tyler, como te rompía el corazón una y otra vez- tomo mi mano- por qué aunque no lo recuerdas, yo vi el fondo de tu corazón.
-Lucas…
-Se que ahora es casi imposible eso, yo voy a estar ahí- sonrió- nunca me fui y nunca me iré, hasta que tú misma lo decidas- Soltó mis manos -Vamos- volvió a sonreír marcando sus pequeños ojuelos en cada una de sus mejillas.
-Voy enseguida- se dio vuelta y avanzó hacia la puerta.
Me quedé quieta entre esas paredes. Mi vida estaba escrita ahí.
Me di un largo baño.
Era mucha información para un día, saber que alguna vez de verdad amé y me hicieron sufrir es horrible.
Ahora no estoy segura de recuperar mis recuerdos, mi peor miedo era darme cuenta de que era mejor tener mi cabeza en blanco. es mejor vivir entre sueños que ver la realidad.
Mis cosas estaban ahí.
Me quedé observándome en el espejo de baño, estaba confundida. Que estaba pensado cuando dejé mi casa para vivir con ellos.
Y entre más días mas confirmo que estuve enamorada de Tyler. Y lo estuve por qué lo único que siento por el al verlo es dolor, como una cicatriz.
Bajé después de verme al espejo por más de veinte minutos.
Todos estaban en la cocina.
-Has tardado una eternidad- me dijo Aly corriendo hacia mi.
Me encantaba la alegría de Aly, éramos muy diferentes, si, pero eso no hacia imposible que fuéramos mejores amigas.
-Las pizzas han llegado!- oí el grito de Charly.
Al caminar con Aly hacia donde estábamos todos me topé con una figura que traía en sus manos bolsas de papel y varias cajas de pizza.
Al notar enseguida mi presencia me sonrió ampliamente.
-Pero que tenemos aquí- dejo todo en la encimera y camino hacia mi- la adorable Laila- me abrazó en cuando pudo- no sabes lo feliz que estamos de que estés de vuelta- me dijo al soltarme- por fin Tyler dormira más de dos horas…
Bajé la vista al suelo al oír su nombre.
-Lo siento- agrego al ver mi reacción.
-Laila como ya has visto el es Hang, el manager del grupo- le golpeo el pecho lo cual causo un quejido de su parte.
-Hola- Hang- sonreí.
Me sentí mal en la postura en que lo puse, se que era incómodo, no se en que momento se volvió incómodo solo decir su nombre.
Era como estar en un sueño estar ahí, se sentía como una familia.Junior no se despegó de mi en toda la noche.
Era muy adorable, y más con Charly, lo quería demasiado.
Cuando la fiesta termino me quedé con Aly lavando los platos
No quería sentir esa incomodidad entre nosotras, si éramos mejores amigas lo mínimo que ella se merecía era que todo fuera normal.
-¿vas a la universidad Aly?- dije mientras enjuagaba los platos.
-voy a julliard contigo- se detuvo.
-¿Enserio?- me detuve secándome las manos en una franela.
Termino de lavar las manos y me vio de frente
-Te conozco- me sonrió- piensas que me enfadare por qué no sabes cómo tratarme.
-¿es muy infantil?- me avergoncé bajando la mirada.
-Tonta- se burló acercándose y abrazándome- eso es lo que caracteriza a Laila Jones- puse mis manos en su espalda- no sabes cómo te he extrañado- continuo hablando- crei…- oí como de le quebraba la voz- creí que perdería a mi mejor amiga- sollozo.
En este momento aprendí, que no solo mi familia me extrañaba, habían muchas personas más preocupadas por mi.
Aly de verdad me quería como su mejor amiga, y eso para mí era muy valioso.
No solo necesitaba recordar por Tyler, sino también por Aly, odiaba haber olvidado el hecho de que éramos mejores amigas. Yo daría lo que fuera tan siquiera poder volver a  ser como antes. Si es que aún existía la Laila de antes.
Pero tenía miedo, no sabía si en realidad era lo que quería, por qué estaba confundida, Tyler me confundía.
No sabía quien había sido, talvez no había cambiado nada en mi.
Oímos el ruido del televisor.
-Laila!- paso Charly resbalando detrás de la barra. Nancy su novia se reia.
Cuando la conocí debía aceptar que eran muy parecidos, uno con el otro.
Lo ayudó a levantarse del suelo.
-Ven!- me llamo- corre!- dejé la franela encina del la isla de la cocina y camine hacia el.
De pronto Nancy y el me tomaron de los brazos y me empujaron hasta llegar a la sala donde Hang y Lucas estaban viendo el televisor.
Me empujaron hasta dejarme sentada en el gran sillón enfrente de la gran pantalla.
-El canal de música está reproduciendo la canción principal del álbum- tomo el control y la música comenzó a oírse por toda la sala.
Pero eso no fue todo, porque en el vídeo aparecía yo. Vestida con uniforme y mi cabello recogido en una coleta.
Yo tocaba mi violín junto a Tyler en el piano. Y después estaban todos reunidos. Lucas con su guitarra, y Charly tocando la batería. Pero ahora Tyler tocaba la guitarra y cantaba junto conmigo.
Pero no era eso lo que más llamó mi atención, sino el hecho de la manera en la que veía Tyler. Era como si lo viera con dolor, mirándolo directamente a los ojos. Y si, se que estaba enamorada, me conocía lo suficiente.
Esa canción la habíamos escrito, y me pegaba directo en el corazón.
-¿A qué edad te enamoraste por primera vez?- oí dentro de mi.
Pase de ver el suelo a terminar de ver el televisor.
No entendía como había terminado ahí, por que este dolor en el pecho.
-…Fue todo un número uno durante casi tres meses- regresé a mí realidad con la voz de Hang.
-Laila- voltee al oír la voz de mi padre, estaba de pie con el estuche de un violín.
Me puse de pie.
«Tu madre te dejo esto- bajo la vista hacia el estuche- perdóname, fui muy envidioso al no habértelo entregado cuando debí.
Camine hacia donde estaba. Al detenerme enfrente de el abrió el estuche.
Sentí el rosar de las lágrimas en mis mejilla cuando lo vi. Era un violín de color amarillo mostaza.
Era precioso.
Alce la vista para ver a mi padre.
-lo dejo sobre tu cama antes de ir por ti a la escuela - señaló el violín alzándolo un poco hacia mi- Perdóname por no habértelo dado antes- me lo entrego en mis manos.
Le dedique un segundo al violín no pude evitar abrazar a mi padre, mi superhéroe de toda la vida.
-Te quiero papa.
-Y yo a ti Laia- me respondió.
Coloque el estuche sobre la mesa del comedor. Tome el violín del diapasón.
Al girarlo en mi mano tenía algo escrito en el lomo.
-cada vez que toques esas cuerdas te acordarás de mí, y no me extrañas. No importa si nos separan cien o mil kilómetros, toda la vida seré tu mamá y tu siempre serás mi hija.
El enfoque de mi vista paso de esa letras a toparse con un sobre en el fondo del estuche.
Miré rápidamente a mi padre que se acercó al notar mi mirada.
Tome el sobre entre mis manos y vi las marcas en la parte de arriba L. J. F. y camine rumbo al sillón entre todos. Mi padre se sentó en el sillón de al lado, podía notar lo nervioso que estaba.
Todos se quedaron en silencio, un silencio muy frio.
-Mi querida Laila- comencé a leer- se que si te digo que me he gastado lo de tu auto en un violín, preferirías el violín. Mi pequeña niña irá a julliard, se alejara más de diez kilómetros de su madre. Quien no resistirá estar sin ti más de un día, y se que tú también me extrañaras.
Haci que he vendido el cuadro que pinte cuando aún estabas en mi vientre, un empresario me había propuesto una oferta hace años, ya que a su esposa le encantó la exposición en donde presente la pintura. Y me negué, me negué por qué sabía que llegaría este día. He pintado muchos cuadros Laila, pero nunca he pintado algo que marque tu vida.
No sé cómo se fabrican los violines pero Fabro si lo sabe, le pedí que fabricará uno especialmente para ti, que llevara mi toque y tú toque.
Te preguntarás ¿por qué amarillo?.
Por que eso eres Laila, eres y serás un sol en nuestras vidas, siempre lo fuiste. Tu padre y yo te amamos desde el momento en que sabíamos que venías al mundo.
Y te convertiste en nuestro sol cuando te tuvimos en nuestros brazos.
Se que te enfadaras por haber gastado demasiado en algo así, y por eso no te lo he entregado yo misma.
Pero mi vida, quiero que entres a julliard, quiero que seas ese sol para ellos, que seas esa estrella para ellos. Quiero que brilles.
Te enseñe a dibujar por qué quería que siguieras mis pasos, pero tú ya seguías los de tu padre. Amas el violín, por qué sientes como se escucha tu corazón, por qué yo también lo escuchó. Y sé que cada vez que toques esas cuerdas te acordarás de mí y ya no me extrañaras, por qué yo siempre estaré ahí mi pequeña, aún cuando yo no viva. Viviré en esas cuerdas.
                                         con amor.
                                              mamá.
                                                               
Al terminar de leer la carta me quedé quieta viendo como una a una mis lágrimas caían en el papel.
-Mama…- logré decir, pero mi voz ya de había quebrado.
He encontrado la diferencia en el dolor de perder al dolor de amar.
Ella era todo para mí, mis padres eran todo para mí. De ella aprendí que los cuentos se hacen realidad, me enseñó a dibujar, le encantaba oírme cantar y verme todas las tardes platicar con mi padre.
Sus desayunos siempre se acompañaban de un beso en la mejilla.
Eso era lo que más extrañare toda la vida, a mi dulce e incomparable madre. Ahora entendía a mi padre.
Por qué ahora a mi me dolía más que nunca perderla.
Presione mis ojos con tanta fuerza que no me di cuenta cuando mi padre me abrazó.
-papa fue mi culpa…- llore en su hombro.
-No, no lo fue- acarició mi cabello- tarde tanto en entenderlo, pero no fue tu culpa Laila, no lo fue.
Solo se que llore, llore en el hombro de mi padre hasta quedarme dormida.
Gracias mamá.

                                ***

Sentía mucha sed, y no pude evitar abrir mis ojos.
Mi cuarto estaba oscuro, aunque la luz de afuera entraba por mi ventana.
Sentí un pequeño dolor en mi cabeza al levantarme, me quedé sentada por un momento.
Respire.
Bajé los pies al suelo y busque mis zapatos, los cuales no estaban y en su lugar de encontraban un par de pantuflas.
Camine por el pasillo algo aturdida por dormir.
Al llegar al pasillo me encontré con una puerta abierta al final del pasillo la cual estaba cerca de esa gran ventana, las luz cruzaba de ella hasta el pasillo.
Mi curiosidad me llevo acercarme.
Jugué con mis dedos hasta llegar al marco de la puerta.
Era un pequeño cuarto parecido al mío, pintado de azul y blanco, igual que el mío. Pero la diferencia era que en vez de un violín en el soporte- como en mi cuarto- había una guitarra.
Muchos discos en un gran soporté. Y más discos en un librero que rodeaba toda la habitación. Que no me di cuenta que ya había entrado por completo.
Hasta que me topé con un escritorio y una silla girada de espaldas a el.
Me acerqué y coloque mi brazo encima de la silla. Habían muchas hojas regadas encima, diagramas, documentos con mil letras escritas.
Y al enfocar mi vista en la parte de encima me topé con varias fotografías enmarcadas.
Me acerqué más hasta quedar cerca de la ventana.
En una de esas fotos estaban Charly, Lucas y Tyler, pero más jóvenes. En la de atrás también están los tres pero con Hang, Aly y yo. La misma foto que estaba pegada en la ventana de mi cuarto.
Tome la foto entre mis manos, no pude despegar la vista en mi rostro, sonreía, sonreía.
Pero dejé la fotografía al ver la que estaba en el escritorio, tapado por todas las hojas, al notar la voluta resaltar.
Dejé la fotografía en su lugar y comencé a quitar las hojas de encima. Hasta toparme conmigo misma. Vestida con el uniforme del vídeo, mi cabello recogido en una coleta y con mi vista enfocada en el violín y mi mano sosteniendo la vara que rosaba las cuerdas.
Estaba congelada para siempre en esa fotografía.
Y al lado de esa foto estaba otra, parecida a la que estaba en las escaleras. Pero esta era diferente, la señora de mayor edad acomodaba el cabello del chico, era una foto adorable.
Este era el cuarto de Tyler, lo era. Y si la luz estaba encendida era por qué…
Mi mirada se desvió a la ventana, en una gran casa de madera que estaba pasando la gran alberca en la parte trasera del jardín.
Las luces estaban encendidas. Y el reflejo de ellas se veía en el agua.
Tyler estaba en casa.

Hola estrellitas!
Lamento haber actualizado tan tarde, mis exámenes finales están por comenzar y estoy muy atrasada con ustedes.
Terminaré los capítulos que les debo y pronto les avisaré cuando haya capítulo nuevo.
haci que en lo que actualizo, te dejo la primera parte de la trilogía. Está en mi perfil ya cuenta con más de 700 visitas ❤️. diannaPrad

 diannaPrad

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Mil Estrellas hacia tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora