Capítulo 37 : Las estrellas también se apagan.

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Laila:
Día primero;
Resulta que el tratamiento experimental trataba de terapia sobre sueños- básicamente eso entendí- tenía que ir a terapia con un neuropsicólogo todos los días durante tiempo indefinido.
Después tenía terapia con el Sr. Vincent.
Extrañaba a Tyler, pero como siempre se había hecho notar. Había escrito para el doctor una línea del tiempo de todo lo que había sucedido desde que lo conocí, obviamente no me habían dejado leerlo.
Haci que yo haría mis propios recuerdos para el, aunque no estuviera escribiría una carta diaria, en donde le contaría todo lo que hacía en mi día a día, lo que recordará y lo que sufriera, pero el nunca lo leería, nunca le enviaría esas cartas.
En esto se había vuelto mi rutina y aunque las primeras tres semanas no había habido cambio, no me di por vencida. Ensayaba antes de irme a dormir y cada mañana al desayunar.
La escuela me permitió suspender el curso mientras estaba en tratamiento.
-Vamos Laila, intenta suavizar la tensión en tu mano, recuerda- me decía el Sr. Vincent desde donde estaba- controla los movimientos, no dejes que te controlen a ti.
Tenía que masajear mi mano con una pelota de hule cada vez que pudiera para quitar la tensión.
Lucas y yo seguimos siendo amigos por supuesto, eso no cambiaría.
Siguió viviendo en la casa de Tyler, ya que decía no soportar compartí de nuevo techo con Aly. Charly y Nancy se unian a nuestra noches de películas los sábados.
Yo iba cada tarde a cuidar del invernadero, Tyler había dejado a una persona para que lo hiciera, pero lo había convencido de quedarse con el pago y yo me haria cargo.
Al terminar me sentaba en un pequeño tronco, tomaba una hoja de diagrama y escribía la carta del día.
Me encantaba hacerlo mientras veía mi libro de dibujos.
-Laila- me llamo Aly dando me un susto por el cual cerré el cuaderno de dibujos de un golpe.
-ah!—reaccione de golpe.
-vamos a ir a comprar helado ¿Vienes?.
Me levanté y tome mis cosas.
-No se por que te gusta pasar tu poco tiempo libre aquí- cruzo el brazo sobre mi hombro- empiezas a preocuparme, Tyler es una mala influencia para ti- me reí al oír su comentario y al final terminamos riendo juntas.
Dejé las luces encendidas a la temperatura que decían las hojas que había dejado.
Mi padre comenzó a dar clases en julliard ya que uno de los maestros de Composición se había transferido a Alabama.
-Bien Laila- me dijo el doctor Clark, su acento inglés le hacía parecer alguien mayor- hemos llevado dos meses de terapia y aunque aún no hemos tenido resultados te daré otra pista- comenzó a buscar en sus hojas- Música, composición, violín- esas tres palabras me confundieron un poco.
Estaba recostada en ese típico sillón de psicólogos, mis ojos estaban cerrados, jugaba con mis pies como niña pequeña.
-Recuerda, respira...- admito que su voz adulta incitaba a dormir- Boston en una tarde de agosto.
«Boston en una tarde de agosto»
En el fondo de mi mente podía verlo, como si yo estuviera sentada en el cine, viendo mi propia vida.
Estaba Triste, mamá manejaba el auto, veía como los autos pasaban alrededor de nosotras llevaba mi violín encima de mis piernas. Mamá me sonreía mientras me decía algo, algo que no pude oír, pero sabía que me molestaba, me preocupa, ella volteo a verme con ese mismo rostro que siempre recordaré.
-Todo estará bien cariño...- voltee en ese instante al ver que un auto había chocado con otro, mamá no pudo frenar a tiempo.

«todo estará bien cariño»

Todo dentro de mi se apagó.
El grito se escuchó por toda la sala, mamá estaba...
Tenía el rostro mojado y el doctor Clark estaba sentado enfrente de mi con su libreta en la mano.
-Ya sabemos que no fue tu culpa- me dijo dando un clic a su bolígrafo- tu madre estaba...
-Quiero que borre eso- lo interrumpí- eso nunca existió.
-¿A qué te refieres?- se acomodó en su asiento.
-Por favor, lo que acabo de ver quedará solo entre usted y yo- me termine de sentar secándome las lágrimas con los pañuelos que estaban a mi lado.
-Pero...
- como mi doctor se lo pido- lo dudo un segundo y luego arrancó lo hoja y la volvió una bola para luego tirarla en el cesto de basura.
Sentí un alivio al saber que por ética ese secreto no saldría de esta habitación.
Llegue a casa decepcionada, mi vida de había acabado en eso.
-Hola cariño- me dijo mi papá sentado en el sillón viendo el fútbol.
La lágrimas que estaba conteniendo me trataban de dominar, corrí rápidamente y lo abracé aun cuando estaba sentado en el sillón.
-Extraño a mama- puso su mano en mi espalda.
-Yo también cariño, todos los días- me acomode en su hombro y vimos el partido juntos.
Después de cenar me acerqué al marco de la puerta del estudio de papá.
-Lo prometo- susurré.
Subí a mi cuarto y escribí de nuevo en la hoja de diagrama.
-Tyler, hoy he descubierto cómo murió mi madre. Estaré bien, fue como una pesadilla en realidad. Quisiera saber qué es lo que estaba haciendo ahora, no te he llamado, ni tu lo has hecho, eso es bueno ¿no?. Yo quiero recuperar mi viejos recuerdos y tú estas haciendo nuevos.

Mil Estrellas hacia tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora