Capítulo 2:Cantando al vacío.

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Todo era absurdo, me había mudado a Manhattan para poder estar más con mi padre y el técnicamente ahora estaba en Inglaterra.
Haci que decidí que si quería su atención debía destacar en la escuela.
Julliard era conocida por ser una escuela con una admisión algo limitada, eran muchas las audiciones y pocos los que entraban.
Tome mi pequeña mochila y coloque mi libreta dentro, me coloque mi violín en el otro hombro.
-tu almuerzo niña Laila- me dijo Ágata con una bolsa de papel en sus manos.
-Gracias- le dije con una sonrisa.
-se que ha de ser difícil por el carácter de tu padre pero dale tiempo- me dijo enfrente de mi.
-El no era así – le dije bajando la vista- No le pido mucho solo que vea que sigo aquí y la única manera que veo que pueda hacerlo es destacar en la escuela.
-Es bueno que tengas una meta- me dijo animándome.
-Voy ha ser la mejor- le dije animada.
-espera!- me dijo antes de que saliera de ella cocina- tus llaves.
- es verdad gracias- le dije tomando las llaves de su mano.
-suerte!- me grito en mi espalda.
-No vemos más tarde- le dije caminando hacia la puerta.
salí de casa dando un gran respiro.
Me iba esforzar, talvez y con suerte todo pueda mejorar. Tenía mucho tiempo antes de que el volviera.
Camine un par de cuadras hasta llegar a la estación y tome el metro, la escuela estaba a la siguiente parada.
Me encantaba caminar con los auriculares me daba la libertad de oír otro mundo y evitar el exterior, sé que es absurdo pero era el único lugar a donde puedo huir cuando la realidad es muy dura.
Necesitaba ver la manera de tomar dos instrumentos, aunque será demasiado pesado. Me encantaba la música de mi generación era fascinante el ritmo y la escritura. Pero en julliard solo había música clásica. Papá siempre me enseñó en esas bases así que no me incomodaba, aunque la canción de mamá no era de ese estilo. Esperaba poder encontrar el ritmo adecuado para ella pero en todo este mes no he podido, con la mudanza y la lejanía de mi padre no encontraba la manera de componerla. Por eso siempre llevo la hoja de notas y un lápiz en mi bolsa.
Debía presentarme media hora antes, ya que sería asignada a mi departamento (clase). Ya que era de nuevo ingreso. Sabía que al entrar en julliard ya no habría vuelta atrás, debía dedicarle más de diez años a mi aprendizaje y comprometerme a no rendirme. Se lo prometí a mamá en su tumba, daría todo de mi.
Antes de cruzar la calle vi el edificio, era una completa obra de arte, con el estilo adecuado para una escuela donde la palabra esfuerzo está en su logo.
Di un fuerte suspiro- ahora que hemos llegado aquí no podemos darnos por vencidas- me dije a mi misma.
Tome con más fuerza la cinta que sujeta a mi violín.
Entré al edificio y era más de lo que imaginé, desearía que mamá pudiera ver esto conmigo, hubiera gritado tan fuerte de la emoción que creo que los cristales de las ventanas se romperían.
Y una nota vino a mi cabeza.
Tome mi mochila y puse mi violín en el suelo, busque mi libreta y saqué la hoja de notas junto con el lápiz.
Y escribí la primera fila de notas, quería probarlas pero no tenía tiempo, debía ir a la mesa de información a pregunta sobre mi petición. Cerré mi libreta y admire la portada, mamá me la había regalado para que fuera mi diario y técnicamente le di ese uso, mis notas son como mi diario.
Voltee a poner mi libreta en mi bolsa pero topo mi mano con las de alguien que iba pasando y se calló. Todas las hojas se desprendieron de él.
-Disculpa- me dijo su voz.
Voltee a verlo y era un joven de cabello oscuro y ojos grises. De algún lado lo conocía.
Levanté los hojas lo más rápido que pude.
Pero el ya tenía más de la mitad en la mano.
-Toma- me dijo aún en el suelo, mi cabello se había ido sobre mi rostro.
-Gracias- le respondí.
-son muchas notas- me dijo sonriendo.
Solo asentí.
Otro muchacho llegó al lado de el.
-Lucas- lo tomo del hombro- el Sr. Brown nos quiere en la cabina de audio.
Era algo pequeño para la edad que se veía y su cabello era castaño con destellos dorados. Parecía un niño.
-voy enseguida- le respondió.
-También he buscado a Tay pero no lo encuentro.
Tenía que irme, debía ir a registrar mi ingreso.
Camine para salir de entre ellos.
-Adiós-me dijo a mis espaldas.
Se miraba muy amable como para comenzar a hacer amigos, pero debía esforzarme en la escuela y no distraerme.
Llegue a la estación de servicios escolares y en dieron un mapa de la escuela y mi horario de clases. No era lo más corto que se digiera. Además debía buscar un asesor para que me diera clases particulares.
Había hablado con la encargada del departamento para ver si podía estudiar los dos instrumentos y composición
-Es muy agotador tomar tres clases- me respondió.
-Estoy enterada de eso, solo necesito acoplar mi horario.
-Deberá hablar con el rector de área para poder asignarle dos asesores.
-¿Podría decirme el nombre del rector del área de música?.
-Es el profesor Harold- busco en sus hojas- siempre está en el aula 3-B cerca del campus.
-Muchas gracias- le respondí.
-por el día de hoy continua con el horario normal en tus clases de violín.
-Esta bien- le respondí- muchas gracias- tome los papeles en mis manos y camine hacia las aulas.
Sé que era muy exagerado estudiar dos instrumentos y composición, papá deseaba que estudiara solo composición. Pero ya que no le importa, yo decidiré.
Mi salón estaba en la parte central de la escuela dado que mi primera clase era historia.
Di un gran suspiro antes de entrar. Casi estaba lleno y el profesor aún no estaba.
Camine lo más silencioso posible y me senté en la parte izquierda en el centro.
Para mí este mundo era nuevo ya que papá me había enseñado todo lo que sabía sobre la música en casa, mi vida siempre había sido normal, Escuela Normal, familia normal. Siempre fui a la escuela normal, era buena en las materias pero siempre anhelaba poder llegar a casa y que papá me enseñar algo nuevo sobre la manera en la que él oía la música.
Juro que quería hacer amigos pero para mí eso era muy difícil, mirando mi situación no estaría mal empezar a convivir con las personas en este salón ya que posiblemente pase un cuarto de mi vida con ellos.
-Buenos días alumnos- dijo el profesor abriendo la puerta. Era un hombre mayor tal vez de la edad de papá.
-Buenos días- se oyó la voy de los demás.
-Bien- dijo con un aplauso- Yo soy el profesor Connor y les daré historia de la música derivada un poco del instrumento que han elegido pero también de otros precursores en otros instrumentos, ya que en una orquesta pueden ser de acompañamiento aún cuando quieran ser solistas.
Nunca me imaginé que al ponerme está meta estaría despierta y con toda la atención a la clase. Aunque solo era historia.
Ya casi terminaba la clase
Cuando sentí que alguien tocaba con el bolígrafo mi espalda.
-Hola- me dijo una voz calidad.
-Hola- le dije con una sonrisa pequeña.
-Veo que te gusta la historia.
-Es por ser el primer día.
-claro- dijo- soy Aly por cierto.
-Laila- le respondí con una sonrisa.
-¿Vamos juntas a la siguiente clase?- me dijo señalando con el pulgar la puerta.
-Si- de verdad que sentía un poco de pena, esto era nuevo para mi.
La segunda clase era en un pequeño conservatorio cerca de la cafetería.
Nos sentaron enfrente de un pequeño escenario ,cada uno con junto a su propio atril. Minutos después entró el profesor.
-Buenos días – dijo poniéndose enfrente de todos- sean bienvenidos a julliard, aquí pasarán una cuarta parte de su vida, así que aprovéchenla, ya que son afortunados. Son pocos los que logran poder sentarse en esos asientos. Bueno dejemos los discursos. Soy el profesor Vincent y les enseñare a poder tocar juntos, para poder se una sola cancion. Les daré la notas, por favor repártanselas- le dio unas copias a todos y de adelante hacia tras las iban pasando- conforme pase el tiempo sabrá como tocar en equipo y ya que deben de buscar un asesor para los que deseen ser solistas. ¿Ya han repartido las hojas?.
Todos comenzaron a rumorear.
-Haci que para poder conocerlos más, cada uno tocará una parte de la pieza del pentagrama y se presentará. Así veremos cuáles son sus fortalezas y debilidades. Empecemos.
Todos comenzaron a abrir sus estuches. Y comenzaron a afinar y pasar la pasta por las cerdas y después de 15 minutos todos ya estaba listos
Empezó con los de enfrente y dado que yo estaba en medio me ponía más nerviosa, vi mi pentagrama y vi la pieza que me había tocado “Beethoven’s  5 secret's”, era un clásico pero al presentarse a toda la clase puede que por los nervios me llegue a equivocar.
-¿Que nota te ha tocado?- me pregunto Aly.
-Beethoven- le dije en un susurro.
-Que suerte- me respondió con una sonrisa.
Respire profundo y comencé a rozar las cuerdas con mis dedos para poder practicar un poco.
Y sin darme cuenta mi turno llego.
-La siguiente- dijo en profesor.
Levanté un poco el atril y puse el soporte en el lado izquierdo de mi hombro y debajo de mi barbilla . Y con la otra mano tome la vara del talón.
Y suspiré antes de poner las cerdas en la cuerdas Y mi mano en el Mástil para despues ponerla en el diapasón.
Comencé con la nota en sol, mis dedos se deslizaban por las cuerdas y mi mano tomaba la parte baja de la vara. Solo podía recordar cómo aprendí a deslizarse mis dedos por ella, cada vez que mi padre tomaba mi mano para que no me equivocara. Cada vez que aprendía una nuevo pentagrama y luego tocaba para mamá. Cada parte de mi vida recordarla en esa canción. Eso era lo que era tocar con el corazón para mí. Poder sentir la música en el alma.
Cuando termine pude abrir bien mis ojos.
-Tu nombre por favor- continuo el profesor.
-Me llamo Laila Jones, nunca fui a una escuela de música he sido enseñada en casa.
-¿Jones?- repito el Sr. Vincent- ¿Eres Familiar de Mark Jones?.
-Es mi padre- le respondí.
No sé si era mi imaginación todos comenzaron a susurrar.
-Que sorpresa- dijo alzando la voz- Se nota que eres su hija.
Yo sabía que mi padre era conocido pero ya que donde vivía no era una sorpresa, ahora sí me causaba un poco.
-Para quienes no lo sepan en Sr. Mark Jones, es un conocido compositor graduado de la universidad Berklee de Boston. Y que ahora está organizando al grupo de La academia royal, Para una exposición de música contemporánea en Inglaterra, es un orgullo para nuestro país. Yo tuve la grandiosa oportunidad de conocerlo hace unos años y su estilo es muy particular.
Sin importarle que dejó a su hija en una ciudad desconocida. Es un total orgullo.
Solo provocó que murmuraran más.
Si me lo hubieran dicho en otras circunstancias talvez me hubiera alagado. Pero sabiendo que a papá le dejé de importar hace mucho, solo me quita puntos. No quiero que por ser su hija, tenga ventaja.
Cuando por fin todos terminaron de exponer su pieza ya era casi medio día.
Después el Sr. Vincent nos mostró alguna ejecuciones de movimientos por parte del director de la orquesta.
Las clases fueron muy interesantes, es como si fuera mi primer día en este mundo, y me hacía sentir como en casa, ya que mi grupo era pequeño.
-¿Vas a ir a la fiesta de apertura?- me dijo Aly sacándome de mis pensamientos. Estábamos sentadas en el campus.
-¿cuál fiesta?- le respondí.
-Habrá una fiesta y tocará la banda THREE SPACE. He oído que son estudiantes de la escuela y que no quisieron seguir con la música clásica, y formaron una banda, algunos profesores obviamente No estaban muy de acuerdo ya que no se siguió el protocolo de guía escolar- comento la chica al lado.
-¿se puede hacer eso?-  tenía mis dudas.
Yo sabía que julliard era una base en la música clásica, y que cuando uno ingresa a la escuela se hace un compromiso en seguir el programa de estudio y no había sabido de alguien que eligiera la música contemporánea.
-Ni yo lo sabía. Ellos siguen su programa de estudios y todo. Pero tienen su propio grupo y tocan de maravilla, Es como una revolución. Y después de meses se volvieron famosos ¿No puedo creer que no los conozcas?.
-Que originales- le dije regresando la vista al campus- ¿debería?.
-Tienes que ir- me rogaba.
-No lo sé..
No tenía ánimos de ir a una fiesta, ni humor. Aunque no era mala idea nadie más que Ágata me esperaba en casa.
-Vamos, vamos. Te vas a divertir,Además, es nuestro primer día- agrego Aly.
-Esta Bien…- le respondí.
Ya casi era hora de entrar a la siguiente clase y aunque no me molestaba tocar el violín todo el día, deseaba poder tocar el piano un poco. Y necesitaba terminar de componer la canción de mamá.
En mi libreta solo llevaba ni la mitad del pentagrama.

Mil Estrellas hacia tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora